sábado, 27 de septiembre de 2008

Como empezar a cambiar la alimentación

1. Comienza por “vegetalizar” comidas que ya comes: cocina empanadas vegetales, paella vegana y arroz con leche de soja. Reemplaza la carne en recetas favoritas (como las pupusas, la ropa vieja y los tamales) con proteína de textura vegetal (TVP), o migas de hamburguesas vegetarianas, que ahora se consiguen en las secciones refrigeradas de casi todos los supermercados.
2. Lee las etiquetas. Muchas de las sopas en lata que probablemente ya tomas son vegetarianas. Los “mixes” de arroz saborizado pueden convertirse en una entrada con sólo agregar una lata de frijoles. Muchos panes, galletas saladas y dulces, pastelitos dulces, cereales, sopas, aderezos para ensalada, salsas para pasta, margarinas y dulces no contienen ingredientes animales.
3. Prueba imitaciones de carne. En los supermercados y tiendas de alimentos naturales ya es muy fácil conseguir hamburguesas vegetarianas, “jamón”, “perros calientes”, “pavo” y “chorizos” hechos de soja y otros ingredientes sin carne. Prueba diferentes marcas para decidir cuál es tu favorita.
4. En tu tienda local de alimentos naturistas encontrarás filas y filas de maravillosos productos que no sabías que existían: entradas de pasta y salsas para el microondas, productos de imitación a la carne que pueden utilizarse en tus recetas favoritas o por solos, y “queso”, “mayonesa”, “crema” y “leche” hechos a partir de la soja.
5. Explora la gran cantidad de alimentos vegetarianos populares en otros países, como el humus (una sustancia untable de exquisito sabor y olor, hecha con garbanzos), el curry de verduras, el falafel (deliciosas “albóndigas” del Medio Oriente), el tempe, seitan y otros productos vegetarianos.

Prueba estas deliciosas opciones! En lugar de ...
Mantequilla: “Saltar” (sautée) en agua, vino o caldo vegetal, y hornear con margarinas y aceites vegetales. Para untar, usa margarinas vegetales o “quesos” crema (Tofutti tiene varios sabores).

Nieve (helados): Prueba postres congelados como el Tofutti, Soy Delicious, sorbetes de frutas y helados sin leche.

Leche: Prueba leche de soja, leche de arroz y leche de almendras o avena. Utilízala de la misma manera que utilizarías la leche.

Hamburguesas: Sustituye la carne con migas de hamburguesa vegetal o TVP en las recetas de chili, “meat loaf” y tacos. Las hamburguesas vegetarianas cada día son más populares, pero asegúrate que no contengan huevos.

Queso: El queso de soja es buenísimo para la pizza, los emparedados y las salsas.

Huevos: Para hornear, utiliza reemplazantes comerciales de huevos (“egg replacers” como Ener-G, que no contiene ni siquiera clara de huevos y se consigue en tiendas naturistas). Para el desayuno, prueba tofu revuelto con cebollas, hongos, mostaza, cúrcuma (turmeric, disponible en almacenes de productos de la India y el Medio Oriente) y salsa de soja.

Gelatina: Busca agar-agar o “gelatina” de kosher (hecha sin patas ni pezuñas de vaca) o prueba las Hain’s Super Fruits, una gelatina vegana que viene en cuatro sabores de fruta.

Recetas vegetarianas

Empanadas Mareadas
Para la masa:
5 tazas de harina
2 cucharaditas de sal
2 cucharaditas de azúcar
10 cucharadas de manteca vegetal
Sustituto de huevo (egg replacer) equivalente a dos huevos.

2/3 de taza de vino blanco seco Mezclar la harina, la sal y el azúcar en un procesador de alimentos. Agregar la manteca vegetal hasta que la mezcla forme pequeñas esferas. Agregar el sustituto de huevo y el vino y mezclar intermitentemente hasta que la masa se convierta en una sola esfera. Si la esfera no es fácil de manipular, agregar más vino.

Separar la masa en tres esferas. Amasar la primera bolita hasta que tenga un grosor de 1/4 de pulgada. Cortarla en círculos de aproximadamente ocho pulgadas (2.50 cm) de circunferencia. Quitar los bordes y separarlos para la siguiente bolita. Continuar con el resto de la masa.

Para el relleno:
1 papa grande, cortada en pequeños cubos 1 cebolla grande, picada 4 dientes de ajo, picados 1 pimiento verde (morrón) sin semillas y en cubos pequeños 1 libra (500 g) de Soyrizo™
1 cucharadita de comino molido 1/2 cucharadita de pimentón (paprika)
1 cucharadita de sal
1/2 cucharadita de pimienta
3-4 cucharadas de aceite de oliva
1 tomate grande, en cubos
10 aceitunas verdes sin semilla, picadas
1/3 de taza de pasas de uva negras

En una sartén grande, saltear las papas, la cebolla, el ajo, al pimiento verde, el Soyrizo™, el comino, el pimentón, la sal, la pimienta y el aceite de oliva a fuego mediano, hasta que queden tostados. Agregar el tomate, tapar y cocinar a fuego lento por cinco minutos. Sacar del fuego, dejar que se enfríe y agregar las aceitunas y las pasas.

Poner 4-5 cucharadas de relleno en el centro de cada círculo de masa. Utilizando un pequeño cepillo o los dedos, poner un poco de agua en el borde de la masa. Doblar la masa por la mitad en forma de media luna. Cerrar los bordes presionando levemente con un tenedor. Continuar hasta que todos los círculos de masa estén rellenos. Dos métodos para cocinar:

En una olla honda para saltear, calentar aceite a fuego mediano.

Agregar las empanadas y dar vuelta constantemente hasta que estén doradas. Quitar del fuego y escurrir en toallas de papel. Servir inmediatamente. (Las empanadas también pueden freírse en una sartén honda.)

Si se prefiere, cocinar las empanadas al horno en una bandeja para hornear bien aceitada por 20 minutos, hasta que queden doradas. Servir calientes o a temperatura ambiente.

Salen de 10 a 12 empanadas.

Tortilla de tofu con maíz

400 g de tofu maíz fresco hervido (o en conserva) 4 cucharadas soperas de perejil picado 1 cebolla pequeña finamente picada 1 pizca de sal marina 1 cucharadita de aceite de sésamo.

Se aplasta ligeramente el tofu con una mano de mortero o con un tenedor. Se introduce el maíz en la batidora con una pizca de sal. Se pasa el puré por el colador chino, si es necesario, para quitar las pieles. Se mezclan el tofu, el ma¹z y el perejil. Según la textura del maíz y del tofu, puede ser necesario añadir un poco de agua, para obtener una consistencia esponjosa. En una sartén con aceite, se saltea la cebolla con una pizca de sal. Cuando empiece a dorarse se añade la mezcla de maíz y tofu y se deja rehogar, removiendo, durante un minuto. Se sirve caliente.

Puchero de legumbres con seitán

2 litros de agua 250 g de seitán picado o a daditos 3 puerros troceados 3 zanahorias cortadas a cubos 1 rama de apio troceada 3 nabos troceados 1 patata pequeña cortada por la mitad media col pequeña troceada 4 cebollas troceadas a cuartos (si son muy pequeñas pueden ir enteras) laurel 1 tomate entero 200 g de garbanzos puestos en remojo durante toda la noche sal y dos cucharadas de aceite de oliva.


Para los fríos días de invierno, este puchero bien caliente y caldoso resulta reconfortante y muy nutritivo. Precedido de una buena ensalada, puede formar una comida completa. También puede prepararse con judías secas. Se ponen todos los ingredientes en una olla grande (el agua los debe cubrir por completo). Se dejan hervir hasta que los garbanzos estén blandos. Unos quince minutos antes de concluir la cocción se añade la sal y el seitán picado

La importancia de masticar los alimentos


En cualquier circunstancia, masticar bien es una de las más importantes prácticas en la forma de comer: cuanto más se mastica, mejor el resultado. Para mantener una condición normal y saludable, se aconseja masticar por lo menos 50 veces por bocado.
La clave para la buena operación digestiva es la de mezclar completamente el alimento con la saliva, y esto a su vez, sirve para una buena producción de sangre, también se asimila más prana de la comida al comer despacio y en una actitud adecuada. Recuerden además que por buena que sea la comida y la cocina, su efectividad se pierde comiendo demasiado. Es una importante práctica evitar comer en demasía, dejando de comer cuando el apetito está satisfecho en un 80%.

Sabores que curan: Las especias y las hierbas


El registro más antiguo del que se tiene noticia, pertenece a una tumba del Neolítico en la que los restos de un hombre descansaban sobre un colchón de hierbas, identificables por restos de polen. Siglos más tarde, su cultivo se apoderó de jardines y huertos de conventos y monasterios, más para usos medicinales que culinarios, si bien se recurría a ellas para fabricar perfumes y pociones. En la actualidad, es notorio el marcado interés que existe por estas plantas, cien por ciento prácticas.
Presentes en todas las cocinas del Mundo, las especias no sólo enriquecen las comidas, además tienen un amplio poder terapéutico. Ya los antiguos egipcios y los milenarios chinos sabían de sus magnificas virtudes, tanto gastronómicas como medicinales, los españoles y portugueses se lanzaron al mar para conseguirlas y se descubrió un continente por encontrarlas. El más exquisito manjar se transformaría en una insulsa comida si no contásemos con ellas, nadie ignora que con su aroma y sabor enaltecen cualquier plato. Sin embargo muchos desconocen sus importantes propiedades medicinales. Toda una serie de males puede ser aliviado gracias a sus efectos curativos. Desde trastornos nerviosos, problemas digestivos, dolor de muelas, hasta catarros y resfríos. Además, son excelentes estimulantes cardíacos y circulatorios. He aquí las especias y sus propiedades... ¡santo remedio!.

Ají molido: De ardiente sabor, es utilizado en las cocinas de todo el mundo. En América se le da el nombre de chile. Rico en vitamina C, sus principales propiedades son estimulantes del sistema circulatorio y nervioso, también digestivas.

Albahaca: Su nombre en griego significa “rey”, lo cual demuestra la alta estima en que ha sido tenida a lo largo de los siglos. Tal vez el mejor plato que se pueda preparar con ella sea el pesto, capaz de convertir a unos simples espaguetis en una verdadera fiesta. Su sabor particular aumenta en intensidad con el sol. Insustituible en la cocina, debe recogerse tierna, para comer cruda o apenas cocida, porque pierde el aroma. Sus beneficios se vinculan con la estimulación del sistema inmunológica. Varias culturas europeas la relacionaban con el amor y la fidelidad. Tónico digestivo y nervioso, antiséptico además de ser infalible contra mareos y náuseas.

Azafrán: Era la especia favorita de los comerciantes fenicios, quienes en sus infinitos la llevaban siempre consigo. Picante y de bello color rojizo es el remedio indicado para aquellas mujeres que sufren disturbios menstruales. También mezclado con una cucharada de miel calma la irritación de las encías y el dolor de muelas, pues tiene efectos sedantes. Contiene vitamina B2.

Canela: Delicada, fragante y un poco dulce ya se la citaba en la Biblia. Es ideal para combatir catarros, resfríos y jaquecas. Un té bien caliente con una cucharada de canela, un chorrito de limón y miel, no solo cura, sino que previene gripes y alivia la tos más rebelde. También es antiespasmódica, antiséptica y digestiva.

Cardamomo: Ingrediente fundamental de la repostería alemana y escandinava, su antigüedad se remonta a los primitivos egipcios, pertenece a la familia del jengibre y su aceite suele ser utilizado en perfumería. Sus semillas al masticarlas, combaten el mal aliento y además, tiene efectos carminativos.

Ciboulette: Planta herbácea perenne, originaria de las zonas europeas húmedas y frías, donde crece con facilidad. Ya usada por los antiguos, es a partir del medioevo que se cultiva y utiliza en forma sistemática. Son innumerables sus usos en la cocina; siempre fresca porque soporta mal su desecación. Posee propiedades digestivas, antisépticas y cardio-tónicas.

Clavo de olor: Era utilizado por los cocineros chinos cientos de años antes de la era cristiana, de perfume y sabor cálido es fuertemente aromático. Es un eficaz estimulante del sistema nervioso, cardíaco y circulatorio, también un excelente antiséptico.

Comino: En la antigua Roma se le empleaba para reemplazar a la pimienta negra en grano. Su cálido sabor lo hace un ingrediente insustituible de una gran variedad de platos. Contiene vitamina A, calcio y hierro. Digestivo y antiinflamatorio intestinal es, además, un efectivo antiespasmódico.

Coriandro: Dulce y muy aromática, es nativa del sur de Europa y de Medio Oriente. Ya se hablaba de esta especia en la Biblia y se encontraron semillas en las tumbas de los faraones. Digestiva, estimulante carminativo, antiespasmódico; contiene vitamina A, calcio y hierro. Se utiliza tanto en platos dulces como salados.

Estragón: Planta originada de las regiones templadas de Asia y Europa, ampliamente utilizada en medicina por su contenido de sales minerales y de yodo, tan necesario para el buen funcionamiento de la tiroides. En gastronomía se aprecia por su sabor ansiado, habiéndose convertido en hierba característica de la cocina francesa.

Hinojo: De sabor un tanto amargo, con cierta reminiscencia al anís y muy aromático, es un agradable complemento para platos crudos y cocidos. Sus propiedades son estimulantes, aperitivas, digestivas y antiespasmódicas. También ayuda a combatir la obesidad.

Menta: De la familia de las Labiadas, esta especie cuenta con diferentes variedades reconocidas por primera vez por John Ray, en 1696. Entre ellas, las más comunes son menta piperita y menta viridis. Se trata de plantas rizomatosas de tronco verde violáceo, con hojas ovales, rugosas, de bordes aserrados y flores blancas a moradas, que crecen profusamente en lugares húmedos y a la semisombra. Los médicos chinos la recomendaban como digestivo, contra resfriados, tos y fiebre.

Nuez moscada: Muy utilizada en la India desde tiempos remotos, fueron los árabes los que la trajeron a Occidente. Debe añadirse al final de la cocción, rallada, porque el calor disminuye su sabor. Digestiva, tónico cardíaco y cerebral, es estimulante del sistema nervioso.

Orégano: Nativo de la región mediterránea, su nombre en griego significa “alegría de las montañas”, planta aromática por excelencia. Puede ser utilizada como agradable infusión aromática, además tiene efectos digestivos antiespasmódicos. Es un eficaz expectorante emenagogo, un antiséptico notable y contiene vitamina C.

Perejil: Su nombre científico deriva del griego y significa “apio de las piedras, apto para ser cultivado”. Antiguamente adornaba las fiestas romanas y rituales judíos, es señal de nuevo comienzo. De alto valor nutritivo, dado su gran contenido en vitaminas y minerales, nunca falta en un “bouquet garni”. Su sabor refrescante, acentúa el de otras hierbas. Cabe destacar que se consume siempre fresco.

Pimentón: Le da un sabor muy atractivo a los alimentos y su color rojo intenso un aspecto tentador. Sus propiedades curativas abarcan toda una gama de trastornos digestivos: antiinflamatorio intestinal, antiespasmódico y combate la acidez. También, es un potente estimulante carminativo y tiene un máximo contenido en vitamina C.

Pimienta: Blanca o negra. Conocida como la reina de las especias, no existe comida que se le resista. Una pizca de su cálido aroma y picante sabor vigoriza y equilibra muchos platos. Es un potente antiespasmódico y tónico digestivo. Combate la inflamación intestinal y es ideal para abrir el apetito.

Romero: Su nombre proviene del latín y significa “rocío del mar”, es oriunda de la región mediterránea. Planta aromática de fuerte sabor, cumple funciones de potente tónico digestivo, cardíaco y nervioso; además, posee propiedades antisépticas y contra la hipertensión arterial.

Salvia: Hierba culinaria universal, es nativa de las costas del norte del Mediterráneo. Tanto los griegos y romanos como los árabes la emplearon por sus propiedades curativas, como tónico en general y contra la picadura de serpientes. Es estimulante, astringente, diurética, digestiva y euforizante. El té de salvia es muy popular en varios países del mundo.

Sésamo: Con un vago sabor a nueces, que se realza tostando la semilla en una sartén, es popular en muchos países y se utiliza en una variada cantidad de alimentos, tanto dulces como salados. Los chinos la usaban hace más de 2.000 años. En la actualidad es muy apreciado por los naturistas, para sus comidas, pues contiene abundante fósforo y vitamina E. Además, es tónico y reconstituyente físico y cerebral.

McRahma


Hamburguesas Vegetarianas (muy económicas)

Ingredientes
½ taza de porotos de soja
½ taza de porotos frutilla
½ taza de lentejas
½ taza de avena laminada o harina integral o pan rallado
2 morrones rojos
2 dientes de ajo
2 cebollas de verdéo o 1 cebolla común
perejil
orégano
sal marina yodada y fluorada

A elección
queso rallado a gusto
2 huevos orgánicos
2 cucharadas de algas nori (contienen mucho yodo)

Procedimiento
Se pone en agua tibia los porotos y las lentejas durante unas horas (el agua debe de ser el doble del volumen de las legumbres).
Cocinar las legumbres durante 15 a 30 minutos (hay que tener en cuenta que absorben agua).
Colar y moler con pisapapas o picadora eléctrica.
Fritar las cebollas y los ajos.
Picar bien chico los morrones, el perejil (y las algas si se le ponen).
Mezclar todos los ingredientes.
Para formar las hamburguesas tomar una tapa de frasco y usarlo de molde (si la mezcla quedó muy seca agregar huevo y si quedó muy pegajosa agregar harina).
Poner las hamburguesas en varias asaderas aceitadas previamente.
Hornear durante 15 a 30 minutos.

Principales vitaminas pára el ser humano


VITAMINA
DONDE SE ENCUENTRA
AREA DE ACTUACIÓN E IMPORTANCIA

A
hortalizas verdes, ensaladas, zanahorias, tomates, pimientos, calabazas, etc.
Huesos, dentadura, mucosas, ojos, piel, salud celular, sistema inmunológico

B1
(tiamina)
Frutos secos, semillas, germen de trigo, legumbres, papas, levadura de cerveza
Nervios, energía celular, intelecto, buen apetito, digestión, funciones cardíacas

B2
(riboflavi-
na)
Huevos, leche, frutos secos, semillas
Metabolismo de hidratos de carbono y de las grasas, asimilación de proteínas, la piel, el cabello

B3
(niacina)
Hortalizas, germen de trigo, levadura de cerveza
Circulación sanguínea, metabolismo cerebral, estados de ánimo, sueño, niveles de colesterol, musculatura

B5
(ácido pantetoté-
Nico)
Cereales integrales, yema de huevo, verduras, salvado de jalea real
Vitalidad, energía, previene inflamaciones, estrés, agilidad mental, irrigación sanguínea

B6
(piridoxi-
na)
Cereales integrales, germen de trigo, levadura de cerveza, frutos secos, legumbres secas, bananas
Sistema inmune, funcionamiento del sistema nervioso, nivel de azúcar en la sangre, producción de glóbulos rojos en sangre, metabolismo de grasas
Ácido
Fólico
Hortalizas verde oscuro, quesos, levadura de cerveza
Formación de la sangre, crecimiento, apetito, jugo gástrico, funcionamiento hepático, actividad gastrointestinal

B12
(cobalami-
na)
Huevos, leche y sus derivados, levadura de cerveza
Estado de ánimo, reacción positiva frente al estrés, alegría de vivir, optimismo, agilidad del intelecto, glóbulos rojos
Biotina
Yema de huevos, tomates, arroz integral, salvado, levadura de cerveza
Metabolismo de las grasas e hidratos de carbono, nivel de azúcar en sangre, energía para el cerebro y los nervios
Colina
Yema de huevo, cereales integrales, hortalizas, hortalizas, levadura de cerveza
Asimilación de grasas, funcionamiento hepático, facultad de concentración, capacidad intelectual, relajación, descanso
Inositol
Leche, cereales integrales, hortalizas, frutos secos, cítricos, levadura de cerveza, semillas
El sueño, descanso, la relajación, estado de ánimo positivo, capacidad de procreación, médula ósea, piel, vista, actividad muscular
Ácido-
Paraamino
benzoico
Levadura de cerveza, germen de trigo, melaza
Pigmentación de la piel, caída del cabello, fatiga, irritabilidad, trastornos nerviosos

C
Frutas secas, ensaladas, hortalizas
Sistema inmune, asimilación de calcio, salud de la piel, encías, cabello y ojos, estado de ánimo positivo, menor estrés

D
Yema de huevo, leche y derivados, luz solar
Crecimiento óseo, salud dental, optimismo, sistema inmune, secreción hormonal, eliminación del plomo

E
(tocoferol)
Aceites vegetales de primera prensada en frío, semillas, frutos secos, cereales integrales, hortalizas verdes
Concentración, cicatrización de heridas, lozanía en la piel, esterilidad, rendimiento intelectual, sistema nervioso

K
Hortalizas verdes, yema de huevos, quesos, tomates
Coagulación de la sangre, cicatrización de heridas, formación de huesos, vitalidad, salud mental

viernes, 26 de septiembre de 2008

Historia de la alimentación vegetariana

“Mientras nosotros mismos somos tumbas vivas de animales sacrificados, ¿cómo podemos esperar condiciones ideales en esta Tierra?
León Tolstoi

Desde hace milenios, desde los orígenes mismos de la humanidad, el acto de comer ha sido de fundamental importancia en nuestra vida. En distintas épocas y de distintas maneras, el hombre se ha reunido cotidianamente en torno a la comida, no solamente para saciar su hambre y satisfacer el impulso biológico de nutrirse, sino para participar de ese ritual. Este acto increíble y a la vez simple y cotidiano de tomar elementos del mundo existente, para nutrirnos, nos demuestra que somos parte de un todo interrelacionado y nos obliga a reflexionar desde lo ético – e incluso lo ecológico- sobre cuál es la dieta adecuada para el ser humano.
La relación hombre con el mundo, con el orden natural de las cosas, era claramente entendida por la gente primitiva. Sensibles naturalistas, los antiguos yôghis elaboraron elaboraron una dieta básicamente ovo-lacto-vegetariana, un sistema alimentario biológico, consciente, que contiene equilibradamente todos los elementos nutricios requeridos por nuestro organismo, genera menor cantidad de residuos y toxinas y por lo tanto, proporciona salud, la vitalidad y el placer necesarios en su camino de evolución. Una dieta ética que mantenga a nuestros cuerpos y al planeta en un estado de salud y bienestar, minimizando la agresión y la destrucción del medio ambiente.
En la actualidad, los conceptos mas modernos sobre nutrición alertan sobre los peligros a los que se exponen los grandes consumidores de carnes, grasas y proteínas. Estadísticas elaboradas en los países mas desarrollados demuestran que una gran cantidad de enfermedades son producto de una inadecuada cultura alimentaria y por ese motivo los nutricionistas advierten sobre la necesidad de retornar a una dieta basada en frutas, verduras frescas, lácteos, hortalizas, semillas, cereales y productos integrales.
La alimentación según pautas ovo-lacto-vegetarianas nos brinda, además de todos los beneficios ya comprobados, la satisfacción de encontrarnos frente a un universo de sabores, colores y aromas y posibilidades ilimitadas de combinaciones placenteras, que transforman la tarea de cocinar en un maravilloso arte y a quien lo realiza, en un verdadero y exigente alquimista.
Para lograr este proceso evolutivo es necesario, entre otros cuidados observar el tipo de alimentación se debe adoptar. Un sistema alimentario –la alimentación biológica- que se ha experimentado a través de siglos nos dice que no hay dudas sobre el resultado de este tipo de alimentación. Es la forma de comer que respeta la constitución biológica del ser humano y que cuida el factor social y agradable de la buena mesa. Una alimentación colorida, aromática, muy sabrosa y finamente condimentada forman parte de una filosofía práctica que nos proporciona fuerza, poder y energía necesarios para elegir a conciencia lo que queremos en nuestras vidas.

La alimentación en el ser humano

Un poco de historia

La observación demuestra a todo investigador imparcial que la construcción anatómica del hombre y los antropomorfos es casi igual. Nuestro esqueleto está compuesto por la misma estructura ósea, con el mismo orden y organización; hay una gran similitud muscular; existen las mismas glándulas salivales, hepáticas e intestinales para la digestión, etc…
Cierto es que mediante un minucioso análisis, se observan algunas diferencias, pero éstas también se dan entre los individuos humanos con independencia de la raza a la que pertenezcan.

El ovo-lacto-vegetarianismo es un sistema de alimentación que excluye completamente todo tipo de carnes y sus derivados. Es muy común que NO se asocie fiambres y embutidos con carnes e incluso, que por el término carne se entienda solamente las carnes rojas pero eso es verdaderamente una prueba clara de ausencia de sentido común y de conciencia alimentaria.
Este tipo de alimentación está compuesto por frutas, hortalizas, cereales, productos lácteos y huevos.
Se utilizan además especias, logrando así verdaderos manjares que combinan sabores, colores y consistencias, creando platos variados, sanos y de elevado poder nutricional.

La historia registra que siempre hubo individuos y grupos de personas que comprendieron la importancia de una dieta vegetariana para beneficiar su salud o por motivos éticos o religiosos.
Pitágoras prohibía comer carne a sus discípulos, asegurando que era un alimento malsano, inmoral y que además embotaba la inteligencia.
Platón, uno de los sabios mas recordados de la antigua Grecia, era vegetariano. Su lugar predilecto era un jardín con árboles frutales, llamado akademos (de donde procede el término academia) que distaba unos kilómetros de Atenas; allí, el discípulo de Sócrates se reunía con sus alumnos para transmitirles sus enseñanzas filosóficas. Epicuro, quien sentó las bases de la filosofía monista sobre la que se apoya toda ciencia moderna, fue también vegetariano. Sólo se alimentaba con frutos que él mismo cultivaba.
Benjamín Franklin, inventor del pararrayos, también fue vegetariano. Uno de los personajes mas famosos que defendió la costumbre del vegetarianismo y combatió el carnivorismo fue Jean Jaques Rousseau, el suizo que llegó a ser unos de los grandes literatos y pensadores de Francia en vísperas de la Revolución Francesa.
Tolstoi, el gran novelista ruso, no solamente predicó a favor del vegetarianismo sino que dio el ejemplo, alimentándose exclusivamente de frutas y verduras crudas. Es recordada su frase: “mientras nosotros mismo somos tumbas vivas de animales sacrificados, ¿cómo podemos esperar condiciones ideales en la Tierra?. Ya en edad avanzada realizaba grandes caminatas, dando pruebas de un vigor físico inusitado. Algunas de sus mejores obras corresponden a sus últimos años.
Otro famoso vegetariano, George Bernard Shaw, sintetizó su oposición al sistema carnívoro con la frase: “Los animales son mis amigos y yo no me como a mis amigos”.
Hoy, el vegetarianismo ya está reconocido en el mundo y a pesar de que todavía existen ciertas posiciones ignorantes al respecto, ya no hay ninguna duda con relación a los beneficios que esta forma de alimentarse provee a quien la adopta.
Retornemos entonces a la cuestión inicial: ¿Es natural que los seres humanos se alimenten de carne? ¿Su organismo está preparado para digerirla?

Las uñas

En los carnívoros, las uñas no son tales, sino verdaderas garras, fuertes y encorvadas a modo de garfios. Especialmente diseñadas para apresar a sus víctimas y rasgar su piel.
En el hombre, las uñas son apenas curvadas y muy diferentes de las garras de las fieras carnívoras. Las del hombre no se curvan hacia delante, son rectas y mas débiles. Su misión es la de proteger las puntas de los dedos; además, su proceso de crecimiento es hasta un determinado punto y no pasan de ese límite, ya que cuando lo alcanzan se rompen por si mismas.

La piel y el sudor

En este punto también observamos grandes diferencias entre animales carnívoros y vegetarianos. La piel del animal carnicero no tiene poros, por ello estos animales están imposibilitados de sudar. Si lo hiciesen, es posible que desde hace mucho tiempo hubieran dejado de existir, víctimas del reumatismo.
Los carnívoros solamente transpiran por la lengua y parte de las patas (observemos cómo un perro, cuando está fatigado, saca de inmediato la lengua).
El sudor de la piel ayuda a expulsar gran cantidad de toxinas del cuerpo (si alguien se le ocurriese barnizar por completo su piel, moriría en poco tiempo, intoxicado por la imposibilidad de eliminar toxinas). Por eso las personas vegetarianas se enferman promedialmente menos que las carnívoras y además por lo general, viven mas tiempo. También es destacable el aroma fuerte y ácido que despiden los seres humanos que consumen mucha carne, mediante la transpiración por la piel o el clásico aliento cargado que se percibe por la mañana mas allá de los otros elementos que contribuyen como no tener un buen estado sanitario en la dentadura y otros factores.

La dentadura

La constitución dental de los carnívoros presenta, como carácter distintivo, caninos bien desarrollados y puntiagudos que le permiten matar con facilidad su presa y desgarrar su cuero y su carne. Las muelas están poco desarrolladas. Además, los carnívoros mastican muy poco, en razón de que el proceso digestivo se realiza en el estómago, al calor de los ácidos jugos gástricos.
En cambio, los herbívoros, los frugívoros y los humanos poseen molares muy desarrollados y caninos pequeños y poco afilados. El ser humano no necesita masticar mucho sus alimentos, ya que el proceso digestivo se inicia en la boca, logrando así que el bolo alimenticio llegue al estómago debidamente triturado.

La saliva

La saliva del hombre y de los antropoides es completamente distinta de la de los animales carnívoros. En estos, la saliva posee fermentos digestivos mucho mas poderosos.
El animal carnívoro mastica poco: con solo envolver la comida en la boca con su saliva, ya ayuda al estómago a realizar el proceso digestivo. La saliva de los carnívoros es sumamente ácida, cosa que facilita la digestión de los alimentos cárnicos, entre ellos cuero, plumas y pelos, que el cazador carnívoro ingiere luego de abatir a su presa.
La saliva del hombre, en cambio, es menos ácida y mas bien alcalina justamente adecuada para comenzar la digestión de los almidones y féculas en la boca.

El jugo gástrico

Como la carne es el alimento ideal para los carnívoros, es natural que necesiten gran cantidad de ácido clorhídrico para digerirla. Por eso se calcula que estos animales poseen jugos gástricos unas doce veces mas ácidos que los del hombre. En general, podemos decir que la digestión de la carne se realiza en mayor medida en la región gástrica. En cambio, gran parte de la digestión de los alimentos que consume el hombre y que están constituidos por hidratos de carbono, se produce en los intestinos. La insistencia del hombre en comer carne lo obliga, para poder digerir en el estómago, a segregar mayor cantidad de jugos gástricos, desarrollando lo que se denomina hiperclorhidria, primer paso para la úlcera gástrica, que muchas veces degenera en cancerosa.
Si las paredes estomacales están destinadas a soportar un gramo de ácido clorhídrico y las obligamos a tolerar diez, indudablemente terminarán irritándose, inflamándose y ulcerándose.


Jugo pancrático

El páncreas desempeña un papel importante en la función de los intestinos, al producir el jugo pancreático, responsable de la asimilación de las grasas y del mantenimiento de la normalidad del nivel glucogénico en la sangre y en el hígado.
Los carnívoros poseen el doble de jugo pancreático que el hombre y los simios, en razón de que las dietas cárnicas están mucho mas provistas de grasas que hay que digerir.
La falta o alteración de las propiedades del jugo pancreático es causante de diabetes. En el caso del hombre y los simios, el páncreas solo posee un conducto a diferencia de los dos que tienen los carnívoros, lo cual permite una mayor inyección de ese líquido para el proceso digestivo.
Como la carne –altamente tóxica para el hombre- requiere mayor cantidad de jugo pancreático, el páncreas se ve sometido a un trabajo excesivo que genera en muchos casos la diabetes, enfermedad que los vegetarianos auténticos desconocen.

Los intestinos

Los carnívoros poseen intestinos muy simples y cortos, equivalentes a tres veces la longitud de su cuerpo. De no ser así, los residuos intestinales de su alimentación cárnica, que descomponen y pudren con gran facilidad, tardarían mas tiempo en ser expulsados, fermentando y dando lugar a intoxicaciones. Por eso su sistema digestivo asegura la expulsión rápida de las bacterias putrefactas de la carne en descomposición.
Los intestinos del ser humano son muy diferentes, ya que miden varias veces la estatura de un hombre normal. Los restos de vegetales en los intestinos delgado y grueso no son tan tóxicos ni se pudren tan rápido como los cárnicos; requieren un tiempo mayor de digestión, y por eso permanecen mas en los intestinos. Por el mismo motivo, el aparato digestivo de los humanos no está provisto de tantos jugos ni estos son tan poderosos. O sea que la naturaleza nos ha provisto de los intestinos adecuados para la digestión de vegetales y no de carne.
El hombre posee solo un intestino ciego, que es muy corto, incapaz de digerir la celulosa a no ser que sea muy tierna y ello gracias a la fermentación bacteriana especial. Por esa razón el salvado del pan integral se expulsa tal como pasa por el tubo digestivo. Solo es digerible para las gallinas, que tienen una potencia digestiva extraordinaria; con el tiempo llegan a digerir piedritas y pequeños cristales.
Los roedores poseen dos intestinos ciegos que le sirven para digerir la gran cantidad de celulosa que ingieren normalmente.
Los rumiantes (vacas, cabras, ovejas, bueyes, etc.) tienen intestinos cuya longitud es el doble de la que poseen los seres humanos ya que se alimentan solo de fibras vegetales, cuya digestión es lenta y laboriosa.
Es decir que los intestinos definen por su configuración anatómica, el sistema nutricional adecuado.

Los riñones

La función renal es excretora, tanto en los animales carnívoros como en el hombre. Cuanto más alimento cárnico come una persona, mas se parecen las excreciones renales a la de los carnívoros.
Cuanto mas carne se come, mas trabajan los riñones y mas fuerte y tóxica es la orina. Esto acarrea que los tejidos por donde circula la orina se irriten e inflamen, provocando manifestaciones artríticas.
Como la salud interna depende en gran parte del funcionamiento de los riñones, estos órganos tienen una importancia enorme para el régimen alimenticio. Existe gran diferencia entre la excreción generada por los riñones de comedores de carnes, se destacan el ácido úrico y la urea.
El ácido úrico es el principal elemento que produce enfermedades propias de los consumidores de carnes y sobre todo si tienen hábitos sedentarios, entre ellas podemos mencionar la gota y las diferentes variedades de artrosis y artritis.
El exceso de ácido úrico produce la formación de cristales que no son fácilmente eliminados por el riñón, así se instala una especie de círculo vicioso. Menos eliminación, incremento de ácido úrico en la sangre y la formación de depósitos en distintas zonas del cuerpo, llamados tofos gotosos, similares a los nódulos que van creciendo lentamente y que realimentan los ataques de gota e inflamaciones reumatoideas.
Como dato poco alentador para los defensores del consumo de carne, es bueno acotar que cuando los riñones ya no consiguen lidiar con la sobre carga de ácido úrico, además de formarse cristales y producirse inflamaciones muy dolorosas en los músculos, que absorben este ácido como si fueran esponjas, las inflamaciones también se localizan en los nervios. Así se generan las dolorosas ciáticas y neuritis tan difundidas sobre todo en los países mas desarrollados y/o productores donde se consumen cuotas excesivas per cápita de carne y en especial roja.