jueves, 25 de junio de 2015

El chef Jamie Oliver gana un juicio contra las hamburguesas de McDonald's

El famoso chef británico Jamie Oliver ha ganado la demanda que interpuso contra gigante de la comida rápida McDonald's, al demostrar que las hamburguesas no son aptas para el consumo humano, por un producto que utilizan.
El especialista en gastronomía comprobó que las hamburguesas en Estados Unidos se lavan con hidróxido de amoníaco, también conocido como amoníaco acuoso y es usado, entre otras cosas, para disolver metales reactivos como el aluminio o zinc.
"Estamos hablando de carnes que hubieran sido vendidas como alimento para perros y después de este proceso se les sirve a seres humanos. Aparte de la calidad de la carne, el hidróxido de amonio es dañino para la salud", expresó el cocinero, según recoge ANDigital.

En igual sentido, advirtió que "nos estamos tomando un producto que se vende en la forma más económica para los perros, y después de este proceso, se le está dando a la los seres humanos".
En Estados Unidos ya han dejado de realizar esta práctica Burger King y Taco Bell y, finalmente, McDonald´s ha accedido a hacer lo mismo.
El gerente de la multinacional en América Latina, Arcos Dorados, dijo que este procedimiento no se práctica en estos países, ni tampoco en Irlanda y Reino Unido. Desde McDonald´s niegan que hayan cambiado la receta a causa de perder la demanda que les interpuso Jamie Oliver.

Pastel de queso con kiwi


Ingredientes
7 kiwis
500 gr de queso crema
2 tazas de queso ricota o requesón
1 taza de crema
1 ½ tazas de azúcar
5 huevos
½ taza de harina
2 cdas. de jugo de limón
1 cda. de extracto de vainilla
½ taza de mangos en conserva

Preparación
1. En un recipiente vierte el queso crema, el queso ricota o requesón, la crema y la azúcar, mezclar hasta obtener una mezcla homogénea.
2. Agregar huevos a la mezcla uno a uno.
3. La pulpa de cuatro kiwis hacerla puré.
4. Agregar el puré de kiwi, harina, el jugo de limón y la vainilla a la mezcla anterior.
5. Depositar mezcla en un molde para pie previamente engrasado y enharinado.
6. Precalentar el horno a 180°C
7. Hornear alrededor de 60 o 70 min o hasta que la superficie adquiera una ligera tonalidad café  el centro tenga poca agitación, al terminar dejar enfriar.
8. Refrigerar al menos 6 horas, cubriendo con alguna película plástica.
9. Decorar con mango en almíbar y los 3 kiwis restantes, cortándolos en rodajas delgadas. (Biomanantial.com)

Tallarines con queso vegana


Ingredientes
500g de tallarines
200g de queso vegano al gusto (cheddar blanco)
200ml de crema de leche de avena (o de soja, arroz..)
2 cebollas (grandes)
Aceite de oliva
Sal
Pimienta negra
Orégano

Preparación
1. Pelar y lavar las cebollas. Cortar en juliana. Pochar en una sartén con aceite de oliva a fuego lento.
2. Mientras se hace la cebolla, hervir la pasta en una olla con agua salada.
3. Mezclar la crema de leche y el queso en una olla a fuego medio-bajo. Salpimentar y remover hasta que el queso se haya derretido.
4. Cuando la pasta esté lista, escurrir y echar en un bol (o la misma olla). Añadir la cebolla caramelizada (con el aceite), orégano y mezclar bien.
5. Servir con la salsa a parte (como en la foto) o mezclar con la pasta y la cebolla.

jueves, 18 de junio de 2015

Patatas asadas con salsa de setas


Ingredientes
4 patatas ( del mismo tamaño)
300 grs de setas
1 cdita de mantequilla
1 cebolla
1 cda de postre de harina
7 tomates secos
1 taza de caldo
aceite de oliva virgen
sal/ pimienta
Preparación
1. Lavar bien las patatas, con un cuchillo de punta pincharla cuatro veces para que cuando se horneen no se rompan.
2. Cubrir con papel vegetal una bandeja para horno, colocar las patatas y cocinarlas durante 50 minutos aproximadamente a 180 >. Para saber si están, pincharlas con un palillo de madera hasta el centro.
Para la salsa:
1. Saltear la cebolla y las setas cortadas pequeñas en mantequilla, esperar a que se doren un poco, añadir la harina, mezclar muy bien y poco a poco agregar el caldo , removiendo hasta que se espece.  Añadir sal y pimienta.
2. Para servir; abrir las patatas por la mitad, sin romperlas del todo, aliñar con un poco de aceite de oliva y sal , cubrir con  una cucharada de la salsa y decorar con trocitos de tomate seco.
(Delicooks.com)

Empanadas árabes veganas


Relleno para 10 empanadas:

1/2 taza de soja texturizada mediana (sin hidratar) o 1 1/4 de seitán picado.
1 taza de salsa de tomate (yo hice la que usé y tenía: 1/2 taza del agua de cocción de las lentejas, 1 tomate, 1/2 cebolla y 3 dientes de ajo, todo licuado)

1 cucharada generosa de curry
1/4 cda. de eneldo molido
1 cdita. de sal

1/2 taza de lentejas cocidas

1/4 de cebolla (no un 1/4 kilo eh, sino el cuarto de UNA cebolla), picada
1/2 morrón verde, picado
1/2 tomate, picado y sin las semillas

Jugo de 1 limón

Preparación:
Calentar la salsa de tomate y mezclarla con la soja texturizada.
Mientras la dejamos hidratándose, picamos las verduras y con un tenedor pisamos las lentejas, hasta que quede hecho un puré (no importa si algunos quedan enteros)
La soja NO va a absorber todo el líquido, pero no lo vamos a escurrir sino que vamos a hacer que el agua se evapore.
Ponemos los condimentos y la sal, y la llevamos a una sartén, a fuego moderado. Acá también agregamos el puré de lentejas.
Cuando quede más espeso ponemos la cebolla y el morrón y cuando quede bastante seco ya se puede sacar del fuego. Probar cómo está de sal y tal vez quieran agregarle un poco más de condimentos.
Ponemos el tomate y el jugo de limón.
Tomamos la masa de empanadas y rellenamos en forma de pañuelo y prontas para el horno.

miércoles, 10 de junio de 2015

COMO SUBIR las DEFENSAS (2ªparte)


LIMPIEZA INTERIOR. Los ácidos, al igual que los virus se elimina
principalmente por orina y por el sudor. Para este punto es
fundamental estar regulando el pH y corregir la alimentación. Beber
agua  mineral es importante, ya que renueva nuestro agua interior
(entre 70-80% de nuestro cuerpo). Las infusiones de té Bancha nos
ayudan a en el proceso de alcalinización y además al provocar más
eliminación por orina, facilitan la eliminación del proceso
infeccioso.
Cuando nuestra alimentación es contaminante (esté o no contaminada)
se dice que es tóxica, básicamente porque deja restos de toxinas en
nuestro organismo. Si nuestro sistema de autoregulación no está
bloqueado éste tiende por si mismo a eliminar estas impurezas
propias tanto del metabolismo como de la alimentación en sí. Los
medios de eliminación son los riñones (orina -ácido úrico-), el
intestino grueso (heces), la piel (sudor, granos) y los pulmones
(dióxido de carbono). En toda alteración transitoria de salud hay
que asegurar las vías fisiológicas de eliminación, para que nuestro
medio interior esté limpio, ya que si está recargado de toxinas,
facilitará la supervivencia de virus, bacterias y hongos. La
alimentación es la mejor forma de ayudar a eliminar y a no
sobrecargar este medio. Podemos ayudar a eliminar toxinas del
organismo con tres plantas: diente de león, malva y tila.
Reduciendo la toxemia extracelular y corrigiendo el pH (ayuda
respirar profundamente en el bajo vientre y a ensalivar mucho)
corregimos el terreno.
Los antibióticos, los analgésicos y los calmantes derivados del
ácido acetilsalicílico (principio activo obtenido del sauce)
producen un efecto bloqueador del sistema de regulación propio de
nuestro organismo, si además le añadimos una vacuna el efecto es
sicótico, esto es, anula la capacidad de homeostasis
incapacitándonos para enfrentarnos a cualquier virus, bacteria,
hongo o cualquier otro agente patógeno. Un medicamento no cura, no
trata la causa, inhibe los síntomas que produce nuestro organismo
para liberarse de las toxinas (vómitos, diarrea, fiebre-sudor,
inflamación...). Solo cura SER.

ESTADO de ANIMO. El miedo, el estrés, la tensión provocan un pH
ácido, así como una tendencia a la simpaticotonía (predominio del
sistema nervioso vegetativo simpático: contracción-boca
seca-adrenalina). Si nos paramos un poco a reflexionar es lo que
nos ofrece el sistema junto con las bebidas gaseosas azucaradas
(altamente acidificantes y estimulantes), al igual que el alcohol,
el café o el tabaco (drogas legales). Si a todo esto le sumamos el
miedo que se transmite por los medios de comunicación, es muy raro
que alguien se salve del destino apocalíptico de las pandemias.
No se nos enseña a vivir sanos, pero si a vivir con miedo. Es un
aprendizaje esencial aprender a vivir sin miedo, ser cauto pero sin
miedo.
El estado de ánimo es fundamental para sobrevivir. Si estoy o vivo
desanimado y vivo con miedo a enfermar, tengo todas las papeletas
para caer en la «trampa» y enfermar, lo que va a producir
importantes ganancias a los laboratorios de medicamentos.
Es curioso, se dice que los virus que están apareciendo en la
actualidad, vienen de laboratorios ¿los mismos que crean las
vacunas?
Mantener el buen ánimo y no creerse mucho o nada de los que cuentan
en los medios de comunicación, es fundamental para dejar de vivir
bajo la presión del miedo, la imposición de vacunas o la perdida de
derechos. Hay que reaccionar desde la esperanza de lo que somos,
somos mucho más que un trozo de carne o un número de la S.S. o un
N.I.F o la imagen de lo que ves reflejada en el espejo. Si creamos
lo que creemos, hay que tener mucho cuidado con las creencias

Sandwich de paté de alcachofas y brotes


Ingredientes
Pan de semillas muy fino
4 alcachofas
1limón
½ diente de ajo
1 puñado de brotes de alfalfa,
3 lonchas de tofu
aceite de oliva virgen
sal marina

Preparación
1. Ponemos a macerar las lonchas de tofu con un poco de Hierbas aromáticas.
2. Lavamos y pelamos un poco las alcachofas, las frotamos con limón y las cocinamos en una cacerola con muy poco agua, apenas una taza.
3. Una vez cocidas las pasamos por una trituradora o licuadora con el diente de ajo , una  cucharada de aceite de oliva y sal marina. Si queremos guardar el paté sobrante lo estiramos en un tuper pequeño y rociamos con un poco de limón. Es muy bueno como aperitivo!
4. Hacemos a la plancha el tofu. Untamos el pan con el paté, por encima el tofu y finalmente los brotes, rectificamos de sal y aceite y tapamos.

Ensalada de pasta con tomates secos


Ingredientes
15 tomates cherry
700 g de pasta para ensalada
200 g champiñones
6 tomates secos
3 cucharadas de aceite de oliva
50 g de aceitunas manzanilla
50 g de aceitunas negras
1 cebolla
sal
Pimienta 
Aceite de oliva

Preparación
1. Cortar los tomates cherry por la mitad y homearlos a 180°C en una bandeja hasta que estén un poco dorados.
2. Hervir la pasta en una olla con abundante agua con sal hasta que esté al dente.
3. Colar y pasar por agua fría antes de reservar.
4. Cortar los champiñones en láminas y saltearlos en una sartén con un poco de aceite hasta que estén dorados.
5. Triturar los tomates secos con las tres cucharadas de aceite de oliva hasta obtener una salsa cremosa.
6. Cortar las aceitunas y la cebolla en trozos irregulares.
7. Mezclar la pasta con la salsa de tomates secos, las olivas, la cebolla y los champiñones en un bol.
8. Salpimientar a gusto.
9. Sirve las raciones de pasta en un plato y añadir por último los tomates cherry y un poco de aceite de oliva en crudo.
(Delicooks)

COMO SUBIR las DEFENSAS (1ª parte)

La inmunología (nuestro sistema de defensa) depende básicamente de
cuatro factores:

      * pH sanguíneo
      * alimentación
      * limpieza del medio interior
      * estado de ánimo

El pH SANGUINEO y la limpieza del medio interior (mesénquima), está
estrechamente relacionado con nuestra forma de alimentarnos. Así,
una dieta rica en proteínas de origen animal va a producir un pH
ácido (7,35-7) y va a dejar muchos restos del metabolismo celular.
Resumiendo mucho, el terreno se constituye por lo que comemos y
nuestra tendencia constitucional. Así una persona de constitución
sanguínea tenderá a padecer afecciones de la sangre, mientras que
un bilioso tenderá a padecer afecciones del hígado y de la vesícula
biliar. Son terrenos diferentes, por l o que manifestarán síntomas
diferentes.

A nivel de estado de ánimo, el sanguíneo se pondrá enrojecido (por
vergüenza, por malestar...) y el bilioso se enfadará de forma brusca
e intensa. Uno mueve más sangre (afecciones cardiovasculares), el
otro más bilis (afecciones digestivas y migrañas), en ambos casos
conlleva a desequilibrios en la homeostasis del organismo (capacidad
de autoregulación). El pH ácido junto a nuestras predisposiciones
mórbidas es el que va a generar un terreno propicio para virus,
bacterias y hongos. Tratar el terreno como causa es una buena idea,
algo así decía Pasteur.
En el caso de los virus, se instauran con más comodidad en un pH
ácido. Así que en cuanto sientas mal estar corporal, cansancio,
dolor corporal, moqueo líquido etc... que son los síntomas
iniciales de un enfriamiento o de una gripe tómate un buen vaso de
agua con bicarbonato, esta acción alcalinizará tu pH (7,45-7,8) y
evitará un terreno propicio para el virus. Para alcalinizar el
organismo (una de las bases fundamentales para la evolución
espiritual), puedes encontrar en los herbolarios reguladores del pH
que aportan al organismo alcalis.
Este factor del pH ácido lo tendremos también presente en todos los
procesos inflamatorios (a más acidez más tiempo dura la
inflamación), así como en los procesos artríticos y reumáticos.

ALIMENTACION. Nos alimentamos por lo que comemos (somos lo que
comemos), por lo que respiramos (tenemos más o menos energía en
base a nuestra forma de respirar y lo que respiramos) y por
nuestras relaciones con la vida y los demás. Por tanto, hay que
cuidar alimentación y respiración, y algo de lo que se habla poco,
pero creo que es fundamental: la forma en la que nos relacionamos
con la vida y con los demás. El problema de la humanidad son los
humanos, y el problema de los humanos es la falta de humanidad.
Cambia la dieta retirando de ésta los alimentos de origen animal,
principalmente el cerdo y sus derivados, carne de ternera, pan
blanco, lácteos y derivados, así como todo lo que contenga azúcar,
por una alimentación rica en alcalis, que se obtienen
principalmente de las verduras y hortalizas, éstas además de
aportar clorofila y fibra, ayudarán a pasar el pH de ácido a
alcalino.
Alcalinizan el buen vino, te Bancha, frutas maduras, plátano,
castañas, almendras (en ambos casos crudas), verduras verdes,
patatas, maíz, mijo, zanahorias, algas... Combinar correctamente
los alimentos también ayuda a que el pH se mantenga en alcalino.

Te recomiendo tomar durante el proceso de alcalinización y/o
mientras tengas una virasis (una infección), un puré con calabaza,
habichuelas, puerro, apio, acelgas, cebolla, nabo, zanahorias, col.
Al servir el puré añadirle una cucharada de zumo de limón al gusto.
También se le puede añadir un puñado de alga arame cocida
(opcional).

miércoles, 3 de junio de 2015

Puerca industria


La producción y el consumo de carne no han hecho sino aumentar a escala mundial en las últimas décadas. Los patrones de consumo así como los métodos productivos ganaderos han cambiado radicalmente. Pero, ¿qué impactos sociales, medioambientales, laborales… tiene la industria ganadera? ¿Quién gana y quién pierde en este negocio? En el presente artículo abordamos dichas cuestiones.
¿Una revolución ganadera?
Desde los años 50 hasta hoy la producción de carne a nivel mundial se ha multiplicado por cinco. La producción de cerdo seguida por la de pollo y la de ternera son las que han registrado los mayores aumentos/1. El consumo de carne en los países del Sur se ha multiplicado por dos entre el período de 1964-66 a 1997-99, en el que se ha pasado de consumir 10,2kg anuales por persona a 25,5kg, y se espera un incremento de hasta 37kg para el 2030. Aunque este crecimiento ha sido desigual, registrándose un aumento muy importante de la demanda en países como Brasil y China, mientras que en el África subsahariana las cifras han permanecido estancadas. En los países del Norte se prevé que el consumo de carne por persona al año pase de 88kg en 1997-99 a 100kg en 2030/2.
La industria ganadera se ha convertido en un elemento central del crecimiento de la agricultura en todo el mundo, apostando por un modelo de ganadería industrial e intensiva que ha recibido el nombre de “revolución ganadera”/3. Este sistema ha significado un incremento exponencial de la producción y el consumo de carne y derivados, siguiendo el mismo patrón productivista que la revolución verde (uso intensivo del suelo, insumos químicos, “mejora” genética, etc.), a la vez que ha modificado de raíz nuestra dieta alimentaria. Un modelo que ha promovido la concentración empresarial, dejando en manos de un puñado de multinacionales del agribusiness (Agronegocios) la capacidad de decidir sobre qué carne y derivados consumimos, cuantos, y cómo se elaboran.
Pero si la revolución verde prometió acabar con el hambre en el mundo y no lo consiguió, al contrario las cifras de hambrientos no han parado de aumentar superando los mil millones según indica la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO)/4; el alza en la producción de carne tampoco ha significado una mejora en la dieta alimentaria. Al contrario, y como seguidamente analizaremos, el aumento del consumo de carne ha generado mayores problemas de salud y su lógica productivista ha tenido un impacto muy negativo en el medio ambiente, el campesinado, los derechos animales, y las condiciones laborales. Aumentar la producción no implica un mayor acceso a aquello que se produce, como bien ha demostrado el fracaso de la revolución verde y la revolución ganadera.
Planeta en jaque
Hoy la ganadería representa el 40% del valor bruto de la producción agropecuaria mundial, superando el 50% en los países del Norte, y es la principal utilitaria de tierra agrícola, ya sea por vía directa mediante el pastoreo o por vía indirecta por el consumo de piensos y forraje/5. Ambos usos resultado, muy a menudo, de la deforestación de bosques vírgenes y selvas tropicales con la consiguiente degradación del suelo y de los recursos hídricos.
Miles de campesinos, debido a estas prácticas, han sido expulsados de sus tierras, ahora destinadas a monocultivos de cereales para la alimentación animal. La ganadería campesina, diversificada, local y familiar está siendo sustituida por un modelo intensivo, monoganadero, corporativo y exportador, frente al cual los primeros no pueden competir.

Otro de sus impactos reside en la generación de cambio climático. Se calcula que la ganadería industrial produce un 18% de los gases de efecto invernadero, superando al sector del transporte. En concreto, ésta es responsable del 9% de las emisiones de CO2, debido al uso intensivo de la tierra y la deforestación; del 65% del oxido nitroso, la mayor parte procedente del estiércol; del 37% de las emisiones de metano (mucho más perjudicial que el CO2), originado por el sistema digestivo de los rumiantes; y del 64% del amoniaco, que contribuye significativamente a la lluvia ácida/6.
A pesar de que la revolución ganadera dijo “mejorar” las razas de ganado, eso sí, respondiendo a los intereses del mercado y promocionando aquellas más productivas, resistentes a enfermedades, de fácil adaptación al medio, etc. Esto no significó un enriquecimiento de nuestra alimentación. De hecho, la variedad de razas animales, así como de especies vegetales, se ha reducido drásticamente en los últimos años. Se calcula que un 30% de las razas de animales domésticos está en peligro de extinción, lo que significa la desaparición de tres razas domésticas cada dos semanas/7.

Nuestra alimentación cada día depende de menos variedades animales y vegetales, lo que implica una mayor inseguridad alimentaria.
El uso intensivo y la contaminación del agua es otra de las consecuencias derivadas de la revolución ganadera. Actualmente, la agricultura y la ganadería consumen entre un 70 y un 80% del total de agua dulce disponible, según datos del 2º Foro Mundial del Agua (La Haya, 2000). Producir un kilo de proteína animal en la industria ganadera requiere 40 veces más agua que la producción de un kilo de proteína de cereales o 200 veces más que un kilo de patatas/8. Como bien señala el filósofo y ecologista Jorge Riechmann: “En un mundo finito donde la escasez de agua dulce se ha convertido en un factor limitante esencial, ¿da igual consumo uno que consumo 40?”/9. Y es que no es lo mismo plantar espinacas que pienso para las vacas. La misma cantidad de tierra producirá 26 veces más proteínas para consumo humano si cultivamos espinacas en vez de pienso para forraje/10.
Asimismo, los desechos animales, los antibióticos, las hormonas, los productos químicos, los fertilizantes, los pesticidas son los principales agentes contaminantes. La ganadería industrial, por ejemplo, es la principal responsable de las emisiones de amoníaco que contaminan y acidifican aguas y suelos. Y el sobre-pastoreo impide la renovación de los recursos hídricos tanto de la superficie como subterráneos.
Nuestra salud amenazada
Se trata de impactos que afectan de pleno a las comunidades. “Los gases que emite una granja porcina a escala industrial son muy tóxicos. Hay muchos gases volátiles mezclados con polvo, bacterias, antibióticos y forman una mezcla muy compleja de más de 300 o 400 sustancias a la que están expuestos vecinos, familias y niños” afirma David Walllinga del Institute for Agriculture and Trade Policy en el documental Pig Business (2009) de Tracy Worcester, con el consiguiente aumento de enfermedades de distinta índole entre quienes habitan cerca de estas instalaciones.
Nuestra salud es otra de las grandes perjudicadas por este modelo ganadero. Somos lo que comemos y está claro que si consumimos carne producida con altas dosis de hormonas, antibióticos, piensos transgénicos, etc. esto tiene un coste para nuestro organismo. Las dietas excesivamente carnívoras generan problemas cardíacos, de hipertensión, cáncer, obesidad, diabetes. Aunque éste es solo un elemento más de un sistema agrícola y alimentario que nos enferma como ha analizado Marie-Monique Robin en su documental Notre poison quotidien (2010) o como demostró Morgan Spurlock sometiéndose durante treinta días a una dieta a base de “comida basura” en Mc Donalds y que documentó en su film Super Size Me (2004).
Derechos de los animales
Los animales se han convertido en materia prima industrial y las granjas han dejado de ser granjas para convertirse en fábricas de producción de carne o modelos de “ganadería no ligada a la tierra”, como se les denomina en el sector. La misma lógica capitalista y productivista que rige otros sistemas impera en el modelo ganadero actual, pero en este caso las mercancías son animales. “Se aplican sistemas industriales diseñados para fabricar coches y máquinas a la cría de animales. Es algo increíblemente cruel que ninguna sociedad civilizada debería tolerar” afirma Tom Garrett del Welfare Institute en el documental Pig Business.
La práctica productivista convierte a los animales en enfermos crónicos. Instalaciones que impiden su movimiento, mala alimentación, hacinamiento, estrés, etc. son sólo algunas muestras del maltrato animal. Para compensar su maltrecho estado de salud se les inyecta antibióticos, frente a las infecciones crecientes, así como hormonas reproductoras para compensar su pérdida de fertilidad. En Europa, la ganadería industrial utiliza la mitad de los antibióticos comercializados. De estos, 1/3 se administran preventivamente con el suministro de pienso/11.
Smithfield Foods, un ejemplo
La revolución ganadera ha implicado un creciente monopolio e integración vertical del sector, donde unas pocas empresas controlan todo el proceso de producción de carne, desde la crianza al matadero y envasado.
La multinacional estadounidense Smithfield Foods es, por ejemplo, el mayor productor y procesador mundial de carne de cerdo con unos ingresos de once mil millones de dólares anuales, en 2010, contrata a 48 mil personas, y desde su sede en Estados Unidos se ha expandido a 15 países/12. Y es que para evitar regulaciones laborales y medioambientales estrictas, Smithfield Foods ha trasladado parte importante de sus operaciones a otros países con legislaciones más laxas.
Entre 1990 y 2005, su crecimiento fue del mil por ciento, aumentando su control sobre cada eslabón de la cadena productiva y haciéndose con nuevos mercados, a costa de acabar con pequeños ganaderos/13.
Smithfield Foods es conocida por las numerosas acusaciones y denuncias que ha recibido por contaminación ambiental. La más importante en 2009, cuando Granjas Carroll, una de sus empresas subsidiarias en México, fue acusada de ser el epicentro del brote de gripe porcina, gripe A, que asoló el país y se propagó globalmente/14.
La vulneración de los derechos laborales es otra de sus prácticas habituales. Escalada en el número de accidentes laborales, despidos, abusos verbales… son algunos de los casos recogidos en el informe “Empaquetado con abuso”/15, elaborado por el sindicato United Food and Commercial Workers Union (UFCW), que analizaba las condiciones de seguridad laboral en el matadero y planta de empaquetado de Smithfield Foods en Tar Hell, Carolina del Norte, el más grande del mundo, con 5.500 empleados. Y donde la UFCW intentó durante más de una década organizar a sus trabajadores, con la oposición frontal de la empresa, y que finalmente consiguió en unas elecciones sindicales a finales del 2010.
Según un informe de Human Rights Watch, publicado en 2005/16, trabajar en la industria cárnica es el empleo fabril más peligroso en EEUU. Dicho informe señalaba el abuso sistemático de la mano de obra inmigrante sin papeles, la intimidación, la falta de indemnizaciones, las represalias y las amenazas de despido contra quienes denuncian abusos, etc. Unas prácticas que quedan recogidas a la perfección en la película Fast Food Nation (2006) de Richard Linklater Fast.
En definitiva un sistema de producción ganadero que nos enferma, acaba con la agrodiversidad, vulnera los derechos de los animales, contamina el medio ambiente, destruye la ganadería campesina y explota la mano de obra. (Le Monde)

Boniato asado con brócoli al vapor y queso Cheddar


Ingredientes
4 boniatos
300 g brócoli cortado en ramitos pequeños
150 g de queso cheddar rallado
Sal y pimienta

Preparación
1. Precalentar el horno a 200°C (180 ° Fan / Gas 6).
2. Limpiar bien los boniatos y secarlos bien. Luego, pincharlos varias veces con un tenedor y espolvorear con sal.
3. Hornear directamente en la parrilla del horno durante 1 a 1: 30h, hasta que estén tiernos.
4. Mientras tanto, hervir o cocinar al vapor el brócoli durante 4 min. Escurrir bien y enjuagar con agua fría.
5. Cuando los boniatos están listos, cortarlos por la mitad a lo largo.
6. Aplastar la carne del boniato ligeramente con un tenedor, dividir el brócoli en cuatro para cubrir cada mitad del boniato y terminar con queso cheddar rallado.
7. Sal y papel al gusto.
(Delicooks.com)