sábado, 26 de abril de 2025

Lino

 

 

 


 

Las diminutas semillas del lino son grandes aliadas de la salud intestinal y una de las mejores fuentes vegetales de omega-3. Descubre cómo utilizarlas
El nombre científico de la planta dice mucho:Linum usitatissimum, «lino utilizadísimo». Su cultivo se inició probablemente en Oriente Medio hace unos diez mil años. Hoy la mayor parte de la cosecha mundial se destina a la producción de aceite con fines industriales –se usa en barnices y pinturas– y a la alimentación animal.

Un tesoro por descubrir
Las semillas se hallan dentro de un pequeño fruto en forma de cápsula. Se comercializan 2 variedades básicas, la marrón y la dorada, muy similares en composición nutricional, aunque la dorada goza de mayor prestigio. Sin embargo, en las tiendas pueden encontrarse semillas de colores diversos, el blanco (semillas cosechadas precozmente) y el negro (dejadas en la planta hasta mucho después de su madurez).

Protección cardiovascular
Las semillas de lino poseen tres propiedades nutricionales que las destacan entre los demás alimentos: su alto contenido de ácido alfalinolénico, el padre de la familia omega-3; la presencia de lignanos, compuestos similares a la fibra –con todos sus beneficios para la digestión–, que además son antioxidantes, pues son polifenoles; y sus fibras, que al disolverse en agua forman un gel muy beneficioso para el tracto intestinal.
Las semillas de lino actúan así sobre varios sistemas fisiológicos. Uno de los que más agradecen su consumo habitual es el cardiovascular.

Equilibrio hormonal
Tres de los lignanos presentes en las semillas –secoisolariciresinol, matairecinol y pinoresinol– son convertidos por las bacterias beneficiosas intestinales en enterolactona y enterodiol, compuestos que influyen sobre el equilibrio hormonal de una manera compleja que todavía no se comprende bien y que acaba teniendo un efecto preventivo ante los cánceres de mama y próstata.
Junto a la hormonal, otra vía por la que el lino puede prevenir los tumores es el incremento de la actividad de las enzimas desintoxicantes que eliminan agentes cancerígenos o precancerígenos del colon. Los lignanos resultan también anticancerígenos porque son polifenoles antioxidantes. Por otro lado, el consumo de polifenoles se ha asociado con un riesgo menor de sufrir enfermedades cardiovasculares, resistencia a la insulina, diabetes y síndrome metabólico.

Un remedio para el estreñimiento
Un remedio laxante popular consiste en dejar las semillas en remojo durante la noche para tomar a la mañana siguiente el gel de mucílagos junto con el agua, que aumenta el volumen de las heces y facilita el tránsito intestinal. Este preparado también está indicado para las inflamaciones digestivas.
Algunas personas responden con gases y sensación de hinchazón cuando incorporan las semillas de lino a sus platos. En este caso es recomendable reducir la cantidad a una cucharadita de café e irla aumentando lentamente.
En el embarazo conviene no tomar más de 2 cucharaditas al día.

Cómo tomar las semillas
En general, los nutricionistas aconsejan consumir de 40 a 50 gramos diarios de frutos secos y semillas. De esta cantidad, entre 10 y 15 gramos (dos cucharadas soperas) pueden ser de semillas de lino. El aceite es una fuente concentrada de omega-3, pero obviamente no proporciona lignanos ni mucílagos, que solo se encuentran en las semillas.
El reto es incorporar las semillas de lino en los menús diarios. La idea más popular es utilizarlas como ingredientes de magdalenas, galletas y panes, aunque casan bien con cereales, lácteos y verduras.
Si se opta por consumir directamente las semillas, hay que saber que si se tragan enteras entran y salen del sistema digestivo intactas. El aceite es igualmente delicado: debe conservarse en el frigorífico, en una botella oscura y consumirse cuanto antes.



ecoportal

Ensalada de Quinoa con Verduras Asadas

 

 

 

 


 


Ingredientes:

  • 1 taza de quinoa

  • Verduras de temporada (como calabacín, pimientos, y zanahorias)

  • Aceite de oliva

  • Sal y pimienta al gusto

  • Hierbas frescas (opcional)

  • Queso feta desmenuzado (opcional)

Instrucciones:

  1. Precalienta el horno a 200°C.

  2. Cocina la quinoa según las instrucciones del paquete.

  3. Corta las verduras en trozos medianos y colócalas en una bandeja para hornear. Rocía con aceite de oliva, sal y pimienta.

  4. Hornea las verduras durante 20-25 minutos o hasta que estén tiernas y doradas.

  5. Mezcla la quinoa cocida con las verduras asadas. Añade hierbas frescas y queso feta si lo deseas.

  6. Sirve caliente o frío como ensalada completa y nutritiva.   (ecoportal)

Que puedes hacer con las semillas de limón

 

 


 

Guarda las semillas de limón en el congelador para obtener la mejor receta de desayuno o merienda. No podrás creer lo que puedes lograr con estas pequeñeces provenientes de los cítricos.

Los expertos en alimentación siguen sorprendiéndonos cada día, revelándonos los mejores trucos, métodos y consejos de cocina para ayudarte a ser más creativo en la cocina y sorprender con maravillosos platos. En esta ocasión, profundizaremos en por qué deberías guardar las semillas de limón en el congelador y, cuando llegue el momento, sacarlas del congelador para disfrutar de la mejor receta de desayuno o merienda de otoño.

Seguramente tirarías las semillas de limón a la basura, pero una vez que pruebes esta receta sencilla y económica, querrás utilizarla a diario. No creerás lo se que puede lograr con estas pequeñas semillas de limón, especialmente cuando elaboras tu propia mermelada de frutas casera. Presta atención a los consejos de los expertos en este campo para encontrar una técnica de preparación que no falla.

Materiales usados:

  • Semillas de limón.

  • El bolso se cierra con cremallera.

  • Infusor o colador para té.

Cómo utilizar semillas de limón para hacer mermelada casera

Si planeas agregar limones a la comida o utilizar su jugo, no tires las semillas, colócalas en una bolsa con cierre hermético y guárdalas directamente en el congelador.

El día que vas a hacer mermelada casera, saca las semillas de limón del congelador y ponlas en colador para té. A la hora de hacer mermelada, coloca este pequeño objeto con semillas de limón en la olla. ¿La razón de esto? Tendrás suficiente pectina natural para darle a la mermelada una consistencia gelatinosa perfecta.

La pectina es un ingrediente discreto pero imprescindible en la elaboración de mermeladas y confituras. Se encuentran principalmente en las paredes celulares de muchas plantas. Cuando decimos “muchas plantas”, queremos decir casi todas; pero frutas como los cítricos, el escaramujo, el membrillo, la manzana y los frutos del bosque son especialmente ricos en pectina. Y con “paredes celulares” nos referimos principalmente a la piel y las pepitas, que acumulan grandes densidades de esta fibra natural.

La pectina presente en las semillas de limón, al ser ácida, también mejora la conservación de las mermeladas.

La proporción de pectina de una mermelada tiene una relación inversa con la cantidad de azúcar añadido. Esto quiere decir que a más pectina presente en una fruta que vamos utilizar para una mermelada casera, necesitaremos añadir menos azúcar.

La idea entonces al incorporar semillas de limón es utilizar la fibra que se encuentra en la fruta, combinada con azúcar y ácidos para formar un gel y darle la apariencia deseada a tus recetas dulces.

Ecoportal

sábado, 12 de abril de 2025

Menos azúcar, más juventud

 


 


 

Han descubierto un vínculo entre seguir una dieta rica en vitaminas y minerales, especialmente una sin mucho azúcar añadido, y tener una edad biológica más joven a nivel celular.  

Investigadores de la Universidad de California en San Francisco observaron cómo tres medidas diferentes de alimentación saludable afectaban a un “reloj epigenético” (una prueba bioquímica que puede aproximar tanto la salud como la esperanza de vida) y descubrieron que cuanto mejor comían las personas, más jóvenes parecían sus células. Incluso cuando las personas tenían una dieta saludable, cada gramo de azúcar añadido que consumían se asociaba con un aumento de su edad epigenética. 

“Las dietas que examinamos se alinean con las recomendaciones existentes para prevenir enfermedades y promover la salud, y destacan la potencia de los nutrientes antioxidantes y antiinflamatorios en particular“, dijo Dorothy Chiu, PhD, investigadora postdoctoral en el Centro Osher de Salud Integral de la UCSF y primera autora del estudio, que aparece el 29 de julio en JAMA Network Open . “Desde el punto de vista de la medicina del estilo de vida, es empoderador ver cómo prestar atención a estas recomendaciones puede promover una edad celular más joven en relación con la edad cronológica“. 

Azúcar y envejecimiento epigenético

El estudio es uno de los primeros en mostrar un vínculo entre el azúcar añadido y el envejecimiento epigenético, y el primero en examinar este vínculo en un grupo heterogéneo de mujeres, tanto negras como blancas, en la mediana edad. La mayoría de los estudios sobre el tema han involucrado a participantes blancas mayores.   

El estudio ayuda a profundizar nuestra comprensión de por qué el azúcar es tan perjudicial para la salud, agregó la coautora principal del estudio, Elissa Epel, PhD, profesora de la UCSF en el Departamento de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento. 

Sabíamos que los altos niveles de azúcares añadidos están relacionados con el empeoramiento de la salud metabólica y la enfermedad temprana, posiblemente más que cualquier otro factor dietético“, dijo Epel. “Ahora sabemos que el envejecimiento epigenético acelerado es la base de esta relación, y es probable que esta sea una de las muchas formas en que la ingesta excesiva de azúcar limita la longevidad saludable“. 

Las mujeres en el estudio informaron consumir un promedio de 61,5 gramos de azúcar añadido por día, aunque el rango fue amplio: de 2,7 a 316 gramos de azúcar añadido por día. Una barra de chocolate con leche tiene alrededor de 25 gramos de azúcar añadido, mientras que una lata de 12 onzas de cola tiene alrededor de 39 gramos. La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos recomienda que los adultos no consuman más de 50 gramos de azúcar añadido por día. 

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Mijo, el cereal más rico en hierro

 


 

 Muy consumido en África y Asia, está siendo redescubierto en Europa, asociado sobre todo a la nueva cocina sana. Es el cereal más rico en hierro y tiene un sabor delicado que ofrece mucho juego como alternativa al arroz o a la pasta.

El mijo es uno de los alimentos humanos más antiguos. Procedente del África central, su cultivo pudo extenderse hace 2.000 años hacia la India y China por el este, y hacia Asia Menor y Europa por el norte.

Hoy, de los 30 millones de toneladas de mijo que se producen cada año en el mundo, el 90% es utilizado por los países en desarrollo. De esta cantidad, aproximadamente dos terceras partes se destinan al consumo humano, y el resto a piensos, a la elaboración de bebidas alcohólicas y a usos agrícolas.

Mijo, gran fuente de salud

Como cereal excepcionalmente rico en hierro, el mijo se recomienda en casos de debilidad física, fatiga, anemia, astenia, falta de ánimo y menstruaciones abundantes. Resulta también muy útil para mujeres embarazadas o en periodos de lactancia. Favorece la regeneración celular y por tanto se considera excelente para fortalecer la salud de la piel, los cabellos, las uñas y los dientes.

Por su alto contenido en magnesio, el mijo se considera un cereal muy apropiado para los deportistas, que con el sudor pierden muchos minerales. Además de combatir el agotamiento y permitir la recuperación tras el esfuerzo físico, alivia los calambres musculares y fortalece los músculos.

El mijo resulta igualmente eficaz para defenderse del estrés y la irritabilidad nerviosa, para reducir la intensidad y frecuencia de los ataques migrañosos, y como apoyo en regímenes adelgazantes. Se encuentra, además, entre los pocos cereales sin gluten, lo que resulta interesante para las personas celíacas.

Un sabor rico en matices

El mijo puede constituir una interesante alternativa al arroz o a la pasta de trigo. En África se elaboran con él diferentes panes y galletas nutritivas, así como determinadas bebidas alcohólicas. Es un cereal muy energético, idóneo para el desayuno –en el muesli de cereales, por ejemplo, aunque es poco usual– o para integrarlo en la dieta previa a una jornada deportiva o una salida de excursión.

En general, el mijo presenta un sabor suave, que hay quien relaciona con la mantequilla y quien lo definiría como anuezado, pero en cualquier caso da buenos resultados junto a otros ingredientes de sabor más fuerte o intenso, a los que aporta un matiz fino, muy especial.

El mijo se puede incluir en ensaladas variadas, pero también combina bien con legumbres (mijo con lentejas al horno o mijo con garbanzos), con soja en sus distintas formas (tofu, tempe, miso), y con verduras y hortalizas, sobre todo las dulces (budín de mijo con zanahoria y jengibre; ñoquis de mijo con col lombarda; mijo y coliflor gratinados…). Es también un buen ingrediente de pizzas y hamburguesas vegetales, y de cremas y sopas de verduras, entre otras opciones. Su textura crujiente captura bien los aromas de los ingredientes que lo acompañan y no cansa al paladar, pues su sabor no domina en el plato.

El mijo es un cereal de cocción rápida, muy fácil de cocinar. Como el grano es muy pequeño, antes de cocerlo, es preciso lavarlo y escurrirlo bien. Luego se tuesta ligeramente en una sartén, para inmediatamente después cocerlo en agua caliente, esperar a que hierva, y dejarlo a fuego suave unos 20 minutos o hasta que adquiera una textura esponjosa. Una vez cocinado, desaparece por completo el ligero deje amargo que desprende.

Se suele cocer de forma irregular, de manera que algunos granos pueden quedar totalmente cocidos y abiertos al mismo tiempo que otros permanecen firmes y crujientes. A la hora de conservarlo de forma óptima, se aconseja guardarlos en recipientes herméticos, a ser posible de vidrio, y mantenerlos alejados del calor y de la humedad.