Mandarinas 2 u.
Huevo 1 u.
Aceite 100 ml.
Sucralosa 10 sobres de Hileret Zucra
1 taza de lentejas cocidas
½ taza de cilantro picado
1 zanahoria rallada
¼ de cebolla picada
1 ajo picado
Sal
Agua
1 taza de avena
1 huevo
Pimienta en polvo
Aceite de oliva
Comienza por lavar muy bien las lentejas, en una cacerola agrega suficiente agua para poder cocinarlas a fuego bajo. Una vez cocidas cuela y reserva.
En un sartén agrega una cucharada de aceite de oliva, agrega cebolla y ajo picado. Sofríe por unos minutos y reserva.
En un recipiente agrega las lentejas frías y la mezcla anterior de cebolla y ajo, integra una pieza de zanahoria rallada y cilantro picado. Mezcla hasta que todos los ingredientes se integren.
Posteriormente, agrega un huevo, salpimienta y por último integra la avena en hojuelas, puede ser en harina si así lo prefieres. Mezcla nuevamente y comienza a formar pequeñas bolitas.
En un sartén agrega una cucharadita de aceite de oliva y cuando esté caliente coloca las tortitas, deja cocinar por unos minutos hasta que estén listas.
Sirve en un plato y acompaña con una salsa o guarnición de verduras. ¡Provecho!
Gastrolab
Batimos bien los huevos. Incorporamos la coliflor rallada, un poco de sal, otro poco de perejil seco y, si usamos, un poco de pimienta negra. Removemos para que todo se mezcle bien.
Calentamos un poco de aceite en una sartén antiadherente y, cuando empiece a humear, volcamos la mezcla anterior. Bajamos el fuego y cocemos a baja temperatura hasta que empiece a cuajar el huevo.
Entonces colocamos un par de lonchas de queso en una mitad de la tortilla y doblamos. Dejamos que el calor funda el queso y que el huevo termine de cuajar antes de retirar de la sartén. Podemos tapar la sartén para acelerar el proceso. Servimos inmediatamente.
directoalpaladar
La calabaza atesora un gran aporte nutricional en muy pocas calorías: es perfecta en todas las etapas vitales. Su sabor y su textura suaves hacen que case bien con casi todo, ayudando a proteger nuestro aparato digestivo Antioxidante, buena para la vista, para el corazón, para prevenir el cáncer… Conoce todas sus propiedades
Pocos alimentos reconfortan y nutren como la calabaza: esta hortaliza pega con casi todo, es ligera, suave, apetecible y, además, está cargada de propiedades nutricionales saludables. Aunque puedes degustarla todo el año, es una verdura muy típica de los meses de otoño e invierno, perfecta para cremas y guisos que te ayudarán a entrar en calor de forma saludable. ¿Cuáles son las propiedades de la calabaza? ¿Cómo cocinar la calabaza para sacarle el máximo partido? ¿Cuántas calorías tiene y qué tipos de calabaza existen?
La calabaza es una hortaliza conocida por ser muy digestiva y por contar con múltiples propiedades beneficiosas para nuestro organismo. Procede de una planta que tiene su origen en América, y contiene todo tipo de vitaminas y minerales encerrados en una materia prima de muy bajo aporte calórico. Por eso se trata de un alimento perfecto para cuidarnos y reducir peso: muchas dietas hacen uso de la calabaza para ayudarte a mantener tu peso a raya de forma totalmente saludable.
En cuanto a los tipos de calabaza, lo cierto es que hay muchas variedades distintas, con diferentes colores y tamaños. Por ejemplo, la calabaza americana, la de cuello torcido, la de violín, la verde española… Suelen ser de gran tamaño y peso, pudiendo pesar entre y kilos de forma habitual, y pudiendo llegar hasta los en los casos más extremos. Su sabor es muy parecido en todos los casos: una textura de pulpa algo dulce, y un interior repleto de semillas de calabaza que también sirven como alimento y que cuentan con maravillosas propiedades nutricionales, al ser ricas en zinc y magnesio.
En general, la calabaza tiene la capacidad de reforzar nuestras defensas y mantener en buen estado nuestro sistema inmunitario, lo que nos ayudará a evitar enfermedades tales como los clásicos resfriados y gripes otoñales. Además, la calabaza es un potente antioxidante, gracias a su aporte de minerales y vitaminas. Sirve también para cuidar nuestro corazón y mantener en niveles adecuados nuestra tensión arterial, previniendo dolencias como a angina de pecho y regulando el nivel de colesterol.
Además, ayuda a cuidar nuestro aparato digestivo y previene la gastritis, la úlcera gastroduodenal y el estreñimiento. Por si fuera poco, la calabaza es muy buena para la vista: ayuda a evitar la ceguera nocturna, la fotofobia o las cataratas. También te ayudará a mantener limpios tu aparato urinario y tus riñones, previniendo cistitis, retención de líquidos, insuficiencia renal…
Su valor nutricional sirve para apoyar todos estos beneficios: este producto contiene pocas calorías y te proporcionan al mismo tiempo proteínas, hidratos de carbono, fibra, agua, calcio, hierro, yodo, magnesio, zinc, sodio, potasio, vitamina B, ácido fólico y vitamina C .
Por último, las formas de cocinar la calabaza son múltiples: su sabor suave y su textura agradable hacen que sea perfecta para cremas y purés, pero también como guarnición a la plancha, al horno, hervida… y como base para repostería pasteles, confituras…. De hecho, el cabello de ángel que tanto se utiliza para elaborar dulces tiene a la calabaza como materia prima. En cualquier caso, es importante no cocinarla demasiado si queremos conservar todos sus nutrientes: su cocción no debe exceder los minutos.
Además, se trata de un alimento que combina a la perfección con especias y plantas aromáticas como la canela, la vainilla, el clavo, el cardamomo, el comino, el jengibre, el tomillo, el romero, la albahaca, la pimienta, el curry…
Gracias a sus aportes a la nutrición, la calabaza resulta un alimento adecuado para todas las etapas de la vida, sobre todo en la infancia, ayudando a mejorar el desarrollo de piel, huesos y dientes. También es muy recomendable durante el embarazo y la lactancia, así como para aquellas personas que padezcan diabetes.
Para aquellos que tienen problemas vinculados al aparato urinario, el sistema cardiovascular, el sistema inmunitario, el aparato digestivo, el sistema nervioso, stress, ansiedad, insomnio, depresión…, enfermedades metabólicas obesidad, exceso de ácido úrico…, enfermedades del aparato respiratorio, salud ocular o salud masculina hipertrofia benigna de próstata, prevención del cáncer de próstata, infertilidad… se beneficiarán del consumo de esta hortaliza. Además, no hay que olvidar que la calabaza ayuda a prevenir el cáncer, especialmente el de colon, vejiga, próstata, pulmón y útero.
Para eso ponemos en un bol la harina cernida junto con la sal. Mezclamos el agua hirviendo con el aceite. Lo mezclamos rápidamente y lo volcamos donde está la harina.
Revolvemos rápidamente hasta formar una masa muy blanda que se pueda extender con las manos. No con palote porque se pegaría toda la masa en el palo de amasar. La cubrimos y dejamos descansar mientras hacemos el relleno.
Para hacer el relleno de la tarta de cebolla empezamos pelando las cebollas y lavándolas. Luego las picamos, ponemos en una sartén o cacerola un chorro de aceite, lo llevamos al fuego y esperamos a que el aceite se caliente. Cuando ocurre ésto le volcamos la cebolla picada y la vamos revolviendo hasta que estén tiernas no hace falta que la rehoguemos del todo. Retiramos la cebolla del fuego. Esperamos a que entibie un poco.
Una vez que esté tibia la cebolla le agregamos los otros ingredientes que falta, los huevos, el queso rallado parmesano y el queso mozzarella. Mezclamos todo hasta que esté todo integrado y agregamos las especies al gusto de cada quien. Le incorporamos ajo en polvo, pimienta negra, fenogreco que es una especie que tiene muchas propiedades. Y lógicamente sal al gusto.
Para armar la tarta de cebolla debemos primero tomar la masa. Estiramos la masa con las manos en un molde cuadrado. Tomamos la masa y la vamos estirando con los dedos logrando forrar el fondo del molde. Como la parte que tapiza el fondo es gruesa la podemos de a poco con las manos empujar hacia los bordes hasta cubrir con la masa hasta la mitad del borde. Continuar lo mismo con todos los bordes. Terminado ésto se rellena la tarta de la cebolla vertiendo el relleno sobre la masa. Emparejar el relleno con ayuda de una espátula.
Terminamos la tarta de cebolla cocinándola en un horno precalentado moderado 180ºC durante 30 o 35 minutos dependiendo del horno.
solovegetales
Los zucchini se lavan bien y se mantiene la piel porque al ser tan tiernos debemos aprovechar lo más posible el vegetal. Tomamos uno y comenzamos a cortar en rodaja de medio centímetro de espesor. Se reservan y mientras aprontamos los huevos y buscamos un bol y ponemos los huevos allí y agregamos las cucharadas de agua y algo de sal.
Tenemos los zucchini cortados, tenemos los huevos en un bol semibatidos, tenemos en un plato la harina y en otro plato el pan rallado. Por otra parte tenemos el queso muzzarella cortado más chico que el diámetro de las rodajas de zucchini. Esto impide que el queso al derretirse se deformen los sándwiches de zucchini.
Primero formamos los sándwiches apartando dos rodajas de zucchini y un trozo del queso. Colocamos en queso muzzarella en el medio de las dos rodajas. Pasamos el sándwiches por la harina, luego por el huevo y finalmente por pan rallado. Repetimos todo igual hasta terminarlos. Se pueden cocinar en el horno o directamente fritos. Nosotros elegimos hacerlos fritos dado que un día ponemos darnos un gusto. Pero igualmente en el horno quedan deliciosos. Una vez los sándwiches prontos, ponemos abundante aceite en un recipiente con bordes altos. Dejamos calentar el aceite pero no mucho cuando ponemos un dedo en el aceite y lo sentimos caliente pero logramos tolerar el calor.
Que si bien esta caliente nuestro dedo puede soportar la temperatura,
es señal que está pronto y podemos empezar a cocinar los sándwiches de
zucchini. Cocinar de a pocos cada vez y vigilar durante la cocción. Una
vez que están dorados de un lado se dan vuelta y se dora del otro lado. (solovegetales)
Ingredientes:
- 1 taza de quinoa cocida
- 2 tazas de leche de soya
- 2 tazas de azúcar
- 2 ramas de canela
Preparación:
Licue la quínoa cocida, la leche y el azúcar por 5
minutos.
Vacíelos en un recipiente, cocinándolos a fuego
lento hasta que espese. Finalmente agregue la
canela.
Sírvalo frío.
cocinafacil
Ingredientes
¿Cómo se prepara?
Ingredientes
"Un alimento clásico" de la cocina española "con fama de saludable" que en realidad "es dañino para el páncreas". En los últimos días, un estudio sobre la relación entre la diabetes y el tipo de arroz que comemos (blanco o integral) ha tenido un enorme eco mediático. Y, la verdad, llueve sobre mojado. Durante los últimos años, hemos escuchado muchas cosas negativas sobre el consumo de arroz. Así que nos hemos preguntado, ¿qué pasa con uno de los cereales más producidos y consumidos del mundo?
¿Qué es realmente el arroz blanco? De entrada, y aunque parezca contraintuitivo, se trata de un producto bastante procesado. Si lo pensamos un segundo, un grano de arroz está compuesto por la cáscara, el salvado, el germen y el endospermo. Al arroz integral solo le quitan la cáscara dura del exterior, pero al arroz blanco le quitan todo y solo dejan el endospermo.
Eso ya nos da una pista sobre qué está pasando aquí: al producir arroz blanco estamos quedándonos con los carbohidratos y estamos desechando la fibra (del salvado) y los nutrientes (del germen). ¿Por qué lo hacemos? ¿Por qué "vaciamos" el arroz? Esencialmente, porque así se mejora el sabor, se facilita la cocción y, sobre todo, se prolonga su vida útil. Es decir, se conserva, se almacena y se mantiene mejor. Y eso, hasta hace un par de décadas, era el argumento ganador.
Las cosas han cambiado. Lo que ocurre es que, hoy por hoy, ese argumento pierde peso y los posibles problemas relacionados con su consumo empiezan a mirarse de otra forma. Por ello, desde hace años escuchamos que el consumo de arroz blanco (por s mayor índice glucémico) podría estar relacionado con un mayor riesgo de diabetes, con un mayor riesgo de desarrollar síndrome metabólico o que sus niveles de arsénico son muy altos.
Un problema, sí.... Esto último, lo del arsénico, afecta más al integral que al blanco porque tiende a acumularse en el salvado y es algo sobre lo que se está trabajando (y mucho) desde la Unión europea. No obstante, es una buena muestra de lo que solemos leer en prensa sobre el consumo de arroz y sus problemas asociados.
¿Es mejor consumir arroz integral? A nivel nutricional y en términos generales, sí. Sobre todo, porque en dietas cada vez más ultraprocesadas, mantenter bajo control nuestra respuesta glucémica es una buena estrategia a largo plazo. No obstante, eso va mucho más allá del tipo de arroz que consumimos. Y es que, siempre que hablamos de un alimento de forma aislada, corremos el riesgo de no ver nuestra dieta como un todo integrado donde cada pieza juega su parte. Si no pensamos a nivel general, estamos dando palos de ciego.
xataca
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