Para algunos es una moda, para otros una religión, también un estilo de vida: el veganismo está en auge desde los últimos años. No consumir animales ni sus derivados (incluso zapatos) se convirtió en una cultura arraigada de todo el mundo.
El veganismo es un modo de vida que evita el uso de animales tanto en la alimentación, como en el vestido, el calzado, la cosmética y cualquier otra faceta de la vida, con el propósito último de disminuir el sufrimiento animal. Por ende, se trata de una alimentación 100% vegetal.
Como el cambio a una alimentación vegana puede parecer un poco intimidante al principio, mostraremos información y consejos necesarios para la transición a este nuevo y moderno estilo de vida, el veganismo. Si eres ovo-lacto-vegetariano, te beneficiarás del cambio ya que huevos y quesos son alimentos muy ricos en grasa saturada y en colesterol, por lo que la calidad de la dieta va a mejorar sustancialmente al eliminarlos.
Por un lado, pasarás de comer huevos a reemplazarlos por lengumbres, que te darán la misma cantidad de nutrientes. Si antes comías 4-5 huevos por semana, aumenta tu ingesta de legumbres en 3-4 raciones de tamaño mediano, sea en una hamburguesa, en tu ensalada, entre otras alternativas.
Sustituir la leche de vaca y los yogures por leche y yogures de soja u otras leches vegetales (avena, almendras, arroz, coco) es la parte más sencilla para la mayoría. La leche de soja es más nutritiva que el resto de leches vegetales; en cambio, las de arroz y coco son las menos recomendables.
Aún así, cambiar el queso es la parte más difícil, no solo por el hábito que genera en nuestra vida consumirlo diariamente, sino porque los que intentan imitar el sabor y textura fundente del queso son muy malos nutricionalmente. Para ello, come quesos elaborados con frutos secos.
Si quieres comenzar con el veganismo directamente, ten en cuenta, como regla general, que la carne, el pescado y los huevos se sustituyen por legumbres, tofu, tempeh y seitán; mientras que los productos lácteos se sustituyen por frutos secos, leches vegetales enriquecidas con calcio y sus yogures (preferentemente de soja), y algunas verduras.
Ahora, la mejor forma de empezar tu dieta vegana es identificando aquellos platos de tu dieta habitual que son veganos o se pueden veganizar: por ejemplo una pasta con salsa boloñesa (sustituye la carne por soja texturizada), unas lentejas estofadas (suprime el embutido si lo había y añade más verduras), una paella (hazla de verduras y seitán o de verduras y garbanzos). Una vez que hayas consolidado estos pasos, empieza a sustituir el pan, la pasta y el arroz blancos por sus equivalentes integrales. Y a probar otros cereales como la quínoa, el amaranto o la avena.
Solo es necesario que estés atento a una dosis de 2000-2500 microgramos de vitamina B12 a la semana, esencial para el funcionamiento del corazón y del sistema nervioso. Lamentablemente, no se encuentra en cantidad suficiente en una alimentación vegana, por lo que debemos aportarla en forma de suplemento.
Mui
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