El monje católico suizo Johann Künzle (1857-1945) fue junto con Sebastian Kneipp uno de los grandes recuperadores de los conocimientos tradicionales europeos sobre las plantas medicinales y un ferviente defensor de las medicinas naturales.
Ahora que ya tenemos el frío soplándonos en la nuca y las gripes y resfriados están a la orden del día nos vendrá bien la receta del padre Künzle. La preparación se hace con plantas a poder ser frescas y recién recogidas, lavadas y finamente troceadas (si no se consiguen frescas se puede hacer con plantas desecadas).
El remedio refuerza el sistema inmunitario, es antibacteriano, ayuda a despegar mucosidades, alivia la tos y resulta reconstituyente.
Ingredientes:
• 1 tarro de miel natural líquida, no centrifugada ni pasteurizada; si es posible, ecológica.
• 3 partes de flores de prímula con cáliz
• 2 partes de llantén menor
• 1 parte de chiribita o margarita común
• 1 parte de tusílago
Preparación:
Se colocan por capas las plantas convenientemente lavadas, secadas y troceadas y la miel en un tarro de cristal con tapa de rosca bien firme.
Se dejan reposar en un lugar seco y oscuro durante tres semanas.
Para que la miel pueda absorber perfectamente los principios activos de las plantas se voltea cada dos días el tarro y se deja apoyado sobre la tapa.
Transcurrido el tiempo se pasa la mezcla por un colador de malla bien fina (colador de té).
Se toman cada día dos cucharadas soperas por la mañana y dos por la noche.
(correodelsol)
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