Lava las hojas de kale y córtalas en chiffonade, pero no muy finas. Cuécelas al vapor unos minutos, sólo para que se ablanden un poco y pierdan algo de volumen, así se podrán saltear con más facilidad en una sartén grande, aunque quizá sea necesario hacerlo en dos veces.
Pela el puerro, el ajo y el jengibre, pica el puerro en medias lunas finas, y el ajo y el jengibre bien fino. Pon la sartén a calentar con un buen hilo de aceite de oliva virgen extra y saltea el puerro con el ajo y el jengibre unos segundos, a continuación añade la kale, una pizca de sal o gomasio y continúa salteando para que se mezclen los sabores.
La col kale perderá un poco más de volumen, cuanto más tiempo la tengas, más se reducirá, no conviene hacerla demasiado. Antes de retirar la sartén del fuego, y con éste a temperatura media, añade los tomates (si quieres puedes cortarlos por la mitad) y la salsa yakiniku. Dale un par de vueltas y retira del fuego.
Las lentejas tienen que estar cocidas con antelación, y se pueden servir frías o calientes, aunque en esta época apetecen platos con temperaturas templadas o frías, así que en este caso combinamos la col caliente con las lentejas frías. Si están cocidas sin más, condiméntalas con un poco de salsa yakiniku y aceite de oliva virgen extra.
Para terminar la preparación, corta la mozzarella en daditos, aunque si prefieres un queso con menos grasa, puedes utilizar un queso tipo Burgos 0%, no es la misma textura, pero también está rico.
gastronomia ycia
Ingredientes:
Preparación:
Para 6 personas
Arroz bomba 4 vasitos de arroz
Agua 10 vasitos de la misma medida (si usas caldo serán 8 vasitos)
Alcachofa 12
Judías verdes planas 30
Diente de ajo 1
Garrofó 30
Tomate 2
Pimiento verde italiano 1
Verduras variadas al gusto (coliflór, brócoli, calabacín...)
La noche anterior, dejamos en remojo el garrofón, las clásicas alubias blancas, ingrediente imprescindible en toda paella. Comenzamos picando muy bien el diente de ajo y lo doramos en aceite, directamente sobre la paella. Añadimos el tomate rallado y el pimiento verde cortado en trozos y preparamos un sofrito que será la base de nuestro fondo o caldo de verduras. Esto es habitual en cualquier receta de arroz en paella.
Vamos preparando las verduras y hortalizas que vayamos a utilizar. En mi caso, además de limpiar y cortar en cuartos las alcachofas, y separar los arbolitos de la coliflor, fui picando en juliana algunos restos de verduras que tenía en casa como un calabacín pequeño. Las incorporamos a la paella junto al garrofón escurrido y las judías verdes planas a las que simplemente cortaremos las puntas y partiremos por la mitad o en tres trozos si son muy largas.
Rehogamos en aceite de oliva todas las verduras para no dejarlas en crudo (a excepción de las alcachofas que reservamos para la cocción) y una vez hayan pasado por el aceite, añadimos el agua para hacer el caldo de verduras con la cocción de estas en la misma paella. Si vais a utilizar caldo de verduras en lugar de agua, entonces usaremos 8 vasos en lugar de 10 porque no tendremos que descontar la que se vaya a evaporar mientras se elabora dicho caldo si partimos de agua.
Tras 15-20 minutos de cocción si partimos de agua, tendremos las verduras y hortalizas tiernas y el caldo con sabor. Añadimos entonces las alcachofas y el arroz y cocemos 6-8 minutos a fuego muy vivo y después otros 12-10 a fuego lento, sin remover el arroz hasta el final de la cocción. Al terminar, ponemos unas ramas de romero, tapamos con un paño húmedo y dejamos que repose nuestra paella unos 5 minutos antes de llevarla a la mesa.
vitonica
Para 4 personas
Champiñones 12
Espinaca fresca 75
Zanahoria pequeña 2
Brócoli 0.5
Cebolla 1
Berenjena 0.5
Salsa de tomate o tomate frito 50
Salsa bechamel 500
Láminas de pasta para lasaña precocidas 10
Queso Parmesano rallado 50
Sal
Pimienta negra molida
Esta es una lasaña en la que las láminas de pasta se alternan con dos salsas diferentes, de tomate y bechamel, y tres capas de relleno distintas: champiñones y espinacas, zanahoria y brócoli y cebolla y berenjena. El orden en que colocamos las capas de relleno no afecta al resultado, así que podéis variarlo al gusto.
Lavamos los champiñones y los secamos bien. Troceamos y salteamos en una sartén con un poco de aceite de oliva virgen extra. En cuanto empiecen a cambiar de color, salpimentamos, añadimos las espinacas y tapamos. Dejamos que se cuezan ambos ingredientes con el calor residual.
Lavamos bien las zanahorias y el brócoli. Cortamos la zanahoria en pequeños dados y picamos el brócoli (tronco incluido). Calentamos un poco de aceite de oliva virgen extra en una sartén y rehogamos ambas verduras juntas a fuego suave, salpimentadas al gusto, hasta que estén al dente.
Pelamos y picamos la cebolla. Lavamos la berenjena y cortamos en pequeños dados. Calentamos un poco de aceite de oliva virgen extra en una sartén y rehogamos ambas verduras (salpimentadas al gusto) al mismo tiempo, a fuego suave, hasta que estén bien tiernas y cocidas.
Cubrimos la base de una fuente de horno rectangular con un par de cucharadas de salsa de tomate o tomate frito y un poco de salsa bechamel. Colocamos encima dos láminas de pasta. Sobre ellas una capa del relleno de champiñones y espinacas y un poco de salsa (bechamel o tomate, al gusto). Cubrimos con otras dos láminas de pasta, una capa de del relleno de zanahoria y brócoli y un poco más de salsa. Terminamos con otra capa de pasta, el último relleno, más salsa y una última capa de pasta.
Esparcimos el resto de la salsa bechamel por toda la superficie, dejando que escurra por los lados, y espolvoreamos con el Parmesano rallado. Cocemos en el horno, precalentado a 200º C, durante unos 20 minutos o hasta que la superficie esté ligeramente dorada. Servimos inmediatamente. (vitonica)
Lavar y secar bien la berenjena. Cortar en tiras longitudinales, usando un buen cuchillo afilado o una mandolina, dejando un grosor de menos de medio centímetro. Disponer en una fuente o plato grande y salpimentar ligetamente. Pintar con aceite de oliva virgen extra.
Calentar una plancha o parrilla antiadherente y cocinar la berenjena por ambas caras hasta que queden bien doradas, pero con cuidado de no pasarnos ya que se podrían romper al manipularlas. Extenderlas y cubrirlas con la salsa de tomate, el queso, unas hojas verdes y un par de anchoas, pavo o unas setas salteadas previamente (opción vegetariana).
Sazonar con un poco de pimienta extra y orégano, enrollar con cuidado y disponer en una fuente o plato. Regar con un hilo de aceite de oliva, añadir un poco de pan rallado y unas gotas de vinagre balsámico y calentar en el horno o en el microondas.
vitonica
El té de jengibre es una de las bebidas más conocidas y reconfortantes. Esta raíz tiene múltiples propiedades para la salud y se puede combinar con una gran variedad de ingredientes para potenciar sus propiedades y sabor. Te contamos cómo puedes prepararla en casa.
Hacer una infusión de jengibre es muy sencillo, la verdad. Solo tenéis que aprender a hacer una base de té de jengibre y lo demás es ir añadiendo los ingredientes que más os gusten o que en ese momento os resulten más beneficiosos.
Podéis variar la cantidad de raíz de jengibre en base a cómo lo queráis de cargado, yo suelo poner entre 8 y 12 gr. de raíz de jengibre por taza y media de agua. Igualmente, hay quien hace esta infusión con el jengibre en polvo pero, personalmente, me gusta más utilizar la raíz y creo que se puede aprovechar mejor sus propiedades.
Como vais a ver en las diferentes recetas, no he añadido ningún tipo de edulcorante (azúcar, miel, panela…). La razón no es otra de que me gustan las infusiones tal cual, sin añadidos, pero si es cierto que una buena miel puede aportaros nutrientes y suavizar vuestra garganta.
Esta combinación de té de jengibre con limón resulta deliciosa, la verdad. Es refrescante y muy saludable, para mí es una opción genial después de comidas copiosas. Eso sí, para que esté bien rico tenéis que evitar que lleve la parte blanca de la cáscara para que no sepa amargo.
350 cc de agua
10 gr. de raíz de jengibre
Un trocito de piel de limón
Ponemos el agua en el cazo junto con la raíz de jengibre pelada y troceada. Además, le añadimos unos trocitos de piel de limón y, cuando digo piel, no me refiero a la cáscara que implicaría añadirle la parte blanca. Si al retirar la piel os lleváis algo blanco, solo tenéis que rasparlo para retirarlo por completo.
Cuando llegue al hervor, lo apagas, lo tapas, y lo dejas reposar 15 minutos.
Retiras el contenido sólido y a servir.
Qué os puedo decir de esta combinación de ingredientes que no sea lo impresionantemente bien que huele la canela, ese aroma tan dulce y delicioso que lo embriaga todo… Y ya, en infusión, con la combinación del jengibre y un chorrito de limón que le he echado al final, es sublime. Una de las opciones que más me gustan, la verdad.
330 cc de agua
1 rama de canela
1 trocito de jengibre (10 gr. aproximadamente)
1 lima o limón
Pones todo el agua en un cazo y añades la rama de canela junto con el jengibre pelado y cortado en rodajas.
Lo pones a cocer durante 10 minutos.
Cuando pase este tiempo, añades la mitad de un limón en forma de zumo.
Apagas el fuego, retiras los sólidos de la infusión, y puedes taparlo para que repose otros tres minutos o sirves ya en la taza.
Para un toque final, puedes añadir una rodaja de limón o de lima en la taza.
saborgourmet
Cernir la harina junto con la sal y el polvo de hornear. Poner en el vaso de la licuadora, los huevos, el queso rallado, el queso crema, los ingredientes secos (harina, sal, pimienta, polvo de hornear).
Seguidamente el aceite, la leche y el agua. Licuar unos segundos hasta que esté todo integrado. Dejar descansar 1 hora, antes de cocinar.
Por ejemplo para cocinar el fainá de queso, tenemos que precalentar el horno a temperatura fuerte 200º o 220º. Del mismo modo aceitar generosamente una placa de 30 x 40 cm.
Poner la placa en el horno y dejar hasta que el aceite esté caliente (no hirviendo ni humeante, solo caliente). Retirar con cuidado la placa del horno y volcar la preparación de fainá en él.
Volver a poner en el horno y cocinar hasta que la
superficie esté firme y algo dorada. Aproximadamente puede llevar de
horno entre 15 o 20 minutos dependiendo de cada horno. Retirar y dejar enfriar unos minutos y luego cortarlo. Se puede comer tanto caliente como frío pero consideramos que caliente queda mejor. (solovegetales)
Primero tomamos el brócoli y lo dividimos en ramas, sacamos un trozo del tronco, la parte más dura. Lavarlo bien y colocarlo en una cacerola, cubrirlo con agua y un poco de sal. Cocinarlo con la cacerola destapada y cuando rompe hervor dejarlo aproximadamente 4 o 5 minutos. Es lo que lleva el cocimiento del brócoli. Retirar y escurrir bien y dejar enfriar y reservar.
Poner en una cacerola el aceite y calentar. Rehogar un poco la cebolla agregándole un poco de sal. Diluir el almidón de maíz en la pulpa de tomate y agregar a la cebolla rehogada. Cocinar siempre revolviendo hasta que espese. Retirar del fuego y agregar el ajo picado. Picar el brócoli y agregarle la salsa, mezclar bien para que el brócoli se envuelva con la salsa y tome sus sabores. Agregar las nueces picadas, el perejil picado y condimentar a gusto. Al final agregar la avena y mezclar. Conviene tapar el recipiente con papel film y dejar en la heladera unas horas o de un día para otro. Así se afirma la preparación y se pueden formar mejor las croquetas.
Tomar la preparación de las croquetas y elegir de las tazas medidas la equivale a 1/4 taza y humedeciéndose las manos tomar 1/4 taza de la masa y dar forma de croquetas hasta terminar la preparación. Así quedan todas del mismo tamaño. Ponemos en un recipiente cómodo la mezcla de harinas en partes iguales y en un plato los huevos semibatidos a los que se les agrega un poco de agua. Pasar cada croqueta por la mezcla de harinas, luego por huevo y nuevamente por las harinas. Cuando están todas terminadas, aceitar bien una placa de horno. Precalentar el horno a 180º C moderado y cocinar el tiempo necesario o hasta que su base esté dorada. Girar cada croqueta para dorar el otro lado y está pronta. Se come caliente o tibia acompañada de una ensalada.
solovegetales
Sacar el tofu del paquete (la cantidad exacta es aproximada, depende del fabricante), escurrir y envolver con cuidado en varias capas de papel de cocina. Envolver a su vez en un paño limpio y colocar en un plato. Poner otro plato encima o una bandeja, y situar sobre ella algo con peso, como unos cartones de leche. Dejar como mínimo una hora.
Picar muy fina la cebolleta y exprimir el zumo de las mandarinas, dejando un poco de pulpa si no nos molesta, que dará más sabor y textura. Reservar.
Cortar el tofu escurrido en cubos pequeños del tamaño de un bocado. Disponer en un cuenco, añadir una buena cantidad de pimienta recién molida, una cucharadita de salsa de soja, una o dos cucharadas de la mandarina, el pimentón, el ajo granulado y el comino. Remover bien, con suavidad. Dejar 20 minutos.
Calentar un poco de aceite de oliva en una buena sartén o plancha y dorar el tofu a fuego medio, salteándolo hasta que esté dorado por todas sus caras. Retirar y reservar. Añadir un poco más de aceite a la misma sartén y pochar la cebolleta con una pizca de sal a fuego suave, hasta que transparente.
Incorporar el resto de salsa de soja, el tomate concentrado y el resto del zumo. Añadir un poco de salsa picante (opcional) y el caldo o agua. Dejar que reduzca un poco y reincorporar el tofu. Remover, bajar el fuego y tapar. Cocinar unos minutos hasta que tenga la consistencia deseada. Servir con perejil.
vitonica
Muchas personas en el mundo padecen obesidad y cualquiera corremos el riesgo de incurrir en dicho malestar de salud, que casi siempre está ligado a nuestros malos hábitos alimenticios y de ejercicio que solemos tener, muchas veces derivados del ajetreado ritmo de vida, que o nos quita tiempo para nosotras mismas o nos deja exhaustas cuando tenemos que cruzar la CDMX y llegamos a casa muy cansadas.
Pero ya cuando nos aplicamos y empezamos a controlar, tanto lo que nos comemos, como el tiempo que pasamos haciendo ejercicio físico, pues nuestro cuerpo va obedeciendo a los cambios, hasta que llega el punto en el que definitivamente vas viendo las consecuencias de comer saludablemente, sin embargo, a veces nos desviamos del camino, sobre todo en las botanas, porque creemos que no puede existir algo mejor que las papitas fritas.
Sin embargo, ya que aceptamos la manera de alimentarnos saludablemente, seguramente las almendras, nueces y arándanos son tus nuevas "chips" o sea, botanitas y la verdad es que aunque no lo creas, claro que hacen una gran diferencia, sobre todo, porque de acuerdo con un nuevo estudio realizado por la Universidad de Harvard, remplazar alimentos poco saludable con las almendras o nueces puede desacelerar el aumento de peso en la edad adulta.
Y es que de acuerdo con la investigación que analizó los hábitos alimenticios de 145 mil personas por 2 décadas, encontró que las personas que comen una porción de 14g o 1/2 oz de nueces o almendras al día, subieron menos de peso, que quienes no lo hacían. Además redujeron el riesgo de padecer obesidad.
De acuerdo con Carmen Ruíz, nutrióloga de la Universidad de California, este es un snack nutritivo, que brinda 6 gramos de proteína vegetal, 13 gramos de grasas insaturadas, conocidas como "buenas" y 4 gramos de fibra, la mayor cantidad en una porción de nuez, que puede agregarse a cualquier plan de alimentación saludable.
La Universidad de Harvard apunta que el aumento del
consumo total de frutos secos se asociaron con menor aumento de peso, a
pesar de que son calóricamente más densos y señala que la ingesta de
almendras puede ser una estrategia efectiva para hacer alcanzable
modificaciones dietéticas para la prevención primaria de obesidad. (gastrolab)
Ingredientes
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