viernes, 3 de octubre de 2008
Algunos mitos sobre la alimentación biológica
DESHOJANDO LOS MITOS
La alimentación biológica es coincidente con la propuesta ovo-lacto-vegetariana, el tipo de alimentación que por ejemplo acompaña al Yôga desde sus orígenes.
La alimentación mal llamada vegetariana asociada con personas que se alimentan de verduras y frutas exclusivamente. Esto es un error cultural, en razón de que la palabra vegetariano, acuñada por los fundadores de la Asociación Británica Vegetariana en 1842, procede de la palabra latina vegetus que significa completo, sano y vivaz. Por ejemplo, homo vegetus significa hombre vigoroso, tanto física como mentalmente.
En la antigua Grecia, el pueblo comenzó a reconocer que los filósofos –que en la mayoría no comían carnes porque entendían que embotaba la mente y perjudicaba la inteligencia- y sus discípulos vivían mas, eran mas vitales y se enfermaban menos.
OTRO MITO, LA FALTA DE PROTEÍNAS:
UNA PREOCUPACIÓN EXCESIVA
Las proteínas son elementos de vital importancia para la salud, pues se encargan del crecimiento y la reparación de los tejidos (incluida la sangre) y además pueden ser utilizadas como aporte energético, aunque eso es mas difícil cuando su ingesta es excesiva.
Podemos ingerir proteínas vegetales o animales. Lo importante es utilizar proteínas completas, que son las que presentan los aminoácidos esenciales. Pero debemos tener en cuenta que no todas las proteínas son iguales.
Las principales diferencias son: el valor biológico y la digestibilidad. El valor biológico es la cantidad de proteínas que se retiene para la síntesis metabólica; la digestibilidad es la cantidad de proteínas que absorbe el sistema digestivo.
Durante mucho tiempo se mantuvo la creencia de que las proteínas completas eran exclusivamente de procedencia animal. Ahora, la ciencia superó ese concepto equivocado y se sabe que las proteínas de origen animal presentan serios inconvenientes.
En primer lugar, están siempre unidas a la grasa animal. Estas grasas saturadas son perjudiciales. Son el elemento básico para formar el colesterol denominado malo y con ello, incrementar las posibilidades de producir arterosclerosis. Se las encuentra en grasas, huevos, leche, fiambre, frituras, etc.
Los doctores en medicina y en especial los cardiólogos están recomendando adoptar dietas basadas en cereales integrales, fibras, granos en general, vegetales y frutas.
Las grasas no saturadas provienen de los vegetales, aceitunas, almendras, maní, nueces, etc. Su consumo incrementa el llamado colesterol bueno y además promueve la formación de hormonas sexuales y de esteroides. Es recomendable consumir exclusivamente aceites vírgenes de primera prensada en frío.
Una pregunta que frecuentemente plantean las personas deseosas de mejorar sus hábitos alimentarios es ¿cuál es la cantidad de proteínas necesaria por día?
No debemos preocuparnos demasiado por ello, porque casi la totalidad de los alimentos contienen proteínas. De todas maneras, podemos recurrir a una fórmula que se utiliza para los deportistas –personas que necesitan una importante cantidad de proteínas-: el requerimiento diario es de 0,6 gramos de proteínas por cada kilo de peso. Para hacer este cálculo hay que utilizar el peso teórico de esa persona, es decir, aquel que debería tener de acuerdo con su altura, constitución, edad, sexo, etc., y no el que realmente tiene, que no siempre es el adecuado.
Efectuemos ese cálculo para una persona cuyo peso ideal es de 80 kg:
0,6 g/kg. P= X
0,6g /kg . 80kg = 48 gs.
Es decir que esa persona debe consumir unos 48 gramos de proteína completa por día.
Para tranquilizar a los debutantes en el sistema vegetariano, si agregan a su dieta semillas de girasol obtendrán 24 % de proteínas cada 100 gramos. Las almendras y las nueces contienen 20 % cada 100 gramos. Las semillas de sésamo, 19 % cada 100 gramos.
Un yogur de 200 gramos aporta el 50 % de las necesidades diarias de proteínas completas. Pensemos ¿cuántas otras cosas comemos en nuestro día?¿es justificado ese miedo a la falta de proteínas si no comemos carnes? ¿y los pueblos que por cultura y religión no la consumen desde hace miles de años, como han subsistido? ¿las personas que en distintas épocas han defendido la alimentación vegetariana a ultranza, eran enfermas o estaban todas equivocadas?.
Citemos algunos personajes célebres que fueron o son defensores del vegetarianismo: Pitágoras, Sócrates, Platón, Plutarco, el rey Asoka, Isaac Newton, Votaire, Jean Jacques Rousseau, León Tolstoi, George Bernard Shaw, Rabindranath Tagore, Mahatma Gandhi, Albert Einstein, Albert Schweitzer, Madonna, Swing, Xuxa, Paul McCartney y muchos otros.
Resumiendo y con la total seguridad que surge de nuestra propia experiencia, reforzada por la abundante información científica existente en la actualidad, podemos afirmar que tenemos la opción de ingerir proteínas ya construidas, alimentándonos de cadáveres de animales sacrificados o de consumir vegetales que nos proporcionan los elementos (aminoácidos) con los cuales el organismo fabricará las proteínas completas que necesita para su buen funcionamiento.
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