sábado, 31 de agosto de 2019

Alimentos saludables para adquirir colágeno

El colágeno es una proteína que representa más del 25% del total de las proteínas que integran parte de nuestro organismo, convirtiéndose así en la proteína más esencial.

Su importancia radica en que origina fibras bastante resistentes y flexibles, denominadas fibras colágenas. Estas integran numerosos tejidos del cuerpo como las articulaciones, músculos, tendones y por supuesto, la piel, aportándoles sus propiedades.

Debido a su gran relevancia, las personas deben asegurarse de mantener los niveles adecuados de esta proteína en su organismo, para que logren el correcto funcionamiento de las partes que la poseen.

En definitiva, el colágeno mantiene en equilibrio un gran número de componentes del cuerpo humano y es la sustancia principal que otorga elasticidad a la piel previniendo la aparición de arrugas.

"Aunque el cuerpo humano produce colágeno de forma natural llega un momento en el que el organismo pierde la capacidad para generar esta proteína. La caída del nivel de colágeno comienza a partir de los 30 años, pero realmente la reducción drástica suele ocurrir aproximadamente a los 50 años, por lo que debe prestarse importante atención", explica la doctora Laura Blanco, médico cirujano especialista en medicina estética.

El colágeno también se encuentra en numerosos alimentos y consumirlos favorece a que el desgaste natural que sufre esta sustancia en el organismo sea más lento.

Alimentos con colágeno:

Los huevos tienen en sus membranas internas y externas colágeno, así como la parte de la yema. Junto a otros nutrientes que participan en la formación proteica como la vitamina E o el azufre, al consumir huevos se gana fuerza y elasticidad en la piel. En cuanto a los lácteos, aunque tengan más grasas, su alto contenido en colágeno al igual que gran cantidad de otras proteínas resultan un beneficio para la regeneración de la dermis.

Las frutas con vitamina C ayudan a prevenir la destrucción del colágeno y estas son moras, fresas, ciruelas, uvas, naranjas, mandarinas. Igualmente los frutos secos como las almendras, nueces, maní, entre otros, tienen alta proporción de colágeno, además del Omega-3, 6 y 9. Otro producto beneficioso es la gelatina, pues 90% se está hecha de colágeno.
eluniversal.com/

Qué es el tofu

Para empezar hemos de fijarnos en cómo y con qué está hecho el tofu. Es un bloque hecho de legumbre. La soja es una legumbre que dejan en remojo y hierven (como hacemos con los garbanzos y las lentejas). Después lo baten y lo escurren, y este líquido es leche de soja. Pues a esta leche de soja se le añade un coagulante, se pone en un molde y se escurre.

Es decir, se hace como un requesón pero con soja. Estamos tratando con un bloque que va a ser muy similar a un queso fresco y al cortarlo se nota.
Dependiendo de la cantidad de agua que hayan escurrido de esta leche de soja con coagulante saldrá un tofu más duro (con más sólidos de la soja) o más blando (más quebradizo, con mayor contenido en agua).
El tofu que venden en los supermercados y, en general, el tofu “normal” para cualquier uso es el tofu duro. No se deshace tan fácilmente al cortarlo, no contiene tanta agua y nos sirve desde para hacer mayonesa sin huevo hasta guisos, estofados, albóndigas y casi cualquier cosa que se os ocurra.

Cómo prepararlo

A la hora de usarlo y probar a hacer algo con ello lo primero que tenemos que hacer es abrir el paquete, escurrirlo, sacar el tofu y cortar la cantidad que vayamos a usar. Los paquetes de tofu suelen ser de 400-500 g, así que con 1/3 del paquete tenemos más que suficiente.

Una de las formas más fáciles de prepararlo y que quede muy bien es hacerlo salteado con verduras:

Para ello primero escurrimos el tofu, sacamos, cortamos y este bloque que hemos seleccionado lo cortamos en daditos medianos.
Calentamos un poco de aceite en una sartén a fuego medio-alto, ponemos el tofu y una pizca de sal y dejamos que se dore al menos por un par de lados, dándoles la vuelta de vez en cuando.
Ahora ya puedes añadir el resto de ingredientes, por ejemplo pimientos en tiras, calabacín en dados, zanahoria en rodajitas, cebolla en lonchitas, unas mazorquitas de maíz, tirabeques, brócoli en floretes pequeños, coliflor (también en floretes pequeños), setas shiitake, champiñones, brotes de soja… En fin, todo lo que te guste junto con algunas especias.
Saltéalo todo junto unos minutos hasta que las verduras se doren y termina la cocción con un chorrito de salsa de soja (una o dos cucharadas) y salteándolo bien.
Sácalo a un plato y acompáñalo, por ejemplo, con arroz oriental.

Por supuesto hay más cosas que se pueden hacer con tofu, como comerlo tal cual. No está crudo, como comentaba antes, las habas de soja han sido cocidas, así que no te preocupes por eso. Corta un trocito y pruébalo. Si te gusta, ponlo tal cual en ensaladas, le da un toque muy bueno.
Si te parece que el tofu sabe a poco prueba a marinarlo, macerarlo, rebozarlo, freírlo, hacerlo en salsa, en revuelto, a la parrilla, en currys… con hacer una búsqueda encontrarás un montón de recetas que puedes probar.

Cómo guardarlo

Para guardarlo es conveniente meterlo en el propio paquete o en un táper que cierre bien, y a la nevera. Te durará 3-4 días.
No te aconsejo que lo congeles si no estás familiarizado/a con este ingrediente, ya que el resultado de la congelación no va a ser el que seguramente esperas. Antes de congelarlo hay que dejarlo escurrir con peso encima, secarlo con papel de cocina, envolverlo y meterlo en un recipiente apto para congelar.
Durante la congelación se formarán cristales de agua muy grandes que romperán la estructura del tofu. Cuando lo saquemos y descongelemos el hielo se derretirá y el espacio que ocupaba ahora será aire: tendremos un tofu esponjoso con poco parecido al tofu que teníamos cuando lo compramos.
(Cuerpomente)

jueves, 29 de agosto de 2019

Los alimentos más ricos en vitamina B12 para vegetarianos

Existen un total de 13 vitaminas esenciales para el crecimiento y buen funcionamiento del organismo humano, y más de la mitad de ellas pertenecen al grupo de las vitaminas B. Algunas tienen diferentes nombres, dado que también se las conoce por su número. Las más conocidas son la vitamina B1 o tiamina, B2 o riboflavina, B3 o niacina, B6 o piridoxina, B9 o ácido fólico y B12 o cobalamina. Cada una es necesaria para el buen funcionamiento de una parte del organismo, pero la última de ellas, la B12, ha recibido mucha atención durante los últimos años, a la par que han aumentado en popularidad las dietas libres de carne.
Se sabe que no existen muchos alimentos de origen vegetal ricos en vitamina B12, al menos de forma natural, y por ello en dietas con muy poca carne o totalmente libres de la misma esta vitamina debe suplementarse de forma artificial (ya sea mediante alimentos fortificados o mediante suplementos en forma de medicación)

Además, también se sabe que existen poblaciones deficitarias en esta vitamina, tales como los individuos ancianos, aquellos con enfermedades intestinales malabsortivas (enfermedad celíaca, enfermedades inflamatorias intestinales), y aquellas personas que han sido sometidas a determinadas cirugías gastrointestinales. En estos casos el problema no es la falta de vitamina B12 en la dieta, sino su absorción.
La falta de vitamina B12 no solo puede dar lugar a un tipo específico de anemia, sino que puede provocar problemas neurológicos, a la vez que puede provocar simultáneamente problemas con otra vitamina: el ácido fólico o vitamina B9. Sólo en Estados Unidos, hasta el 15% de la población sufre déficit de vitamina B12. Los requerimientos varían durante la vida, siendo desde 2.4 microgramos diarios en un adulto, hasta los 2.6-2.8 microgramos durante el embarazo y la lactancia.

Lácteos:
La leche entera en general proporciona alrededor de 1 microgramo por cada 200 mililitros. Es decir, la mitad de los requerimientos diarios en un solo vaso de leche estándar.
Otras fuentes lácteas interesantes serían el yogur y el queso suizo, que contienen aproximadamente 1 mcg por cada 100 g de producto
Cereales:
Actualmente en Estados Unidos la mayoría de los cereales están fortificados con vitaminas B en general. Esta práctica se inicio en la década de 1940, cuando se detectó un déficit de vitamina B3 en la población general. Ahora, la mayoría contienen al menos un 15% de los requerimientos diarios de vitamina B12 como mínimo.
En España, sin embargo, no es una práctica tan común. Aún así, existen multitud de variedades fortificadas, y deben anunciarlo en su etiquetado.
Levadura nutricional:
Una opción vegana es el uso de levadura nutricional, similar a la levadura de cerveza, pero libre de lácteos, gluten y soja, y rica en vitamina B12. Por cada 5 gramos de levadura, es posible obtener casi toda la vitamina B12 necesaria para un día (2,4 microgramos).
Bebidas vegetales:
Las bebidas vegetals, o sustitutos de la leche, como las bebidas de almendra, soja, coco o avena, a menudo están fortificadas en vitamina B12 de forma similar a los cereales. En Estados Unidos, por ejemplo, algunas bebidas vegetales contienen una cantidad similar de vitamina B12 a la que se obtendría con la leche.

El consumo de carne agrava el calentamiento global

La periodista polaca Marta Zaraska elabora en su libro "Enganchados a la carne" una verdadera historia del consumo de carne y sus implicaciones sociales, políticas y medioambientales. Un ensayo documentado y riguroso que, de puro apasionante, se lee como una novela.
El verano ha pasado su ecuador pero el mundo sigue en llamas, y no solo por el cambio climático. El trágico incendio de Gran Canaria, el fuego que se come el Amazonas con la complicidad criminal de Bolsonaro. Si alguien me hubiera dicho hace algunos años que el mundo iba a estar gobernado por gente así le habría tomado por loco. Pero el loco era yo.

Sobre lo que ocurre en el Amazonas, aunque no sea la única causa, todo apunta a que detrás de muchos de estos incendios intencionados se ocultan los intereses de los terratenientes brasileños y también de los ganaderos. Estos días alguien recordó en Facebook una entrevista en El País con el economista Jeremy Rifkin, quien a cuenta del Amazonas decía ya entonces que estamos destruyendo el pulmón del mundo para alimentar vacas.

Han pasado once años y lejos de disminuir la pasión por la carne a nivel mundial crece cada año, sobre todo por el incremento de la demanda de Asia, especialmente de China, y de un país tradicionalmente vegetariano por motivos religiosos como India. Las nuevas élites directivas indias han visto en la carne un signo de distinción. Todo esto lo cuenta con detalle la periodista polaca Marta Zaraska en un libro imprescindible para entender nuestra “adicción” a la carne, Enganchados a la carne (Plaza y Valdés). Escrito con un estilo ágil, ameno y divulgativo, bien documentado y riguroso, Zaraska aborda una verdadera historia del consumo de la carne y de sus implicaciones para tratar de desvelar por qué estamos unidos a ella desde el origen de los tiempos.
“Este amor por las proteínas animales no solo está empeorando nuestra salud, sino que también daña el planeta. Los medios de comunicación no dejan de informar sobre el tema: cada hamburguesa contribuye tanto al calentamiento global como conducir un coche norteamericano durante 500 kilómetros. La producción de una caloría de una de las proteínas animales libera once veces más dióxido de carbono que la producción de una caloría de las plantas. El consumo de carne es responsable de hasta el 22 % de todos los gases de efecto invernadero. […]. Pero hay una cosa que, en teoría, es muy fácil de hacer –mucho más fácil que, por ejemplo, inventar automóviles impulsados por energía solar– y que reduciría en gran medida las emisiones de carbono, frenaría el calentamiento global y mejoraría nuestras posibilidades de supervivencia. Esta cosa es volverse vegetariano. Y aún así no queremos renunciar a la carne, ni siquiera a riesgo de perder Nueva York” (y esto sin tener en cuenta el sufrimiento inútil de miles de millones de animales, añado yo). ¿Por qué?, se pregunta Zaraska. Eso es lo que trata de responder este libro intenso y adictivo él mismo, tanto que se lee como una novela.

Para responder a esta cuestión, la autora polaca afincada en Francia, se remonta al origen de los tiempos. A partir de entrevistas con científicos y lecturas, cuenta, por ejemplo, que la carne tuvo un papel importante en el desarrollo de los humanos, pero no tanto como se cree usualmente puesto que al principio nuestros antepasados se limitaban a robar la carroña a otros depredadores. La caza y por lo tanto la carne condicionó después la estructura cultural, social y política de los humanos que, con variantes, ha llegado hasta nuestros días. «A nosotros los humanos nos gusta el poder, y eso es precisamente lo que la carne representa. Porque es tan peligrosa de matar, difícil de obtener y cara, la carne animal ha venido a representar el poder sobre las mujeres, sobre los pobres, sobre la naturaleza y sobre otras naciones”, escribe. Cuando los reyes hacían fiestas en la Edad Media el menú se basaba en una gran cantidad y variedad de carne, de todo tipo, como un signo de distinción. Cualquiera, o casi cualquier, podía comer una zanahoria. Aparte de por el sabor y el glutamato monosódico, «la carne nos mantiene enganchados porque durante generaciones la hemos asociado al poder, a la riqueza y el sexo».

La cultura, la salud, los símbolos y las creencias asociadas a la carne han penetrado tanto en nuestra sociedad que es difícil desterrarla de nuestro plato. Incluso hay personas más proclives que otras a comer carne. Zaraska no alude a una única razón para explicar nuestra “adicción”, sino a un conjunto de ellas. Sin excluir el poderoso conglomerado económico que se mueve en torno a su producción y consumo (la industria cárnica es una de las cuatro más potentes de Estados Unidos, también en España si no me bailan las cifras). Un entramado que utiliza todos los medios a su alcance para que no dejemos de comer hamburguesas. «Vender carne mediante publicidad va ligado a unas normas prácticas muy básicas. No enseñar animales es una de las principales «.

Una de las virtudes de este libro, que para mí ha sido una revelación, es la sinceridad desde la que está escrito. También la ausencia de cualquier tipo de moralina. Al final será cada lector quien decida qué hacer. Zaraska, vegetariana desde hace años, nos avisa desde el prólogo que ella misma come a veces algo de pescado cuando sale con sus amigos en el pequeño pueblo de Francia donde reside. Y que no deja de mirar de reojo y con deseo –y también con sentimiento de culpa– las salchichas que alguno de sus amigos ha abandonado en el plato. En uno de los capítulos más interesantes del libro explica por qué el vegetarianismo fracasó (en parte, al margen de los motivos ya señalados sobre nuestra adicción a la carne) en el pasado. Básicamente porque muchos de ellos eran vistos como excéntricos, cuando no locos. En la actualidad, el movimiento vegetariano/vegano ha cobrado fuerza sobre todo en los países occidentales (en Asia acaban de aterrizar en el mundo de la carne y quieren disfrutar de ello, como de los coches y la contaminación). Como yo lo veo, y en eso coincido con Zaraska, una de las barreras para su expansión son el puritanismo y el fundamentalismo (que nada tiene que ver con el radicalismo, ir a la raíz de las cosas, intentando explicarlas con coherencia) de algunos sectores, que, aunque con razón en sus argumentos, inciden más en juzgar a los carnívoros que en convencerlos.

"nganchados a la carne" es un libro apto y necesario para lectores de todo tipo, carnívoros o veganos. Los primeros tal vez dejarán de comer carne, y eso sería lo deseable, o al menos sabrán por qué lo hacen o no pueden dejar de hacerlo. A los veganos y a los convencidos les aportará aún más argumentos para explicar una costumbre que cada año implica la muerte de billones de animales, y no solo, aunque también, por el placer que algunos sienten al comérselos.
elasombrario.com.

sábado, 24 de agosto de 2019

Galletas veganas de limón y albahaca

Ingredientes:
1 1/2 tazas de harina 0000
1/2 cucharadita de bicarbonato de sodio
1/4 cucharadita de sal
1/2 taza de margarina vegetal a temperatura ambiente
1 cucharadita de jugo de limón
1/2 cucharadita de extracto de vainilla
Ralladura de 1 limón
4-6 hojas de albahaca (aproximadamente 2 cucharadas cuando se cortan finamente)
3/4 taza de azúcar cruda, rubia o mascavo
2 1/2 cucharadas de sustituto de huevo vegano en polvo
1/2 taza de leche de almendras a temperatura ambiente

Preparación:
Precalentar el horno a 180°C. Cubrir dos bandejas para hornear con papel manteca o una lámina de silicona.
En un tazón mediano, mezclar la harina, el bicarbonato de sodio y la sal.
En una batidora de mesa, batir la margarina y el azúcar hasta que se forme una mezcla cremosa. Añadir la albahaca picada.
Combinar el huevo vegano con leche de almendras. Batir para eliminar los grumos.
Añadir el huevo vegano, el limón y el extracto de vainilla. Combinar.
Agregar la mezcla de harina en 2 tractos, mezclando con suavidad pero bien entre cada uno.
Con una cuchara servir sobre la bandeja engrasada o sobre la lámina de silicona. Se puede espolvorear azúcar encima para que se cristalice durante el horneado.
Hornear por 15 minutos, o hasta que los bordes estén ligeramente dorados. Retirar del horno y dejar reposar las galletas en la bandeja para hornear durante 10 minutos.
Se pueden almacenar en un recipiente hermético hasta por siete días.
lr21.com.uy

lunes, 19 de agosto de 2019

Propiedades medicinales del azafrán

El azafrán es una especia conocida por teñir los alimentos de amarillo con grandes propiedades para la salud. Desde la antigüedad es utilizado como remedio natural por los beneficios de su consumo para el organismo.
El azafrán es rico en vitamina A, C y del complejo B minerales como magnesio, potasio, hierro, calcio, zinc, sodio, y fósforo, así como fibra, proteínas y carbohidratos.

¿Cuáles son los beneficios del azafrán?

*Favorece el sistema digestivo: contiene compuestos amargos que estimulan el sistema digestivo, aumentan las secreciones salivales y gástricas. Además posee crocetina, un compuesto que estimula la producción de bilis, evitando la aparición de piedras o cálculos en la vesícula.
*Es antioxidante: contiene antioxidantes naturales que ayudan a combatir los radicales libres que dañan las células, ayudando a prevenir la aparición de enfermedades degenerativas y el envejecimiento prematuro. A su vez es considerado un anticancerígeno por su contenido de flavonoides y betacarotenos que retrasan el crecimiento de tumores y alarga la esperanza de vida y reduce el daño renal que causan algunos medicamentos.
*Favorece la memoria: sus compuestos y nutrientes ayudan a mejorar las habilidades cognitivas y de aprendizaje, funciona como un protector del cerebro y es recomendado para tratar el estrés y la ansiedad.
*Favorece la visión: contiene vitamina A, un nutriente relacionado con la buena salud de la vista que evitar los trastornos oculares, y safranal, un compuesto que relentiza el proceso de degeneración de las células receptoras de la luz, mejorando las funciones de la retina y los vasos sanguíneos de los ojos.
*Cuida al corazón: contiene crocetina un compuesto que fortifica el corazón, reduciendo el colesterol y mejorando la nutrición de los capilares sanguíneos, además contiene potasio que regula la presión arterial y es bueno para tratar la hipertensión y mejorar la circulación sanguínea, y magnesio que ayuda a prevenir infartos cardíacos.
*Refuerza el sistema inmune: contiene vitamina C que aumenta las defensas en el organismo y lo protege ante infecciones, virus y bacterias, y magnesio, otro nutriente que potencia el sistema inmunológico.
*Bueno contra la diabetes: el consumo de azafrán protege a quienes padecen de diabetes tipo II de los daños que se producen en los nervios debido al exceso de azúcar en la sangre.
*Prevenir y tratar la anemia: tiene un alto contenido de hierro, nutriente fundamental para tratar y prevenir la anemia, además contiene vitamina C, nutriente que favorece la absorción del hierro.
lr21.com.uy

Zumos verdes: todo lo que hay que saber

La falta de tiempo, el estrés, los compromisos. A veces, la alimentación saludable y “slow” lo tiene todo en contra. Quizás se debe a esto el éxito de los zumos y los batidos verdes, la manera más fácil, digerible y divertida de tomar todas las verduras y las frutas que necesitamos a diario. ¡Y en tiempo récord!

Zumos, batidos, licuados: ¿qué diferencia hay?
Son rigurosamente verdes, pero cada uno tiene su peculiaridad. En el caso de los zumos, se trata de extraer el líquido de las frutas y las verduras, ya sea exprimiendo o centrifugando los ingredientes. Los zumos verdes son algo así como una “transfusión” de nutrientes, que son absorbidos al 100% en poco tiempo por nuestro cuerpo. Eso sí, tal y como explica la nutricionista Carla Zaplana los zumos no contienen suficientes proteínas, grasas o fibras como para convertirse en un desayuno completo.
Por otro lado, los batidos se elaboran triturando los ingredientes y luego añadiendo leche o yogur. Aquí la fibra se queda, la textura es más espesa y el abanico de sabores se puede extender a frutas más dulces o calóricas que no se pueden licuar como plátano, aguacate, mango o dátiles.
Finalmente, en los licuados, se trituran los ingredientes y luego se añade agua o zumo alcanzando siempre una textura un poco más espesa.

¿Qué ingredientes elegir?
Comer verduras crudas y sin aliñar es quizás la primera resistencia que generan los zumos verdes. Lo bueno es que, una vez superado este obstáculo, se abre un mundo de posibilidades a la hora de crear tu propio zumo perfecto.
Espinacas, berzas, coles, brócoli, lechugas, rúcula, berros, apio, perejil, albahaca, pepino, hinojo, kale, bimi. Todas esas verduras tienen mucho que aportar en sabor y textura, pero sobre todo son una auténtica mina de nutrientes. Por otro lado, las frutas como manzana, uva, fresa, melocotón, sandía, limón, pomelo, naranja, pera son las encargadas de dar un toque dulce a los zumos verdes. También son un concentrado de vitaminas y demás nutrientes indispensables para nuestro organismo.

Una cucharada de superalimentos:
Un zumo verde digno de este nombre no puede prescindir de algún que otro superalimento. La espirulina es un alga verdeazulada que contiene cerca de un 60% de proteínas, además de betacaroteno, vitaminas del grupo B, minerales esenciales, omega-3 y antioxidantes.
La clorela es otro tipo de alga y uno de los alimentos más ricos en clorofila del planeta. También es una buena fuente de proteína vegetal. La hierba de trigo es uno de los alimentos más alcalinizantes y antioxidantes de los que tenemos noticia. Contiene enzimas activos, minerales, vitaminas y aminoácidos. Y la lista podría seguir con el jengibre, la chía, las pipas de calabaza, las baya de Goji o la maca.
Muchos de estos superalimentos se suelen encontrar en formato de polvo deshidratado, listos para añadir a zumos y batidos verdes. Eso sí, hay que introducir estos ingredientes poco a poco para ir acostumbrándonos a ellos.

¿Por qué deberíamos tomar zumos y batidos verdes?
La enorme ventaja de las bebidas verdes es que son una manera rápida y fácil de alcanzar por lo menos una parte de las raciones de vegetales y frutas que necesitamos tomar a diario. Además, no hay que olvidar que los vegetales verdes son los alimentos que presumen de un mayor índice ANDI, que mide la densidad de nutrientes de un alimento en una escala del 1 al 1.000. Concretamente el índice se refiere a cuántos nutrientes (vitaminas, minerales, fitoquímicos y antioxidantes) un determinado alimento contiene por gramo.
Y en esto, vegetales como la acelga, el berro o el kale, uno de los ingredientes más de moda, no tienen rivales. En otras palabras, los zumos verdes tienen de bueno todo lo que tienen de bueno los ingredientes con los que se elaboran. La ulterior ventaja es que, en su versión líquida, estos ingredientes son más digeribles. Y, por qué no, sabrosos.
ABC.es

pastafrola con masa de chocolate y relleno de avellanas.

Ingredientes:
300 g de harina 0000.
100 g de cacao en polvo.
125 g de manteca.
100 g de manteca.
Un huevo.
Un pote de pasta de avellanas.

Procedimiento:
1. Poner la harina, el cacao en polvo y la manteca en un bowl.
2. Hacer un "arenado" disolviendo la manteca con los dedos.
3. Batir 100 gramos de azúcar con un huevo por unos minutos.
4. Unir ambas preparaciones y formar una masa.
5. Estirar, forrar los moldecitos. (Rinde 12 chiquitos de 7 cm o una grande de 24 cm de diámetro).
6. Agregar arriba una buena cantidad de pasta de avellanas y hacer el enrejado con lo que sobre de la masa cortando tiritas.
7. Llevar a horno mínimo de 150 grados durante 25 minutos.
TN.com

martes, 13 de agosto de 2019

Cinco cosas que no sabías sobre el yogur

El yogur es un producto típico de la dieta mediterránea que se obtiene a partir de la fermentación de la leche con bacterias que son buenas para nuestra salud: Lactobacillus bulgaricus y Streptococcus thermophilus. Es un alimento que contiene microorganismos vivos que, si se aplican de la forma y cantidad adecuada, poseen un efecto fisiológico beneficioso. Por esto, el yogur se considera un alimento probiótico.
Incluir el yogur en la dieta tiene muchos beneficios desde el punto de vista nutricional. En concreto, ayuda a alcanzar una gran parte de las recomendaciones diarias de nutrientes. Su composición es similar a la de la leche y destaca su contenido en calcio y otros minerales, entre los que destaca el fósforo.
Estos beneficios para la salud, y otros más que quizás no conoces, los enumeramos a continuación:

Tiene un valor nutricional alto:
El yogur, si es blanco y sin edulcorar, contiene 57 calorías por cada 100 gramos, según la Fundación Española de Nutrición (FEN). A pesar de tener pocas calorías, se trata de un alimento muy completo porque la mayoría de ellas provienen de nutrientes. Además, el yogur es un alimento que se digiere con facilidad gracias al proceso de fermentación con el que se elabora.
Es importante destacar su contenido en proteínas. Aunque suponen el 4% del total del alimento, son de gran calidad biológica. Es decir, las proteínas del yogur contienen todos los aminoácidos esenciales, que son aquellos que el propio cuerpo no puede producir.

Su calcio se absorbe con facilidad:
Según un estudio del Instituto de Salud Carlos III, más del 35% de los niños y los adultos consumen a diario menos calcio del recomendado. El calcio presente en el yogur es absorbido por el cuerpo con mayor facilidad y, por tanto, se trata de un producto recomendable para aquellas personas con niveles bajos de este mineral. El calcio es especialmente importante para la salud ósea.

Es apto para intolerantes a la lactosa:
En el proceso de fermentación de la leche que da lugar al yogur, la gran mayoría de la lactosa queda convertida en ácido láctico. Debido a que el yogur y la leche tienen valores nutricionales similares, es una alternativa muy recomendable para los intolerantes a la lactosa.

Se relaciona con un menor riesgo de obesidad:
Miguel Ángel Martínez-González explica en su libro Salud a ciencia cierta que el yogur es "el más saludable de entre todos los productos lácteos". Se refiere, claro está, al yogur natural y sin azúcares. En varias investigaciones se ha demostrado que el consumo de yogur se asociaba a "un menor riesgo de obesidad central (abdominal)" y a "una reducción de la diabetes tipo 2". No se sabe exactamente cómo se producen estos beneficios, pero el autor apunta a que puede tener que ver con la relación de este alimento con el intestino.

Protege tu intestino cuando estas tomando antibióticos:
Cuando tomamos antibióticos, estos atacan tanto a las bacterias que nos hacen enfermar como a algunas positivas. Tomar yogur puede ayudar a compensar una falta de bacterias en el intestino. Es decir, mantener el equilibrio de la flora intestinal. Según este estudio del Instituto de Investigación Sanitaria Pere Virgili, las bacterias contenidas en el yogur pueden ayudar a prevenir diarreas, infecciones o, incluso, casos de cáncer y de alergias. 
elespanol.com

sábado, 10 de agosto de 2019

Bocados de tofu crujiente con sésamo

Ingredientes (para 4 personas):
Para el tofu: 400 g de tofu firme, 1 huevo L, un poco de leche, 100 g de panko(pan rallado), 1 cucharadita de semillas de sésamo, 1/2 cucharadita de semillas de amapola, 1/2 cucharadita de perejil o cilantro picado, 1 pizca de cúrcuma, aceite de oliva, sal y pimienta negra.
Para la salsa: 2 cucharadas de aceite aromático al gusto, 1 cucharadita de zumo de limón, ralladura de naranja, 1/2 cucharadita de vinagre de arroz, 1 pizca de azúcar, 1/2 cucharadita de salsa Worcestershire, 1 chile pequeño picado, 1 diente de ajo picado.

Cómo hacer:
Envolver los bloques de tofu en un par de capas de papel absorbente, colocar un peso encima y dejar escurrir bien al menos una hora. Dividir los bloques en dos mitades y cortar cada una en cuadrados o rectángulos de más o menos el mismo tamaño.
Disponer el panko en un plato hondo y mezclar con las semillas de sésamo, las semillas de amapola, el perejil, la cúrcuma y una pizca de sal y pimienta. Batir el huevo con un chorro de leche en un cuenco. Bañar cada porción de tofu en el huevo y rebozar bien en la mezcla de panko. Continuar con el resto.
Calentar una capa no muy gruesa de aceite en una sartén y frerír las piezas de tofu, procurando no llenar demasiado la superficie. Es mejor trabajar en dos tandas. Cuando se hayan dorado, dar la vuelta a cada pieza y dejar cocinar hasta que estén al punto crujiente deseado. Retirar y dejar escurrir sobre papel de cocina.
Para la salsa, picar bien el diente de ajo y la guindilla. Mezclar en un cuenco el aceite, el zumo de limón, la ralladura de naranja, el vinagre de arroz, la salsa Worcestershire y azúcar al gusto. Salpimentar de nuevo el tofu y servirlo con la salsa a un lado.
(directoalpaladar)

Tarta de berenjenas y tomates con crema de queso

Ingredientes:
Hojaldre 1 lámina
Berenjena 2
Tomates 4
Queso Parmesano rallado, 4 cucharadas
Yogur natural 250
Orégano seco al gusto
Sal al gusto
Pimienta negra molida al gusto
Requesón 200
Huevos 4
Harina 1 cucharada rasa
Aceite de oliva virgen extra

Cómo hacer:
Forramos un molde redondo con la lámina de papel de horno y sobre él colocamos el hojaldre. Reservamos. Lavamos y troceamos una de las berenjenas, después la hacemos en una sartén con una cucharada de aceite y otra de agua. Dejamos que se evapore el líquido y después pasamos la berenjena por la batidora.
Añadimos el requesón, el parmesano, los huevos, el yogur y la harina. Removemos hasta obtener una crema. Salpimentamos y volvemos a remover. Vertemos la crema sobre la masa. Cortamos la otra berenjena y los tomates en rodajas finas y después cada rodaja por la mitad. Cubrimos la crema de queso con las medias rodajas de berenjena y tomate alternándolas y montándolas un poco unas sobre otras. Salamos y espolvoreamos con el orégano.

En un bol mezclamos unas cuatro cucharadas de agua con dos de aceite. Untamos las verduras con esta mezcla. Ponemos la tarta en el horno precalentado a 200ºC unos 35 o 40 minutos. De vez en cuando vamos pincelando con la emulsión, para que no se seque la tarta.
(directoalpaladar)

miércoles, 7 de agosto de 2019

Los beneficios de la avena

Comer siempre lo mismo podría ser aburrido e incluso podría resultar tedioso degustar siempre los mismos sabores. Además, puede pasar que, por las carreras de cada día, no contemos con tiempo suficiente para pensar en algo distinto y así variar nuestras comidas.
De igual forma, muchas veces debemos entrar muy temprano al trabajo y tampoco podemos preparar algo elaborado. Pero no olvidemos que es importante nutrirnos y tener una buena digestión porque, según Héctor Luna, gastroenterólogo, esta es la forma en que nuestro organismo absorbe los nutrientes que necesitamos.
Además, la Organización Mundial de la Salud (OMS), recomienda que incorporemos una dieta balanceada, acompañada de una rutina de ejercicios para desarrollar un buen sistema inmunológico.

Avena para el desayuno:
Una buena opción para incorporar en nuestros desayunos es la avena, dice Lucrecia Cisneros, nutricionista de la clínica Vitalita, pues se trata de la comida más importante del día y, gracias a sus propiedades como los hidratos de carbono, al consumirlo “nos sentimos más satisfechos por más tiempo”, explica.
Asimismo, Cisneros agrega que la avena es un alimento que nos ayuda a tener mayor concentración, más energía durante el día y a regular nuestros antojos, gracias a la sensación de saciedad. Pero esto ¿a qué se debe? De acuerdo con Valeria Sagastume, nutricionista de Blue Medical, es porque se trata de un alimento alto en fibra.

Propiedades y beneficios de la avena:
De acuerdo con Cisneros, la avena es un alimento que ayuda a mantener el equilibrio y buen funcionamiento del sistema nervioso, gracias al complejo B.
También es un alimento recomendado para personas con obesidad y estreñimiento, dice Sagastume, ya que se trata de un carbohidrato de lenta absorción que permite un efecto de saciedad más prolongado y, además, contiene grasas insaturadas y fibra que ayudan a disminuir el colesterol en la sangre.
De igual forma, gracias a la fibra, Sagastume añade que esta mejora la digestión y el tránsito intestinal, lo cual facilita el proceso de digestión. Cisneros agrega que la fibra también “ayuda a reducir la absorción de azúcar en el intestino, disminuyendo así los niveles en la sangre”.
Otro beneficio de la ingesta de avena dice Cisneros, es que esta contiene aminoácidos que “ayudan al a producción de lecitina en el hígado y reduce los ácidos biliares”.

Contradicciones:
De acuerdo con la nutricionista Lucrecia Cisneros, si usted padece de diverticulitis, diarrea o gastroenteritis, colitis o enfermedad de Crohn, celiacos (la avena contiene gluten), anemia (hay componentes de la avena que no permiten la absorción del hierro, no es recomendable consumirla, porque puede empeorar su condición. Asimismo, la experta recomienda consultar con su médico y nutricionista.

Panqueques de Avena(receta)
1/3 de taza de avena integral en hojuelas
2 claras de huevo
Canela empolvo al gusto
2 gotitas de esencia de vainilla
¼ de taza de agua o menos
Primero, bata las claras. Luego, agregue los ingredientes secos y, poco a poco, el agua. Verifique que la mezcla no quede rala ni muy espesa.
Cocinar en un sartén preferiblemente de teflón para no utilizar grasa.

prensalibre.com

jueves, 1 de agosto de 2019

Los alimentos ecológicos reducen el riesgo de cáncer

Los alimentos de cultivo ecológico sí son una mejor opción para la salud. Reducen el riesgo de desarrollar cualquier tipo de cáncer en un 25 por ciento y también hay un 73 por ciento menos de probabilidades de desarrollar linfoma no Hodgkin, un cáncer de los glóbulos blancos, que son las células del sistema inmunitario encargadas de combatir las infecciones.
Las personas que optan por los alimentos de cultivo ecológico no comen los pesticidas ni los contaminantes que se encuentran en los alimentos de la agricultura y ganadería convencional, y esa podría ser la diferencia cuando se trata de cáncer, según investigadores del Institut National de la Santé et de la Recherche Médicale (Francia).

De hecho, comer alimentos de cultivo ecológico puede ser aún más importante que la calidad de los propios alimentos: en la investigación, las personas que tomaban comidas precocinadas bio también tenían menos probabilidades de desarrollar cáncer que aquellas que no lo hacían o solo ocasionalmente.
Los investigadores hicieron una lista 16 productos bio, incluidas frutas y verduras, carne y pescado, comidas precocinadas, aceites vegetales y suplementos dietéticos, y registraron la frecuencia con la que un grupo de 70.000 adultos los comían. En un lapso de 54 meses, se realizó un seguimiento de los voluntarios y se registraron 1.340 casos de cáncer, el más prevalente fue el cáncer de mama, con 459 casos diagnosticados, cáncer de próstata (180), cáncer de piel (135), cáncer colorrectal (99) y linfoma no Hodgkin (47).
Pero aquellos que comían alimentos bio en su mayoría eran los menos propensos a desarrollar cáncer. El efecto protector general de los alimentos orgánicos fue del 25 por ciento para todos los cánceres, el 73 por ciento para el linfoma no Hodgkin y el 21 por ciento para el cáncer de mama posmenopáusico.
correo del sol

Hamburguesa de quinoa y espinacas

Ingredientes:
Para la hamburguesa:
200g lentejas
100g quinoa
300g de espinacas
2 zanahorias
1 diente de ajo
Pan rallado
Sal
Para el queso vegano:
½ vaso de anacardos
1 c.s. de zumo de limón
2 c.s. de levadura de cerveza
Un poco de agua

Preparación:
1. Para preparar el queso será necesario dejar los anacardos en remojo durante 2 horas. Una vez pasado este tiempo, escurrimos el agua y los trituramos junto con el zumo de limón, la levadura de cerveza. A medida que vamos triturando, vamoa añadiendo el agua hasta que quede una crema bien consistente pero sin grumos.
2. Lavamos las lentejas (en caso de que éstas ya esten cocidas y envasadas) y las dejamos escurrir.
3. Por un lado, ponemos a hervir la quinoa y una vez cocida, la ponemos a escurrir durante un rato para asegurarnos de que pierde todo el agua. Por otro, ponemos a hervir las espinacas, y una vez cocidas las ponemos a escurrir. Es importante que pierdan todo el agua posible. Las podéis chafar con una cuchara y así nos aseguramos de que la masa de las burgers quede bien espesa.
4. Sofreímos la zanahoria y el ajo. En un bol grande, mezclamos las lentejas, la quinoa, las espinacas y el sofrito. Nos tiene que quedar una masa compacta, por lo que si fuera necesario, añadiríamos un poco de pan rallado hasta que cogiese consistencia. Añadimos también un poco de sal.
5. Para preparar las hamburguesas, hacemos 6 pelotas de aproximadamente 150 gr. y las aplanamos hasta tenerlas del grosor que más nos gusten. Una vez tengamos las hamburguesas, pondremos un poquito de aceite a calentar en una sartén. Cuando el aceite esté caliente, cocinaremos las hamburguesas hasta que queden un poco tostadas del exterior.
delantaldealces