El aceite de argán procede del argán. Un árbol que crece de forma salvaje y espontánea en Marruecos y en algunas partes de México y Andalucía. Puede llegar a vivir hasta 200 años y su constitución está preparada para resistir sequía absoluta. Pertenece a la familia de las «sapotáceas». Se caracterizan por ser muy resistentes a situaciones extremas de aridez y de temperaturas propias de la zona dónde crece.
El árbol del argán puede resistir temperaturas desde frío de 3º hasta 50º de calor. Crece en alturas que no superan los 800 m a nivel del mar y en climas muy secos. Su tronco es retorcido y de corta altura. Sus ramas son espinosas. Sus raíces son muy largas y profundas y son las que se encargan de que el árbol se mantenga hidratado. Es capaz de buscar humedad a mucha profundidad. También de vivir con menos de dos lluvias al año. En tiempos de sequía, el árbol de argán pierde sus hojas para evitar la excesiva transpiración y deshidratación. Luego vuelve a echar brotes con las primeras lluvias. Sus largas y poderosas raíces evitan que el viento lo arranque del suelo.
Lo que hace más singular al aceite de argán es que es un aceite que se extrae de sus frutos de forma totalmente artesanal. Aparte de que del argán se sacan otros productos, la producción del aceite de argán por sí sólo, da trabajo a 7,5 millones de personas. Sobre todo a mujeres. Históricamente, el argán es uno de los árboles más arraigados en la cultura bereber y son sus mujeres las que se encargan de trabajar sus semillas hasta convertirlas en aceite.
El aceite de argán:
Es conocido como «el aceite más caro del mundo». Para la cultura bereber tiene un carácter casi sagrado. De hecho, las madres bereberes dan este aceite a sus hijos antes que la leche materna en señal de respeto.
El aceite de argán es una de las mayores riquezas del suroeste de marruecos. Al ser extraído casi exclusivamente por las mujeres, hace que sea una bendición. En esos lugares las mujeres casi no consiguen trabajo. Por tanto, es una fuente de ingresos para la familia. La producción de aceite de argán es uno de los pilares de la economía rural de la zona de la que dependen directamente unos dos millones y medio de personas.
El aceite de argán ha sido durante siglos el componente básico de la dieta de las tribus bereberes, aparte de que es uno de los elementos más importantes en la medicina tradicional.
A principios de los años 90’s se hicieron análisis químicos que confirmaron que tiene propiedades nutricionales y dermatológicas muy valiosas. Entre otras se cuenta el tratamiento contra el acné, las arrugas y las heridas leves y los problemas de queloides.
El fruto del que se hace el aceite de argán:
Es un fruto de color verde y de aspecto parecido a una aceituna gigante. Su olor es apetecible, pero su sabor es muy desagradable. Contiene una nuez dura con unas semillas aceitosas. El aceite de argán extrae por presión en frío de las semillas y es muy nutritivo. Está considerado un verdadero tesoro. Ha sido utilizado por los pueblos bereberes como elemento medicinal y cosmético. También para mojar pan y como aliño para ensaladas.
Actualmente el aceite de argán es muy valorado como ingrediente cosmético por sus propiedades y como elemento terapéutico con cualidades comprobadas científicamente. Actualmente muy utilizado en Europa y América del Norte.
No se desperdicia nada. Las cáscaras de la nuez una vez se extrae el aceite de argán se queman como combustible. La madera del árbol es conocida como «madera de hierro marroquí» y es muy valorada. Se usa para incrustaciones en cajas de taracea.
Recolección del fruto de Argán:
Hasta llegar a convertir la semilla en aceite de argán hay un proceso arduo y manual. Primero está la recolección. Se produce por junio, con los primeros calores. Hay dos formas de recolectar el fruto. Uno es dejar que madure y caiga al suelo. Entonces se seca para desprender su cáscara. Momento en que la nuez se machaca para sacar su semilla que va de tres en tres y se asemeja mucho a la semilla de la calabaza.
La otra forma de recolectar el fruto del argán es muy peculiar para las personas occidentales, pero no carente de ocurrencia. Cuando ya para junio el pasto para las cabras escasea, a estas se les permite subirse a los árboles a comerse sus brotes y semillas. La cabra es un rumiante. Por las noches, cuando empiezan a rumiar, escupen las nueces del argán ya limpios de su cáscara verde (parecida a la almendra). El pastor hace una recogida sin haber tenido que hacer el trabajo duro ni pincharse con las espinas.
Una vez recogidos los frutos, el proceso es el mismo a partir de ahí: se parte la nuez a mano una a una por las mujeres y los niños. Se extraen de dentro las pipas y comienza el proceso de fabricación del aceite de argán. Las cáscaras sobrantes que han quedado al partir las semillas, como hemos dicho, son aprovechadas para el fuego.
Un dato curioso es que las cabras que son utilizadas para ayudar en la cosecha, tienen prohibido entrar en el bosque de argán hasta que el fruto está maduro. Tiempo justo en que hacen frente a las espinas que tiene el argán y trepan a los árboles comiéndose la carne de sabor desagradable de los frutos.
Extraccion del aceite de argan:
Repetiremos hasta la saciedad que la extracción del aceite de argán es totalmente artesanal. No está industrializado. Se pueden tardar más de 10 horas en conseguir un litro de aceite. Por eso no es de extrañar que incluso en marruecos sea más caro que el aceite de oliva.
El aceite de argán es el aceite más caro del mundo, por lo que también es llamado el oro liquido de Marruecos. La Botella extra virgen 20 cl. puede llegar a costar la friolera de 17€. No es fácil ni barato conseguirlo. 100 kg de fruta madura se convierten en sólo 3 kg de pipas, las cuales son la fuente del aceite. Estas pipas se trituran con un poco de agua en un molino de piedra llamado Azeg. El resultado es una masa espesa que se presiona para extraer el aceite de argán. Pero anteriormente, esa masa ha descansado aproximadamente una semana en un lugar oscuro y fresco.
Luego, las mujeres forman unas bolas con la masa endurecida y las presionan para que escurra todo el aceite poco a poco. El resultado es un aceite muy ligero. Mucho más ligero, transparente y digestivo que el aceite de oliva. Tiene un sabor y un olor algo peculiar. Por ese motivo, antes de pasar por el molino, una de las formas de hacer más atractivo el aceite de argán, es tostando sus semillas. Esto da al producto final un sabor a nueces que resulta delicioso y muy valorado en la alta cocina.
Los residuos del proceso para la fabricación de aceite es usado para alimentar al ganado.
lunes, 25 de septiembre de 2017
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