El papel de la vitamina D como nutriente necesario para la salud es clave. Todos conocemos su importancia en el mantenimiento de los huesos y dientes, pero esta vitamina interviene de forma clara en muchos otros procesos funcionales de nuestro organismo. Los músculos, el sistema inmunitario, la salud cardiovascular, el control de los niveles de azúcar en sangre e incluso los procesos de pérdida de peso se benefician de ella.
Por todo esto su ingesta no debe dejarse al azar. El sol es una gran fuente para nutrirnos con ella, pero no es la única alternativa. La alimentación juega un importante papel para suplir la cantidad diaria recomendada para mantener una buena salud y evitar su deficiencia. De esto queremos hablarte hoy, de los alimentos ricos en vitamina D, cuál es la dosis adecuada y mucho más.
Beneficios de la vitamina D
Como decíamos, la vitamina D está estrechamente relacionada con la fortaleza y salud de los dientes y huesos, en especial por ayudar a que nuestro cuerpo pueda absorber el calcio. Por esto es una gran aliada contra la osteoporosis y la salud ósea en general. Además de esto:
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Mejora la salud de los músculos, previniendo dolores y debilidad en ellos al mejorar su fuerza y potencia. Sumado a esto, favorece su recuperación fomentar la producción de sustancias que contribuyen a desinflamarlos.
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Favorece la actividad del sistema inmune, indispensable para combatir bacterias y virus, reduciendo la incidencia de gripes y resfriados.
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Ayuda en el control de los niveles de azúcar en la sangre. Y relacionado con esto, un estudio reciente publicado en PLOS One sugiere que la deficiencia de vitamina D puede provocar mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
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Puede reducir el colesterol en la sangre y también tiene incidencia sobre los niveles de la hipertensión arterial.
Alimentos ricos en vitamina D:
Hongos
Los hongos como los champiñones, shiitake y distintas variedades silvestres son una gran fuente vegetal de vitamina D. Y un dato curioso sobre ellos es que producen la vitamina de la misma forma que nosotros los humanos, por medio de la exposición a la luz ultravioleta.
Huevos
Además de ser una gran fuente de proteína para el organismo, los huevos son una gran alternativa para ingerir vitamina D fácilmente. Esta se encuentra en las yemas, así que no temas incluirlas en tu alimentación regular. Y mucho mejor si son de gallinas criadas en pastos o libres, ya que está demostrado que ofrecen hasta 4 veces más de la vitamina D.
Alimentos fortificados
En el mercado es posible encontrar una amplia variedad de alimentos fortificados con vitamina D como la leche de vaca, bebidas vegetales como la de soya, almendras y cáñamo, así como yogur y cereales. En este apartado encontrarás variadas alternativas y su aporte variará de acuerdo con las marcas.
Lácteos
En el apartado anterior mencionamos la leche de vaca y el yogurt, pero realmente los lácteos que aportan un porcentaje mayor de vitamina son los quesos grasos como el emmental, gouda y parmesano, así como la mantequilla. Los primeros hasta 50 UI por 100gr. Aquí también podemos incluir al queso de Burgos, un producto español elaborado con leche de oveja que aporta además de calcio y fósforo, vitaminas como la A, E, del grupo B y claro, la vitamina D.
Aguacate
El aguacate es un superalimento, y aunque la vitamina D que aporta no es tan elevada, 100 gr de esta cremosa y deliciosa fruta aporta 180 UI. Nada mal para una opción vegetal tan nutritiva como esta.
la cocina saludable
Artículo publicado en MysteryPlanet.com.ar: Área 51, ¿ingeniería inversa? https://mysteryplanet.com.ar/site/area-51-%C2%BFingenieria-inversa/
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