El yogur es un producto típico de la dieta mediterránea que se obtiene a partir de la fermentación de la leche con bacterias que son buenas para nuestra salud: Lactobacillus bulgaricus y Streptococcus thermophilus. Es un alimento que contiene microorganismos vivos que, si se aplican de la forma y cantidad adecuada, poseen un efecto fisiológico beneficioso. Por esto, el yogur se considera un alimento probiótico.
Incluir el yogur en la dieta tiene muchos beneficios desde el punto de vista nutricional. En concreto, ayuda a alcanzar una gran parte de las recomendaciones diarias de nutrientes. Su composición es similar a la de la leche y destaca su contenido en calcio y otros minerales, entre los que destaca el fósforo.
Estos beneficios para la salud, y otros más que quizás no conoces, los enumeramos a continuación:
Tiene un valor nutricional alto:
El yogur, si es blanco y sin edulcorar, contiene 57 calorías por cada 100 gramos, según la Fundación Española de Nutrición (FEN). A pesar de tener pocas calorías, se trata de un alimento muy completo porque la mayoría de ellas provienen de nutrientes. Además, el yogur es un alimento que se digiere con facilidad gracias al proceso de fermentación con el que se elabora.
Es importante destacar su contenido en proteínas. Aunque suponen el 4% del total del alimento, son de gran calidad biológica. Es decir, las proteínas del yogur contienen todos los aminoácidos esenciales, que son aquellos que el propio cuerpo no puede producir.
Su calcio se absorbe con facilidad:
Según un estudio del Instituto de Salud Carlos III, más del 35% de los niños y los adultos consumen a diario menos calcio del recomendado. El calcio presente en el yogur es absorbido por el cuerpo con mayor facilidad y, por tanto, se trata de un producto recomendable para aquellas personas con niveles bajos de este mineral. El calcio es especialmente importante para la salud ósea.
Es apto para intolerantes a la lactosa:
En el proceso de fermentación de la leche que da lugar al yogur, la gran mayoría de la lactosa queda convertida en ácido láctico. Debido a que el yogur y la leche tienen valores nutricionales similares, es una alternativa muy recomendable para los intolerantes a la lactosa.
Se relaciona con un menor riesgo de obesidad:
Miguel Ángel Martínez-González explica en su libro Salud a ciencia cierta que el yogur es "el más saludable de entre todos los productos lácteos". Se refiere, claro está, al yogur natural y sin azúcares. En varias investigaciones se ha demostrado que el consumo de yogur se asociaba a "un menor riesgo de obesidad central (abdominal)" y a "una reducción de la diabetes tipo 2". No se sabe exactamente cómo se producen estos beneficios, pero el autor apunta a que puede tener que ver con la relación de este alimento con el intestino.
Protege tu intestino cuando estas tomando antibióticos:
Cuando tomamos antibióticos, estos atacan tanto a las bacterias que nos hacen enfermar como a algunas positivas. Tomar yogur puede ayudar a compensar una falta de bacterias en el intestino. Es decir, mantener el equilibrio de la flora intestinal. Según este estudio del Instituto de Investigación Sanitaria Pere Virgili, las bacterias contenidas en el yogur pueden ayudar a prevenir diarreas, infecciones o, incluso, casos de cáncer y de alergias.
elespanol.com
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