Imagina una pequeña botella que contiene 65 mililitros de una sustancia inodora y de color rosado que solo contiene 120 calorías (aproximadamente lo mismo que una rebanada de pan abundante). Ahora imagina que el modo en que ese líquido te aporta esa energía no es a través de los tres nutrientes tradicionales: carbohidrato, grasa o proteínas. ¿Entonces cómo?
Antes veamos lo que contiene esa botella valorada en 33 dólares estadounidenses. Los químicos lo llaman beta-hidroxibutirato, aunque al tratarse este ácido de un cuerpo cetónico, también se le conoce simplemente como cetona.
¿Qué son las cetonas y por qué estamos hablando de ellas? Bien, si los creadores de una startup californiana llamada HVMN (pronunciado “human”) tienen razón, esta sustancia es capaz de cargar de energía al cuerpo en un modo nunca visto.
Geoff Woo, CEO y cofundador de esta compañía (asociada por cierto a la Universidad de Oxford) no duda en definir a las cetonas como: “el cuarto macronutriente”. En sus propias palabras: “no es un carbohidrato, ni grasa, ni proteína, pero aun así tu cuerpo es capaz de obtener energía a partir de él”.
¿Cómo? Te preguntarás. La respuesta está en un “haciéndole trampas”. Para entender esto antes debemos comprender lo que le sucede a nuestro organismo cuando hacemos ayuno. No sé si estáis familiarizados con el concepto de las dietas de ayuno intermitente, las cuales se relacionan con trabajos científicos recientes que demuestran que comer menos hace que vivamos más.
Bien, la mayor parte de lo que ingerimos contiene carbohidratos. Los presentes en la fruta provienen de azúcares que se generan de forma natural. Los de las patatas, vegetales y pasta proceden del almidón (o fécula), la cual en última instancia es transformada por nuestro cuerpo en azúcar o glucosa para así obtener energía.
Cuando a nuestro cuerpo se le priva de carbohidratos, extrae su energía acudiendo a los depósitos de grasa. Bien, durante ese proceso nuestro cuerpo libera unas moléculas llamadas cetonas. El término puede sonaros por cierto tipo de dieta rica en grasas y baja en carbohidratos a la que se conoce como dieta cetogénica.
Cuando alguien realiza una dieta de este tipo (es decir cuando priva a su cuerpo de su fuente principal de energía), lo que hace en realidad es engañar a su organismo haciéndole creer que no está comiendo nada en absoluto.
Esa es la razón por la que uno puede adelgazar incluso aunque incremente su ingesta de alimentos grasos como la mantequilla, los bistecs o el queso. El cuerpo se convierte en una máquina de fundir grasa, produciendo cetonas para seguir funcionando.
Bien, lo que pretenden los responsables de la startup HVMN es suministrar al organismo directamente esas cetonas, en lugar de obtenerlas de forma natural a través del ayuno o mediante una dieta cetónica.
Resultados logrados
Si el producto que venden funcionan como dicen, o al menos como parece extraerse de un pequeño estudio con 39 ciclistas cuyos resultados se publicaron en julio de 2016 en la revista Cell Metabolism (del cual podéis encontrar más información aquí), podríamos encontrarnos ante una sustancia que hará realmente felices a los atletas.
Por lo que puedo leer, durante la hora después de consumir una botellita de HVMN, los niveles de cetona del cuerpo se elevan de un modo similar a los que se observarían en una persona que hubiese ayunado una semana.
¿Entonces nos encontramos frente a una revolución que podría mejorar el rendimiento de nuestros deportistas de forma notable? Aún es pronto para decirlo. Los trabajos realizados hasta la fecha han sido a muy baja escala, con muestras muy pequeñas, lo cual no permite desechar el fantasma de un efecto placebo, pero sin duda merece la pena seguir investigando.
Lo que está claro es que si se confirman esos supuestos “súperpoderes” (se dice que los ciclistas que lo probaron rindieron 400 metros más que quienes tomaron otras bebidas estimulantes sin generar ácido láctico) los 60 millones de dólares que HVMN ha invertido a lo largo de más de una década en el desarrollo de un producto inicialmente orientado a atletas de élite, pronto comenzarán a producir beneficios.
¿Pero qué pasa con los que no nos estamos preparando para ir a las olimpiadas? ¿Acaso nos interesa? Bueno, tal vez si, especialmente si comprendéis que (en caso de que realmente funcione) este producto nos podría permitir adelgazar como si estuviésemos ayunando mientras que nos atiborramos de carbohidratos o grasas.
No es de extrañar que ante semejante premio sus potenciales compradores estén dispuestos incluso a olvidar su pésimo sabor, al que según he visto describen como: “algo parecido a un trago de licor mezclado con quitaesmalte”.(yahoo noticias)
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