. Alcachofa. Es el alimento depurador por excelencia. Posee una sustancia activa denominada cinarina que favorece el trabajo de desintoxicación del hígado. Además sus sutancias amargas activan la secreción biliar que facilita la digestión de las grasas. Conviene comer 100 g dos veces por semana.
. Perejil. Gracias a su aceite etéreo apiol, favorece la diuresis y con ello que los riñones filtren las sustancias tóxicas presentes en la sangre. La cura de zumo de perejil durante un periodo de 4 a 6 semanas resulta muy eficaz.
. Melocotón. Contiene mucho potasio, lo que estimula la función eliminadora de los riñones a la vez que favorece su limpieza, reduciendo las posibilidades de que se contraigan infecciones en el sistema urinario. Para realizar una cura se pueden comer diariamente tres o cuatro melocotones. Para el mantenimiento es suficiente con uno o dos.
. Apio. Desintoxica gracias a sus terpenos. Estas sustancias aromáticas protegen al riñón y la vejiga de la aparición de cálculos. Además limpia las vías urinarias porque favorece la eliminación de líquidos. Se pueden añadir 200 g de apio crudo a las ensaladas dos veces por semana.
. Espárrago. Mientras la fibra ayuda a limpiar el intestino, el potasio favorece la eliminación a través de la orina de los tóxicos acumulados. Los expertos en dietoterapia los recomiendan como si fueran una medicina cuando existen problemas de hígado o de riñón. Cuando sea la temporada, tomar tres veces por semana 500 g.
. Dátiles. Aportan mucha energía gracias a sus azúcares fácilmente asimilables (glucosa y fructosa), sin producir residuos que se acumulen en el organismo. Uno de sus aminoácidos, la leucina, favorece la buena digestión, y la abundancia de potasio estimula la diuresis. Se recomienda tomar diariamente cuatro o cinco dátiles.
. Hinojo. Hace que el intestino trabaje de forma correcta gracia a sus aceites esenciales, entre los que se encuentra la fencona, y gracias a sus fibras. En caso de estreñimiento, serán de gran ayuda 200 g dos veces por semana.
. Saúco. El zumo de la baya fresca es un laxante eficaz. Sin embargo, si se consumen secas actúan como antidiarreicas. En caso de necesidad se pueden tomar de 30 a 50 bayas diarias. Primero se dejan secar en el horno (no se deben tomar nunca crudas, pues existe peligro de intoxicación).
. Yogur. Las bacterias lácticas no sólo hacen que la leche resulte más digestiva, sino que equilibran la flora intestinal, favoreciendo así tanto la correcta asimilación de nutrientes como la eliminación de residuos. Para obtener buenos resultado es necesario tomar dos yogures diarios (unos 250 g).
. Mango. Sus complejos azúcares favorecen el desarrollo de la flora bacteriana benefactora, impidiendo la colonización por parte de los gérmenes que pueden dan lugar a enfermedades. Una flora bacteriana sana es uno de los puntales de las defensas orgánicas. La diarrea infecciosa puede combatirse con un mango diario.
. Chucrut. Se trata de un alimento fermentado, muy común en la cocina centroeuropea. La fibra junto con el ácido láctico previenen y combaten el estreñimiento. En casos de necesidad se puede tomar diariamente hasta 200 g.
. Pan integral. Es imprescindible en la mesa. Su abundante vitamina B1 resulta absolutamente vital para obtener energía a partir de los nutrientes y para la salud del sistema nervioso. La fibra por su parte favorece una velocidad adecuada en el paso de los alimentos por los intestinos, no permitiendo que los residuos tóxicos se filtren y perjudiquen al organismo. Se recomienda acompañar las comidas con cuatro rebanadas grandes.
lunes, 1 de junio de 2020
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