
Ingredientes:
150 gramos de brócoli
150 gramos de calabacín
3 espárragos trigueros
150 gramos de setas
250 ml de leche de soja de soja
2 ajos tiernos picados
1/2 cebolla muy picada
150 gramos (aprox) de harina de trigo
100 ml aceite de oliva
500 ml aceite para freír
250 ml de leche de soja
150 gramos perejil picado
Para rebozar:
125 g de pan rallado
4 cucharadas de harina para cocinar sin huevos veganos (o harina de trigo si no tienes)
Elaboración:
Lavar bien todas las verduras y cortar en trocitos pequeños. Saltear en una sartén todas las verduras junto con los ajos y la cebolla, sal, perejil y 4 cucharadas de aceite de oliva.
Una vez doradas, bajar a fuego medio-bajo y agregar gradualmente tanto la leche de soja como la harina, sin dejar de remover para que no queden grumos, hasta formar una masa cremosa y espesa. Entonces retirar y dejar enfriar.
Para rebozar las croquetas prepara dos recipientes hondos, uno con el pan rallado y el otro con una mezcla de la harina para cocinar sin huevo (o normal si no tienes) con agua, bien batido y que quede suave, ni muy espeso ni líquido.
Para formar las croquetas puedes utilizar un par de cucharas, una churrera, manga pastelera de boquilla bien ancha y redonda o con las manos. Crear porciones cilíndricas de unos 5-6 cm de largo, pasar primero por la mezcla de harina y después por el pan rallado. Freír en abundante aceite caliente 1-2 minutos o hasta que estén ligeramente doradas.
Sugerencia de presentación: hemos dispuesto 1 croqueta sobre una crema fina de calabaza, patata y nabo con orégano y decorado con un trocito de cogollo de escarola.
Variantes: la masa de las croquetas la puedes hacer con muchos ingredientes: champiñones, setas, brócoli, tofu, seitán, acelgas, pepino, calabacín, pimientos, tomates… así como combinarlos con las especias que quieras. También puedes probar con otros tipos de pan rallado o mezclarlo con ajo en polvo y perejil.
Salsas para acompañar: veganesa, brava, creme fraiche vegana, nata vegana, etc.
Trucos: para que queden más jugosas, hacer la bechamel con harina de trigo y maicena a partes iguales; si quieres congelarlas, hazlo sin freírlas y a ser posible en bolsas de congelación en lugar de recipientes, para evitar que se peguen demasiado entre sí. (tomado de biomanantial)
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