lunes, 19 de enero de 2009

Los Minerales que nunca deben faltar



Los minerales son compuestos inorgánicos que el cuerpo humano no es capaz de sintetizar, y por lo tanto, debe ingerir. Actúan en distintas proporciones y medios, pero todos son importantes para la vida.
Además del Carbono, oxigeno, nitrógeno, hidrógeno y azufre que integran las moléculas orgánicas, el organismo necesita sales minerales para hacer posible reacciones químicas, y también, como componentes de sus tejidos y estructuras.
En nuestro organismo las sales minerales efectúan las siguientes funciones básicas:

Son el material con que se constituyen las estructuras del cuerpo: con azufre y magnesio, los tejidos; con calcio, fósforo, flúor y magnesio, los huesos y los dientes; con hierro, la sangre.
Forman las sales que componen los líquidos corporales, siendo verdaderos factores de equilibrio entre ellos
Intervienen en la elaboración de muchas enzimas (que son sustancias proteicas que estimulan las reacciones bioquímicas como la digestión)
Participan en la síntesis de las hormonas (como el zinc en la insulina y el yodo en las secreciones tiroideas)
Regulan la estabilidad muscular y la permeabilidad de las membranas celulares y de paredes capilares.

A continuación la lista de los minerales que nunca deben faltar en el organismo:

Calcio: reduce el riesgo de osteoporosis y de cáncer de colon, colabora en la coagulación de la sangre y en la regulación de la presión arterial, y facilita la transmisión nerviosa. Lo encontramos en la leche, productos lácteos, algas y tofú.
Hierro: Compensa la anemia, previene la fatiga, optimiza el rendimiento físico y fortalece las defensas. Lo encontramos en porotos, frutos secos, cereales integrales y verdura de hoja.
Magnesio: colabora con la relajación muscular y en la transmisión nerviosa, regula la presión arterial, facilita la función cardiovascular y participa activamente en la dinámica de los huesos. Lo encontramos en cereales integrales, nueces, palta, porotos y verdura de hoja.
Potasio: Imprescindible para el funcionamiento de las células, los nervios y los músculos, ayuda a mantener el equilibrio de los líquidos y del ritmo cardíaco. Lo encontramos en palta, frutas secas y frescas, bananas, cítricos, papa y varias legumbres.
Cobre: Ayuda a la función cerebral y a formar los glóbulos rojos, facilita la coloración del pelo y de la piel, protege las células de las lesiones y regula el azúcar sanguíneo. Lo encontramos en el chocolate, semillas de girasol, porotos, nueces y frutas frescas.
Selenio: es un antioxidante que retrasa el envejecimiento celular y reduce los daños en los tejidos del cáncer y de los trastornos cardiovasculares. Lo encontramos en el brócoli, champiñones, repollo, apio, cebolla, ajo, levadura de cerveza y cereales.
Zinc: interviene en la producción de más de 200 enzimas, colabora en la cicatrización de heridas, ayuda a la actividad sexual y previene los defectos congénitos. Lo encontramos en el germen de trigo y el miso.

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