Los alimentos crudos conservan toda su fuerza vital y la calida de sus nutrientes.
Culturalmente, la humanidad utiliza el cocimiento de los alimentos como una forma de tiernizarlos y de conservarlos. A partir del siglo XIX, los conocimientos de la microbiología hicieron que se utilizara la cocción y el pasteurizado para destruir las bacterias que podrían enfermar a los consumidores. El cocimiento tiene la desventaja de desnaturalizar a los alimentos: significa que pierden sus propiedades físico-químicas y su valor nutricional decrece o desaparece. Los alimentos cocidos producen, al ser ingeridos, una leucocitosis (aumento del número de glóbulos blancos) equivalente al doble o al triple de los valores normales. Pareciera existir una relación proporcional de tiempo y temperatura de cocción con la cantidad de glóbulos blancos en la sangre del consumidor. El naturismo considera que los alimentos cocidos pierden su fuerza vital.
domingo, 29 de marzo de 2009
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