Hay muchas maneras de preparar calabacines, como los rollitos que verás más adelante, o estos ricos canelones. Para el relleno podemos usar puerro, calabaza, queso y remolacha. La combinación de todos estos le da un sabor buenísimo. Y como base de los canelones, podemos colocar un puré de patata con trufa.
En 2009, el grupo ETC publicó un informe que mostró que 70 por ciento de la población mundial se alimenta gracias a la producción de las redes campesinas y otros proveedores de alimento en pequeña escala. El dato provocó sorpresa y a veces negación, porque las trasnacionales que dominan la cadena alimentaria industrial se han encargado de hacernos creer que son imprescindibles y que sin ellas no se podría alimentar a la población, lo cual es totalmente falso.
En la nueva versión revisada y aumentada, publicada en 2017, se reafirma que más de 70 por ciento de la población mundial acude a la red campesina para toda o gran parte de su alimentación, aunque esta red sólo dispone de menos de 25 por ciento de la tierra, agua y combustibles usados en agricultura. La publicación ¿Quién nos alimentará? ¿La red campesina o la cadena agroindustrial? se puede descargar en http://www.etcgroup.org/.
Por otro lado, la cadena alimentaria agroindustrial ocupa más de 75 por ciento de esos recursos, pero sólo alimenta al equivalente de 30 por ciento de la población mundial. Al mismo tiempo es una fuente de problemas de salud y ambiente, y es el principal generador de gases de efecto invernadero que provocan el cambio climático, según datos de Grain (https://tinyurl.com/yda3vp3z).
Lo que en ETC llamamos red campesina incluye a las y los campesinos e indígenas, pastores, recolectores, cazadores, pescadores y pescadoras artesanales, además de mil millones de campesinos urbanos que mantienen traspatios, crianza de pequeños animales y huertas en medios urbanos, lo que en total suma más de 4 mil 500 millones de personas. La mayoría de ellas realizan por momentos una u otra de esas actividades, además de que por razones económicas alternan con empleos urbanos.
Definimos a la cadena alimentaria industrial como una secuencia lineal de eslabones que van desde los insumos agrícolas (genética vegetal y animal, agrotóxicos, fertilizantes, medicina veterinaria, maquinaria agrícola) hasta lo que se consume en los hogares, pasando por las cadenas de procesamiento, empaques, refrigeración, transportes, almacenamiento, venta a granel, al menudeo o en restaurantes. Desde semillas a supermercados, la cadena está dominada por una veintena de trasnacionales, a las que se agregan grandes bancos, inversionistas, especuladores y políticos.
Son amplios los impactos negativos de esa poderosa cadena, tanto en las economías locales y nacionales como en la salud y el ambiente, incluso más allá de los que conocemos.
Por ejemplo, por cada peso que los consumidores pagan por los productos de la cadena industrial, la sociedad paga otros dos pesos para remediar los daños a la salud y al medioambiente que provocan. Según datos de 2015, se gastan 7.55 miles de millones de dólares por año en alimentos industriales, pero de esta cantidad, 1.26 mil millones son alimentos consumidos en exceso, que provocan obesidad, diabetes y otras enfermedades y 2.49 mil millones son alimentos que se desperdician. Además de la cifra pagada directamente al comprar productos, la sociedad paga por daños a la salud y ambientales otros 4.8 mil millones dólares. Por tanto, del total de gastos relacionados a la alimentación industrial (12.32 mil millones de dólares anuales) ¡70 por ciento es contraproducente!
La cifra que se paga por daños a la salud y ambiente está basada en datos oficiales, que solamente reflejan una parte de los gastos que se hacen en salud. No obstante, esa cifra es cinco veces el gasto mundial anual en armas.
La cadena alimentaria agroindustrial produce mucha más comida que la que llega finalmente a alimentar a la población. ¿Dónde va a parar toda esa producción entonces? Para empezar, el nivel de desperdicio desde la agricultura industrial a los hogares es enorme: según FAO es de 33 a 40 por ciento. Si la producción agrícola se mide en calorías –una medida pobre, ya que no muestra la calidad de la energía, pero es la que está disponible– 44 por ciento se dedica a alimentar ganado (pero de esto sólo 12 por ciento llega a la alimentación humana), 15 por ciento se pierde en transporte y almacenamientos, 9 por ciento se usa para agrocombustibles y otros productos no comestibles y 8 por ciento va a la basura en los hogares. Solamente 24 por ciento de las calorías producidas por la cadena industrial llega directamente a alimentar a la gente.
Hay muchos más datos en las 24 preguntas que plantea el documento, que es un trabajo colectivo diseñado para ser accesible a la mayoría, basado en cientos de fuentes de Naciones Unidas y organizaciones de investigación académicas e independientes. Entre otras conclusiones, queda claro que el discurso sobre el sistema alimentario, vital para la sobrevivencia de todos, está plagado de mitos para favorecer a la cadena industrial, las empresas trasnacionales y los intereses financieros que lucran con ella. Pero son las redes campesinas, las que pese a la enorme injusticia en el acceso a los recursos, alimentan a la mayoría de la población mundial, cuidando además de la biodiversidad animal, vegetal y microbiana, el ambiente y la salud. El 16 de noviembre se hará una presentación del informe en la Universidad Autónoma del Estado de México
Ecoportal.net
Cortar la calabaza en dos y limpiarla por dentro; sacarle el relleno y las semillas. Cocinarla un rato a la parrilla para que se ablande (también se puede hacer al horno un rato). No cocinarlas por completo. Rehogar cebolla picada con manteca hasta que esté transparente. Agregar un cubito de caldo y leche. Hervir lentamente y espesar con almidón de maíz disuelto en la taza de leche. Revolver y condimentar con pimienta y nuez moscada. Combinar en un bol gran parte de la mezcla de cebolla con el choclo y rellenar las calabazas con eso. Encima, colocar la salsa restante, queso rallado y perejil. Llevar a la parrilla hasta que se derrita el relleno.
Cortar el morrón a la mitad, sacarle las semillas y limpiarlo bien por adentro (importante: no sacar el tallo verde, porque necesitamos que esté bien cerrado para que el huevo no se caiga). Cocinar un ratito al fuego y luego romper uno o dos huevos adentro. Volver a llevar a la parrilla y un ratito después, agregarle trozos de queso; puede ser roquefort o queso fresco. Sacar cuando el queso esté derretido y la clara del huevo firme. Se puede terminar con cebolla de verdeo picada fina, sal y pimienta.
Lavar bien los tomates y los cortarlos por la mitad. Rociarlos con un buen chorro de aceite de oliva, espolvorear con orégano, pimienta molida y un poco de sal. Colocar un rato en la parrilla para asar. Preparar la mezcla para el gratinado: en un bol combinar queso parmesano, pan rallado y un chorrito de aceite. Revolver bien todo. Rellenar con tomates con la mezcla y devolver a la parrilla hasta que el queso se derrita y se dore por arriba.
Precalentar el horno a 200ºC y preparar una bandeja con papel vegetal sulfurizado. Lavar y secar bien las patatas y los calabacines. Colocar las patatas en una olla cubiertas con agua y llevar a ebullición. Cocer durante unos 20-25 minutos, hasta que se puedan pinchar con un palillo, pero vigilando que no se pasen de blandas. Enfriar con agua fría. Mientras se cuecen las patatas podemos rallar los calabacines, usando un rallador con agujeros gruesos. Colocar en un colador y añadir un poco de sal. Dejar escurriendo mientras se cuecen y enfrían las patatas, presionando suavemente de vez en cuando. Pelar las patatas y rallar con el mismo rallador grueso sobre un recipiente mediano. Escurrir bien los calabacines y echarlos a la patata. Salpimentar y agregar el queso o la levadura (opcional) y ajo granulado al gusto. Mezclar todo muy bien. Si la masa estuviera muy húmeda podemos dejarla escurriendo sobre un paño limpio en la nevera durante media hora. Con el frío además será más manejable. Con una cucharilla tomar porciones y formar pequeñas croquetas. Distribuir en la bandeja de horno, pincelar con un poco de aceite y hornear hasta que estén dorados, unos 30 minutos. Para que queden aún mejor podemos dar la vuelta a cada unidad a mitad del tiempo, usando unas pinzas de cocina con cuidado. También se puede añadir alguna hierba fresca o incluso especias picantes a la masa.
vitonica
La ciruela, jugosa y deliciosamente dulce y ácida a la vez, es la fruta laxante por excelencia. Además aporta vitaminas A, C y E.
Fresca, ligera y aromática, la ciruela resulta muy apetecible en primavera y verano. Es el fruto del ciruelo (Prunus domestica), un árbol perteneciente a la familia de las rosáceas y al género prunus, al igual que el melocotón y el almendro.
Un
tesoro de nutrientes
La
ciruela es rica en agua (83%), fibra (2%) e hidratos de carbono
(11%), pero apenas contiene grasas (0,2%) ni proteínas (0,8%). Unos
100 gramos de fruta aportan potasio (190 mg) y, en menor cantidad,
calcio (14 mg), fósforo (10 mg), magnesio (8 mg) y hierro (0,10 mg).
Contienen, además, cantidades notables de vitamina C (9 mg),
provitamina A (30 mcg) y vitamina E (0,7 mg).
Energía
física y mental
La
vitamina A es importante de cara al buen estado de la piel y las
mucosas, así como el funcionamiento ocular. Por su lado, tanto la
vitamina E como la C ejercen una notable acción antioxidante frente
a los radicales libres, que dañan principalmente las arterias y las
neuronas, además del ADN del núcleo celular.
Otros componentes
de efecto antioxidante son las antocianinas, pigmentos que
proporcionan el característico color de las ciruelas, sobre todo en
las variedades rojizas y moradas. Al sabor contribuye en buena parte
el ácido málico.
De los minerales, el que contiene en mayor
abundancia la ciruela es el potasio, que interviene en la actividad
muscular y en el equilibrio hídrico del organismo. Destaca asimismo
la presencia de diversos oligoelementos: cobre, manganeso, selenio y
cinc. Todos ellos, aunque estén en pequeñas cantidades, contribuyen
al adecuado funcionamiento de las células del cuerpo.
Esta
composición nutricional convierte a la ciruela en un alimento
energético, alcalinizante, refrescante y estimulante, ya que
tonifica el sistema nervioso. Conviene a lo largo de toda la vida,
desde la infancia hasta la vejez.
Está especialmente indicada
para obtener un mejor rendimiento físico e intelectual en las
labores normales o en periodos de actividad momentáneamente más
intensa (estudiantes y deportistas). También siempre que se precise
una desintoxicación orgánica.
Para el sobrepeso la ciruela es
en general una fruta muy recomendable, tanto por su bajo contenido
calórico como por su acción drenante.
Como laxante y desintoxicante
puede además aliviar el estreñimiento funcional y aligerar la carga
del hígado.
Su efecto diurético también la hace útil en caso
de reumatismo, gota y enfermedades renales (excepto en caso de
litiasis, debido a su contenido en ácido oxálico, sobre todo en
variedades azuladas).
Todo
un mundo de colores… y de sabores
Amarillas, rojas, verdes,
púrpuras, moradas, negras… las ciruelas son una fruta refrescante,
con un sabor entre ácido y dulce que contrasta agradablemente y en
el que se pueden apreciar notas almendradas, florales, a melocotón,
a fresa y ligeramente picantes.
Como fruta de mesa ponen un
broche a cualquier comida, aunque también pueden comerse antes, para
facilitar la digestión. Además, al ser ricas en fibra y tener agua
en abundancia pueden resultar saciantes.
En ensalada combinan
bien con lechugas dulces pero un toque de verduras amargas o
ligeramente picantes, como el de la achicoria o los berros, realza su
dulzor. También casan con frutos secos como las nueces, piñones o
almendras y con frutas como la manzana. En cualquier caso, las
variedades más firmes son las adecuadas para ensalada.
Con
queso resultan deliciosas. Les sientan bien tanto los quesos frescos
-como el de Burgos o el requesón- como los curados tipo manchego o
los quesos suaves de cabra. Pueden combinarse en ensalada o como
postre.
Para 4 unidades
Higos secos o deshidratados 80
Zumo de naranja recién exprimido 20
Stevia líquida 5
Copos de avena 40
Coco rallado 30
Almendras 30
Nueces 30
Agua cantidad necesaria
En un bol mezclamos los higos con todos los ingredientes secos: los copos de avena (yo los procesé un poco para que queden más pequeños), el coco rallado, las nueces picadas groseramente y las almendras partidas por la mitad. En este punto se puede agregar más agua si fuese necesario o más edulcorante si habiendo probado nos parece que falta dulzor.
vitónica
El seitán nos aporta proteínas vegetales muy saludables y su característico sabor hace que podamos degustar un plato diferente, gustoso y nutritivo. Está buenísimo el Seitán con salsa de almendras, pruébalo.
Los ingredientes 500 gramos de seitán, 15 almendras crudas, 1 cebolla pequeña, 2 dientes de ajo, 1 vaso de caldo de verduras, perejil, aceite de sésamo y sal.
La preparación Lava el seitán bajo el chorro de agua fría y córtalo en filetes. En una sartén, vierte el aceite de sésamo y fríe los filetes de seitán por ambos lados, retíralos y deposítalos sobre papel de cocina absorbente. En el mismo aceite sofríe los ajos, retíralos y sofríe la cebolla cortada muy fina. Cuando empiece a transparentar, vuelve a introducir los ajos y añade las almendras. En un bol introduce el caldo de verduras, el sofrito de la sartén y tritura, cuando esté bien fino, vuelve a incorporarlo a la sartén e incorpora el seitán, sazona y deja cocer unos 5 minutos.
Sirve los filetes en los platos y riega con la salsa de almendras, termina espolvoreando con perejil.
La degustación Es un plato que resulta ligero y que conquista al paladar por la combinación de ingredientes, otro día elaboraremos la salsa con avellanas, a ver qué tal…
vitonica
Las nueces contienen una variedad de compuestos naturales y fitoquímicos que investigaciones científicas han demostrado que protegen de la inflamación del intestino y el cáncer de colon.
Ahora, un equipo de investigación de la Universidad de Connecticut (EEUU) ha probado en ratones de laboratorio el potencial curativo de las nueces en los casos de colitis, una enfermedad inflamatoria del colon (el intestino grueso) y del recto, y han descubierto que los ratones alimentados con nueces durante al menos dos semanas sufrieron menos daños en el colon y también se reparó más rápidamente.
De esta forma concluyen que comer nueces puede proteger el colon durante un episodio de colitis ulcerosa y acelera la reparación despué. Eso sí, es posible que sea necesario una buena cantidad: hasta 25 nueces al día durante varias semanas deberían ser comsumidas antes de que los efectos protectores comiencen a notarse, según han explicado los investigadores.
C del sol
Para 1 unidades
Tofu firme natural 400
Levadura de cerveza en copos 1-2 cucharadas
Sal 1 cucharadita
Ajo granulado 1/2 cucharadita
Orégano al gusto (opcional)
Aceite de oliva virgen extra (aproximadamente) 15
Zumo de limón (aproximadamente) 30
Sacar el tofu de su envase, desechar el líquido y envolver en dos o tres hojas de papel de cocina. Presionar suavemente y desenvolver. Trocear y disponer en un robot de cocina, procesador de alimentos o vaso de batidora.
Añadir una cucharada y media de levadura de cerveza, una cucharadita de sal, media de ajo granulado o en polvo, y una pizca de orégano (opcional). Echar también el aceite de oliva y el zumo de limón recién exprimido, colado.
Empezar a triturar hasta integrar todo en una
textura cremosa. Probar y ajustar el sabor añadiendo
un poco más de levadura o especias (también admite pimienta negra,
pimentón picante, albahaca, tomillo, cebollino...) o aceite de oliva
para hacerlo más cremoso. Vitonica
Para 5 unidades
Alubias negras cocidas 300
Boniato cocido o asado 200
Arroz integral cocido 120
Levadura de cerveza en copos 5
Salsa Barbacoa 10
Ajo granulado 5
Comino molido 5
Pimentón dulce o picante 5
Hierbas provenzales al gusto
Sal 3
Pimienta negra molida al gusto
Harissa o salsa picante (opcional)
Pan rallado necesario
Si vamos a cocer las alubias, dejarlas en remojo con abundante agua fría la noche antes. Escurrir y cocer siguiendo las indicaciones del paquete, alrededor de 30 minutos en olla rápida. Escurrir muy bien todo el líquido y dejar enfriar. Para cocer el arroz integral, llevar a ebullición el doble de volumen de agua, echar el arroz, tapar dejar cocer a fuego lento durante 20 minutos. Escurrir. Pelar y trocear el boniato, cocerlo al vapor, en el microondas o asarlo, hasta que esté muy tierno.
Podemos picar con ua picadora parte de las alubias con parte del arroz para conseguir una textura más suave, aunque trabajando toda la masa a mano salen bien. Pesar las cantidades indicadas de alubias, arroz y boniato, y disponer en un recipiente. Mezclar un poco, aplastando con una cuharada grande. Añadir todos los demás ingredientes y mezclar. Trabajar el conjunto aplastándalo hasta conseguir una masa homogénea, húmeda pero maleable. Añadir más pan rallado si hiciera falta.
Tenemos la opción de dejar enfriar la masa en la nevera una media hora para que sean más fáciles de formar las hamburguesas. Cuando vayamos a cocinarlas, tomar porciones del tamaño deseado con las manos humedecidas o usando guantes. Formar bolas y aplastar con suavidad. Calentar un poco de aceite en una sartén o plancha y cocinarlas a fuego medio, hasta que estén bien doradas por ambos lados. El tiempo dependerá del grosor y el punto que nos guste.
Para montar las hamburguesas, tostar el pan en la misma plancha y colocar una base de lechuga o escarola. Disponer encima la hamburguesa, una o dos lonchas de queso, unas rodajas de tomate, cebolla roja cortada en juliana y unos gajos de aguacate con algo más de cebolla. Añadir salsa barbacoa o de tomate.
Un compuesto presente en la cúrcuma, la especia que da color al curry, es capaz de favorecer la producción de células madre neurales, según un estudio realizado en el Instituto de Neurociencia y Medicina de Lulich (Alemania). El hallazgo, realizado en animales de laboratorio, podría dar lugar a la creación de medicamentos para prevenir y tratar el Alzheimer y otras enfermedades neurológicas. El estudio suma una nueva propiedad a la cúrcuma, que, además de una especia, es uno de los remedios naturales más eficaces y utilizados por la medicina natural.
Los investigadores inyectaron turmerona, un principio aromático de la cúrcuma, en ratas y luego escaneraron sus cerebros. Las imágenes mostraron que ciertas regiones del cerebro que están implicadas en la producción de células madre neurales se activaron bajo el efecto de la turmerona.
Este tipo de células puede transformarse en cualquier tipo de célula cerebral, lo que les otorga una papel principal en la curación de enfermedades y lesiones. La turmerona favoreció la producción y la transformación de estas células en neuronas sanas.
En peces y animales pequeños, las células madre neuronales parecen tener una gran capacidad de autorreparación. Sin embargo, en las personas es mucho menor por lo que es interesante potenciarlas, según la investigadora Maria Adele Rueger.
La mayoría de los estudios sobre las propiedades de la cúrcuma se centraban en uno de sus compuestos principales, la curcumina, que posee efectos antiinflamatorios y anticancerígenos. Las investigaciones sobre la turmerona son menos numerosas.
La investigación financiada por la industria farmacéutica tiende a aislar los principios activos presenten en las plantas medicinales para transformarlos luego en sustancias sintéticas de nueva creación, patentables y comercializables a precios elevados. En cambio, la medicina natural utiliza extractos y otras elaboraciones que no separan los compuestos, sino que aprovechan el efecto combinado de todas las moléculas presente en el producto natural. En este caso, al tomar cúrcuma se obtienen los beneficios de la curcumina, la turmerona y otras sustancias que la componen.
Para potenciar el efecto de la cúrcuma conviene consumirla junto con pimienta negra y aceite. En el curry se combinan ambas especias.
C del sol
Para 4 personas
Cebolla morada 1
Dientes de ajo 1
Comino molido 5
Pimentón dulce 5
Canela molida 2
Orégano seco 5
Chile chipotle en adobo 1
Tomate troceado natural 400
Azúcar 2
Garbanzos cocidos 420
Soja texturizada fina 60
Caldo de verduras
Pimienta negra molida
Sal
Aceite de oliva virgen extra
Poner a remojo la soja texturizada en agua o caldo, cubriéndola. Picar la cebolla y el diente de ajo. Calentar un poco de aceite en una sartén o cazuela amplia y pochar la cebolla con un poco de sal. Añadir el ajo, las especias y el chile picado con parte del adobo al gusto.
Incorporar el tomate y una pizca de azúcar, removiendo bien. Añadir los garbanzos, mezclar con suavidad y echar la soja texturizada escurrida. Ajustar a ojo según la cantidad que nos guste, puede que se haya hidratado demasiada. Hay que tener en cuenta que seguirá creciendo un poco.
Salpimentar y añadir caldo o agua si fuera
necesario. Bajar el fuego y dejar cocinar unos 10 minutos, vigilando
que no se queme, hasta que reduzca. Debe quedar espeso, sin
mucho líquido. Corregir de sal y añadir un poco más de
especias al gusto al final. vitonica
Las granadas tienen el "asombroso efecto" de revertir el proceso de envejecimiento ayudando a las células a renovarse, dicen los investigadores de la Ecole Polytechnique Fédérale de Lausanne, en Suiza.
Esta fruta carnosa de color rojo contiene el precursor de una molécula que permite a las células renovarse y evita el deterioro muscular y enfermedades asociadas con el envejecimiento, como el Parkinson.
A medida que envejecemos, nuestras células se
esfuerzan más para renovar sus centros de energía, que son las
mitocondrias. Estos compartimentos internos, cuando ya no son capaces
de llevar a cabo su función vital, se van acumulando en la célula.
Su degradación afecta a la salud de muchos tejidos, incluyendo los
músculos, que se debilitan gradualmente a lo largo de los años.
Los resultados de esta investigación realizada con animales de laboratorio ha sido "poco menos que increíble", dicen los científicos suizos. En algunos ensayos la esperanza de vida aumentó en un 45 por ciento.
La molécula mágica se llama urolitina A, que logra restablecer la capacidad de la célula para reciclar los componentes de la mitocondria defectuosa. "La urolitina A es la única molécula conocida que puede relanzar el proceso de limpieza mitocondrial", explica Patrick Aebischer, uno de los investigadores. "Es una sustancia completamente natural y su efecto es potente y medible".
Según han explicado estos científicos, en realidad la granada no contiene dicha molécula sino un precursor de esta. Sin embargo, las bacterias de la flora intestinal se encargan de transformar el precursor en urolitina A, siempre y cuando la cantidad de bacterias intestinales sea la adecuada.
Sin embargo, una pequeña minoría de gente no dispone de una flora intestinal correcta y por ello no obtendrían ningún beneficio de consumir granadas o zumo de granada, por lo que los investigadores están desarrollando un producto llamado Amazentis que ayudaría cuando la flora es insuficiente o inadecuada.
Correo del sol
1/2 taza de judías negras secas, 1 patata grande, 1 zanahoria mediana, 1 cebolla, 100 gramos de tomates cereza, hojas de lechuga fresca y tierna, 6 mazorquitas de maíz, sal, zumo de medio limón, media cucharadita de ají molido, 1 diente de ajo y 2 cucharadas de aceite de oliva.
Para realizar esta receta debes comenzar el día previo, dejando las alubias o judías negras en remojo por unas 8 a 10 horas.
Cuando haya pasado ese tiempo debemos hervirlas hasta que estén tiernas, escurrirlas y reservarlas para después saltarlas junto a la cebolla picada, el ají molido y el diente de ajo picado en una sartén.
Por otro lado, pelamos una zanahoria y una patata y las cortamos en cubos para hervirlas hasta que estén tiernas.
En dos platos disponemos las hojas de lechuga lavadas y cortadas y por encima, colocamos la mezcla de las judías negras rehogadas con la cebolla junto a las patatas, zanahorias y tomates cereza previamente lavados y cortados por su mitad.
Adicionamos las mazorquitas de maíz
y condimentamos con una vinagreta elaborada con zumo de limón,
aceite de oliva y sal. vitonica
1 cebolla roja, 1 diente de ajo, 2 zanahorias, 100 g de quinoa, 2 tazas de alubias negras (o de otra variedad) cocidas y escurridas, 1/2 vaso de vino blanco, 1/2 cucharadita de comino molido, 1/4 cucharadita de cayena o pimentón picante, 1 cucharadita de cúrcuma molida, 1 limón, tabasco al gusto, perejil o cilantro fresco, pimienta negra, sal, aceite de oliva virgen extra.
Cocer previamente las alubias, dejadas a remojo toda la noche, en olla convencional o en olla rápida, o utilizar legumbres en conserva. Escurrir bien con suavidad. Reservar. Enjuagar muy bien la quinoa hasta que el agua deje de salir turbia. Picar la cebolla roja y el diente de ajo, pelar las zanahorias y cortar en rodajas.
Calentar un poco de aceite de oliva en una cazuela y pochar la cebolla con el ajo y una pizca de sal durante unos 5 minutos. Añadir la zanahoria y las especias, remover y saltear 5 minutos más. Incorporar la quinoa, dejar que se tueste y regar con el vino. Cuando se evapore el alcohol, cubrir con agua, salpimentar y dejar cocer a fuego lento 15 minutos.
Vigilar que no reduzca el líquido demasiado, añadiendo más agua si fuera necesario. Agregar las alubias, mezclar bien y añadir el zumo del limón. Dejar cocer unos 10 minutos más a fuego suave. Corregir de sal, añadir tabasco rojo o verde al gusto y servir con perejil o cilantro fresco picado.
vitonica
Para 2 personas
Seitán cortado en filetes 250
Diente de ajo (opcional) 1
Pimienta negra en grano 2 cucharaditas
Vino blanco 60
Caldo de verduras 60
Nata líquida vegetal (soja, avena, arroz, coco...) 200
Pimentón dulce o picante, al gusto
Tomillo seco al gusto
Pimienta negra molida al gusto
Sal al gusto
Aceite de oliva virgen extra
Escurrir el seitán del posible líquido de su envase, cortar en filetes no muy finos y secar con suavidad con papel de cocina. Calentar un poco de aceite en una sartén o cazuela y dorar a fuego alto por ambas caras. Retirar y reservar.
Laminar el diente de ajo pelado (opcional). Añadir un poco más de aceite a la sartén, calentar a fuego medio y agregar la pimienta en grano y el ajo. Dejar que liberen sus aromas y el ajo se dore hasta quedar crujiente, con cuidado ya que se quema rápidamente. Retirar el ajo y reservar.
Subir el fuego, añadir el vino y dejar que evapore el alcohol pasados un par de minutos. Incorporar el caldo y el tomillo, remover bien y echar la nata y el pimentón. Salar ligeramente (el caldo suele ir salado) y devolver el seitán, cubriéndolo bien con el líquido.
vitonica
100 g de quinoa, 1/2 cucharadita de comino en grano, 1/2 cucharadita de semillas de mostaza, 40 g de lentejas beluga, 1 pepino pequeño, 1 cebolleta pequeña, 1 ramita de apio, 2 tomates de rama, 1 manojo de hojas de espinaca baby, zumo de 1/2 limón o 1 lima, 2 cucharadas de perejil o cilantro fresco picado, 1 cucharada de alcaparras, 1/2 cucharadita de comino molido, 1/2 cucharadita de hinojo molido, 1/2 cucharadita de Tabasco o salsa picante al gusto, 1/4 cucharadita de vinagre de arroz, pimienta negra, sal, 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra.
Lavar bien la quinoa hasta que deje de salir agua turbia y tostarla ligeramente en la olla o cazuela sin añadir nada de líquido ni aceite, hasta que empiece a soltar un aroma ligero a frutos secos. Incorporar entonces las semillas de comino y las de mostaza, si usamos, y dar unas vueltas. Añadir las lentejas, un poco de aceite, salpimentar y cubrir con dos dedos de agua. Llevar a ebullición, bajar el fuego y cocer hasta que estén al dente, siguiendo las indicaciones de los paquetes.
Vigilar que no quede demasiado seco, o subir el fuego al final de la cocción si quedara demasiado líquido en la cazuela. Remover de vez en cuando y comprobar el punto, buscamos una textura ligeramente firme, no gomosa. Mientras tanto lavar muy bien las hortalizas y enjuagar las alcaparras para eliminar parte de la sal de la conserva. Pelar el pepino, despepitar los tomates y retirar los filamentos del apio. Picar todo muy bien en piezas pequeñas.
Añadir el perejil o cilantro a la cazuela, ya
fuera del fuego, y todos los vegetales preparados. Incorporar
las especias y aliñar con el zumo de lima o limón, la
salsa picante, el vinagre y aceite de oliva virgen extra. Salpimentar
al gusto y añadir más o menos aceite si se desea, mezclando todo
bien. Guardar en la nevera. (vitonica)
Ingredientes
3 huevos
350 gramos de queso fresco batido desnatado
Ralladura de lima o 1 limón
25 g de harina de avena
30 gramos de copos de avena
5 g de levadura química
1 g de sal
250 g de frambuesas
Esencia de vainilla opcional
Endulcorante apto para cocinar (OPCIONAL)
Precalienta el horno a 170ºC y prepara un molde o fuente de tamaño medio, de paredes profundas, engrasándolo ligeramente con aceite o cubriéndolo con papel sulfurizado.
Lava con suavidad las frambuesas y déjalas secar sobre un paño o papel de cocina.
Separa las claras de las yemas, reservando las primeras aparte. Bate con unas varillas las yemas con la ralladura de lima o limón, el queso batido desnatado, la vainilla y la sal.
Añade también edulcorante si se desea (mejor líquido y apto para hornear).
Añade la levadura, la harina de avena y los copos, y mezcla bien.
Se pueden triturar los copos con un robot o picadora para lograr la textura fina de la harina, o usar solo en copos.
Añade las frambuesas y mezclar con suavidad. Aparte bate las claras con una batidora de varillas hasta obtener una textura firme a punto de nieve.
Incorpóralas a la masa principal y mezclar con movimientos envolventes, suaves, usando una lengüeta o espátula.
Llena el molde con cuidado y añade unas frambuesas extra si se desea por encima. Hornea a media altura durante unos 35-40 minutos, vigilando que no se queme por arriba.
Al pinchar con un palillo en el centro debe salir limpio. Deja enfriar fuera del horno sobre una rejilla antes de servir.
Gastrolabweb
Ingredientes:
Preparación:
Comenzamos salteando la cebolla y el morrón en una sartén y cuando estén listos agregamos las acelgas sin excedente de líquido. Cocinamos un poco para que se mezclen los sabores, retiramos del fuego.Luego cuando haya bajado un poco la temperatura de las verduras agregamos el huevo, condimentamos con sal y pimienta, integramos todo bien.
Agregamos el pan rallado y el queso mezclamos bien, formamos las croquetas y las acomodamos en la placa o freímos. En caso de hacerlas fritas deberás hacerle el rebozado sí o sí, a la hora de servirlas puedes agregarle una salsa o mayonesa.
mdzol
Ingredientes:
Procedimiento:
Lavamos los vegetales y los cortamos en trozos, reservamos.
Luego cascamos los huevos y le rompemos el ligue, preparamos una
sartén con un poco de materia grasa y vertemos la mezcla, luego
agregamos los vegetales y dejamos que se cocine, cuando vemos que el
huevo cuajó, podemos cerrarla o voltearla, cocinamos por unos minutos
más ¡y listo! (mdzol)
Nairobi / París, 4 de marzo de 2021 – Se estima que 931 millones de toneladas de alimentos, o 17% del total de alimentos disponibles para los consumidores en 2019, terminaron en los basureros de hogares, minoristas, restaurantes y otros servicios alimentarios, según una nueva investigación de la ONU realizada como parte de los esfuerzos mundiales para reducir el desperdicio de alimentos a la mitad para 2030.
El peso equivale aproximadamente a 23 millones de camiones de 40 toneladas completamente cargados, suficiente para dar siete vueltas a la Tierra.
El informe sobre el Índice de desperdicio de alimentos 2021, publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la organización asociada WRAP, analiza el desperdicio de alimentos que se produce en los puntos de venta, restaurantes y hogares, y considera no solo los alimentos, sino también las partes no comestibles, como los huesos y cáscaras. El informe presenta la recopilación, el análisis y el modelo de datos más completos hasta la fecha sobre el desperdicio de alimentos, y ofrece una metodología para que los países puedan hacer sus propias mediciones. Se identificaron 152 puntos para la medición del desperdicio de alimentos en 54 países.
El informe encuentra que en casi todos los países que han medido el desperdicio de alimentos, este fue sustancial, independientemente del nivel de ingresos. Muestra que la mayor parte de este desperdicio proviene de los hogares, que descartan 11% del total de alimentos disponibles en la etapa de consumo de la cadena de suministro. Los servicios de alimentación y los establecimientos minoristas desperdician 5% y 2%, respectivamente. A nivel mundial, per cápita, cada año se desperdician 121 kilogramos de alimentos a nivel del consumidor, y 74 de esos kilogramos se desperdician en los hogares. El informe también incluye estimaciones per cápita regionales y nacionales.
El desperdicio de alimentos tiene importantes efectos ambientales, sociales y económicos. Por ejemplo, en un momento en que la acción climática aún está rezagada, entre 8% y 10% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero están asociadas con alimentos que no se consumen, si se toman en cuenta las pérdidas que suceden antes del nivel del consumidor.
“Disminuir el desperdicio de alimentos reduciría las emisiones de gases de efecto invernadero y la velocidad de la destrucción de la naturaleza que resulta de la conversión de la tierra y la contaminación. Al mismo tiempo, mejoraría la disponibilidad de alimentos y, por lo tanto, reduciría el hambre y ahorraría dinero en un momento de recesión mundial”, dijo Inger Andersen, directora ejecutiva del PNUMA.
“Si queremos tomarnos en serio la lucha contra el cambio climático, la pérdida de la biodiversidad, la contaminación y los residuos, entonces las empresas, los gobiernos y los ciudadanos de todo el mundo deben hacer su parte para reducir el desperdicio de alimentos. La Cumbre sobre los Sistemas Alimentarios de la ONU de este año brindará la oportunidad de lanzar nuevas acciones audaces para abordar el desperdicio de alimentos a nivel mundial”.
Con 690 millones de personas afectadas por el hambre en 2019, un número que se espera aumente drásticamente con la COVID-19, y 3.000 millones de personas que no pueden pagar una dieta saludable, los consumidores necesitan apoyo para reducir el desperdicio de alimentos en el hogar.
Los países pueden aumentar la ambición climática al incluir el desperdicio de alimentos en las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional de cara al Acuerdo de París, al tiempo que fortalecen la seguridad alimentaria y reducen los costos para los hogares. En ese sentido, la prevención del desperdicio de alimentos es también un área crucial para su inclusión en las estrategias de recuperación de la COVID-19.
Un problema global
“Durante mucho tiempo, se asumió que el desperdicio de alimentos en el hogar era un problema importante solo en los países desarrollados. Con la publicación del informe sobre el Índice de desperdicio de alimentos, sin embargo, vemos que las cosas no son exactamente así”, dijo Marcus Gover, director ejecutivo de WRAP.
“En los 9 que nos quedan, no lograremos la Meta 3 del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 12 si no aumentamos significativamente la inversión para abordar el desperdicio de alimentos en el hogar a nivel mundial. Esto debe ser una prioridad para gobiernos, organizaciones internacionales, empresas y fundaciones filantrópicas”, advirtió Gover.
La meta 12.3 de los ODS busca reducir a la mitad el desperdicio mundial de alimentos per cápita a nivel de los minoristas y los consumidores y reducir las pérdidas de alimentos a lo largo de las cadenas de producción y suministro. Uno de los dos indicadores de la meta es el índice de desperdicio de alimentos.
Un número creciente de países ha medido el desperdicio de alimentos en los últimos años. Los informes encuentran que 14 países ya tienen datos sobre el desperdicio de alimentos en los hogares recopilados de una manera compatible con el Índice de desperdicio de alimentos. Otros 38 países tienen datos sobre el desperdicio de alimentos en los hogares en los cuales pequeños cambios en la metodología, la cobertura geográfica o el tamaño de la muestra permitirían crear una estimación compatible con el ODS 12.3. En total, 54 países tienen datos de al menos uno de los tres sectores que abarca el informe.
Las nuevas estimaciones del desperdicio de alimentos a nivel del consumidor en todo el mundo se generaron a partir de puntos de medición de datos existentes y extrapolaciones basadas en las estimaciones observadas en otros países. Dado que 75% de la población mundial vive en algún país con una estimación de desperdicio de alimentos directamente observada a nivel doméstico, la confiabilidad de la estimación en este sector es mayor. En cambio, puesto que las estimaciones directas son mucho más bajas al nivel de los minoristas y los servicios de alimentos, la confianza en las estimaciones en estos sectores es menor.
Los datos que permiten desglosar los alimentos desperdiciados de las partes no comestibles están disponibles solo en unos cuantos países de ingresos altos y muestran una división de 50% en promedio al nivel de los hogares. La proporción de partes no comestibles es una brecha de conocimiento importante y puede ser mayor en los países de bajos ingresos.
Para aprovechar el trabajo del informe, el PNUMA lanzará grupos de trabajo regionales para ayudar a desarrollar las capacidades de los países para medir el desperdicio de alimentos a tiempo para la próxima ronda de informes del ODS 12.3 a fines de 2022, y ayudarlos a desarrollar líneas de base nacionales para rastrear el progreso hacia la meta de 2030, y diseñar estrategias nacionales para prevenir el desperdicio de alimentos.
unep.org
La ortiga es una hierba, muchas veces tratada como maleza, que cuenta con múltiples propiedades. Es reconstituyente, antiinflamatoria, antianémica, antihemorrágica, diurética, antihistamínica, antirreumática, expectorante y más. Te contamos cómo consumirla y cultivarla.
La ortiga (Urtica dioica) es una de las plantas medicinales más importantes. Tiene muchas aplicaciones, tanto en uso interno como externo.
Recién recogida es muy valiosa pues conserva todo su potencial “vivo”, lo que la hace mucho más activa. Su sabor es similar al de las espinacas, y se pueden aprovechar todas sus partes, incluso raíces y semillas. Así que, si tenemos acceso a una planta tierna que haya crecido en lugares libres de pesticidas o de contaminación, podremos aprovecharla.
La ortiga ha sido utilizada tradicionalmente como apoyo en múltiples dolencias. Se destaca, además, por contener una interesante variedad de nutrientes.
Propiedades nutricionales
Es una de las plantas más ricas en clorofila y proteínas, nos aporta cantidades abundantes de carotenoides, vitaminas del grupo B, K, ácido fólico, vitamina C, hierro, ácido silícico, calcio, magnesio, potasio, fósforo…
Propiedades medicinales
Tradicionalmente se conoce la ortiga como una planta depurativa, reconstituyente, antiinflamatoria, antianémica, antihemorrágica, diurética, antihistamínica, antirreumática, expectorante… Por otro lado, tanto sus hojas como sus semillas han formado parte a lo largo de la historia de los tratamientos naturales contra el cáncer.
Cómo “desactivar” su acción urticante
En primer lugar, habrá que manipularla siempre con guantes o cualquier otro método que proteja nuestra piel de sus pelillos urticantes.
A la hora de consumirla tenemos que “desactivar” los pinchos de la ortiga. Dos son los métodos más seguros para hacerlo:
Machacando la planta: De este modo los pelillos se rompen, y una vez rotos pierden toda su acción. Esto se puede lograr con un mortero, licuadora, batidora, extractor de zumos.
Por la acción del calor: Una vez se calienta la planta al cocinarla, en pocos minutos se puede comer ya sin problemas. Con el paso de los días, después de cosechada, también va perdiendo su acción irritante.
Zumos de frutas o verduras, batidos, licuados, smoothies…
Si sólo vamos a consumir el zumo, podemos echar toda la planta (por ejemplo en el extractor de zumos). Pero si el producto es tipo smoothie, en el que ingeriremos la planta triturada, entonces echaremos sólo las hojas, pues los tallos son muy leñosos. Son ideales los extractores de zumo lentos o de bajas revoluciones, porque exprimen muy bien las hojas verdes manteniendo todas sus propiedades. La medida puede ser de un manojo de ortigas por vaso.
Añadida a nuestros platos o ensaladas en forma de pesto
Podemos picarla en el mortero con otros ingredientes como limón, ajo, piñones, aceite de oliva… o cualquier otra receta de nuestro gusto. Una vez picada, es un excelente aderezo para diferentes platos y ensaladas. En este caso utilizaremos sólo las hojas.
Caldo
La ortiga enriquece mucho nuestros caldos depurativos o remineralizantes. A modo de ejemplo, podríamos echar en un litro de agua, dos puñados de ortiga (se pueden incluir los tallos), dos cebollas cortadas, y dos cúrcumas cortadas. Llevar a ebullición, bajar el fuego, tapar y dejar a fuego lento 30 minutos. Sazonar con sal marina y un chorrito de aceite de oliva. Guardar en la nevera máximo 24 horas. Las posibilidades de recetas son muchas, pues la ortiga combina bien con todo tipo de verduras como apio, zanahorias, col, puerros, nabos…
Sopa
Se pueden echar las hojas frescas de ortiga los últimos 10 minutos de cocción de cualquier sopa que preparemos.
Hervida o al vapor
La podemos cocinar como unas espinacas, al vapor o hervida, usaremos sólo las hojas. En el caso de hervirla, la cocinaremos con poca agua (que aprovecharemos después), y la dejaremos a fuego suave de 8 a 10 minutos como máximo. Al vapor se deja unos pocos minutos hasta que veamos que está tierna. Combina muy bien con patatas al vapor o hervidas, un poquito de ajo picado y aceite de oliva.
Salteada
Se pueden saltear las hojas en un chorrito de aceite de oliva y ajo, sola o junto a otros ingredientes como setas, tomate, alcachofas, espinacas… etc. Son un delicioso acompañante de muchos platos.
Infusión o decocción
Y por supuesto, es una magnífica idea aprovechar sus propiedades preparando una infusión de ortiga fresca o una decocción breve. Un ejemplo: dos cucharadas colmadas de ortiga fresca (hojas) por taza, a la que podemos añadir una pizca de stevia y alguna planta aromática como romero, menta, albahaca… o combinarla con plantas de acción complementaria, como la cola de caballo, para reforzar el efecto depurativo, antihemorrágico y remineralizante.
Estas son algunas de las enfermedades en las que la ortiga se ha utilizado como apoyo:
arteriosclerosis alergia primaveral infecciones urinarias afecciones de próstata gota, ácido úrico reumatismo | catarros bronquiales, intestinales, vesicales y renales hemorragias internas y externas dermatitis, eccemas afecciones del hígado y del bazo úlceras estomacales, intestinales afecciones pulmonares | artritis hemorroides trastornos de la circulación de la sangre tuberculosis diabetes (semillas) cáncer (ecoportal) |
Servimos los ñoquis con la salsa pesto y espolvoreamos con levadura tradicional para completar.
Ecoportal.net
Algunas de la imágenes de este blog han sido extraídas de Internet y pueden estar sometidas a las leyes de propiedad intelectual. Si eres propietario de esos derechos y quieres que se eliminen de esta página, o deseas que se cite el autor y/o procedencia, en caso de no estar citados, comunícamelo por correo electrónico y será rectificado de inmediato. Muchas Gracias.
No one has commented yet. Be the first!