martes, 30 de junio de 2020

Berenjenas gratinadas ¡Al horno!

Ingredientes 
2 berenjenas
 200 gramos de queso parmesano
 3 hojas de albahaca finamente cortadas
 1 pizca de orégano
 1 pizca de perejil
 1 pizca de sal y pimienta
 100 gramos de tomates pelados y triturados

Preparación 
Para iniciar te sugerimos elegir buenas berenjenas para este plato, es decir, que estén bien frescas y en buen estado
Luego lava las berenjenas muy bien para eliminar cualquier impureza 
Seguidamente corta las berenjenas en rodajas (remoja en agua con vinagre para mantener su color y textura por 5 minutos)
Pasado este tiempo, añade sal a las rodajas de berenjenas y pimienta al gusto 
A continuación enciende tu sartén y añade un chorrito de aceite y coloca las berenjenas hasta que ablanden 
Retira las rodajas del fuego y colócalas en una bandeja y añade queso y tomate en rodajas  (te recomendamos queso parmesano para darles más sabor y textura)
Lleva tus berenjenas al horno por 15 minutos y listo ¡Son divinas! 
Mui

flan para diabéticos y celíacos

Ingredientes:
• 6 unidades de Huevo
• 200 gr de queso crema light
• 200 gr de Leche descremada
• 1 cucharadita de esencia de vainilla
• 6 sobres de splenda o estevia
• 100 gr de splenda granulada

Modo de preparación:
Para este postre necesitaremos el edulcorante o esplenda granulado para el caramelo, puedes conseguirlo en supermercados o tiendas naturistas. Déjalo en una olla caliente a fuego bajo y deja que se derrita poco a poco hasta conseguir el caramelo deseado. Cuando esté listo pásalo al molde que usarás para tu flan.
En la licuadora vierte los huevos, el queso crema, el chorrito de esencia de vainilla y la leche descremada, deja que todo se licúe a máxima potencia por 1 minuto. Al pasar el tiempo añade los sobres de estevia o esplenda y vuelve a licuar todo 1 minutito más.
Vierte la mezcla que acabas de preparar sobre el molde que tiene ya el caramelo esparcido, tu horno debe estar precalentado a 165ºC y mételo al horno a baño María por unos 15 minutitos o hasta que esté listo. Recuerda que para checa que está listo puedes sumergir un palillo y si sale limpio y seco es porque ya está.
A lo que lo saques del horno deja que entibie y guárdalo en la nevera o refrigerador por unas 3 a 4 horas, para luego desmoldarlo y degustar de tu exquisito flan sin gluten. ¡Es una delicia!
(mui)

jueves, 25 de junio de 2020

Como conservar tus huevos frescos por un mes

Son muchas las personas que a diario buscan en internet cómo conservar los huevos y por ello el día de hoy traemos para ti la manera más prolija de conservar los huevos para que duren meses, así que ¡Toma nota

Elegir los huevos con la cáscara intacta, es decir con la cáscara limpia y sin toquesitos 
• No te recomendamos lavar los huevos antes de consumirlos y mucho menos antes de guardarlo en el refrigerador
• Para conservar los huevos te recomendamos guardarlos en la nevera pues de esta manera podrán durar meses 

Otro consejo es comprar los huevos totalmente frescos, así que si puedes elegir tu cartón de huevo lo más reciente que puedas hazlo ¡No lo olvides! 

Si no tienes refrigerador puedes conservar tus huevos en un lugar seco y sin humedad
•  Evita los cambios de clima, es decir, mantelos con una temperatura estable. Si es temperatura ambiente no lo metas a la nevera y si lo vas a conservar en la heladera, mantenlos allí siempre.

Nota: Las recomendaciones antes planteadas te serán muy útiles pues te permitirán conservar tus huevos en buen estado por meses. (mui)

martes, 23 de junio de 2020

flan de quinua


Ingredientes:
• 1 taza de quinua cocida
• 1 taza de azúcar
• 5 huevos
• 1/2 taza de leche condensada
• 1 taza de leche
• 1 cucharadita de esencia de vainilla
• 1 Molde de 30 cm x 10 cm aproximadamente

¿Cómo preparar el flan de quinua?

Paso 1
Empezar preparando el almíbar. Verter la azúcar a una olla o cacerola a pequeña fuego medio, remover y cocinar hasta lograr un almíbar color caramelo. Verter inmediatamente en el molde. Reservar.
Paso 2
En un tazón verter los huevos, remover ligeramente. Añadir la esencia de vainilla, la leche, la leche condensada y la quinua. Remover muy bien.
Paso 3
Echar la preparación al molde. Hornear a baño María por 90 minutos en un horno 180 grados. Dejar enfriar para desmoldar.
Nota:
Puede suplir la leche por agua. También hornearlo directamente (no en Baño María) por 45 minutos.
Peru.com

galletas de arroz

Ingredientes
• ½ tza de arroz blanco
• 1 ½ tza de agua
• Sal
Modo de preparación
• Precalentar el horno a 170ºC. Colocar agua en una cacerola grande hasta que hierva.
• Agregar el arroz blanco y cocinar por 10-15 minutos.
• Colar el arroz y condimentarlo a gusto. Dejar enfriar a temperatura ambiente.
• En una bandeja para hornear previamente engrasada, poner capas finas de arroz.
• Achatar cada galleta con la ayuda de una cuchara o espátula, hasta que queden de 0.6 centímetros de espesor.
• Cocinar por 40-45 minutos, hasta que las galletas comiencen a inflarse y se vean doradas y crocantes.
Peru.com

Qué es la Aquafaba ?

El nombre puede sonar algo extraño cuando se escucha por primera vez, pero quien esté familiarizado un poco con el latín sabrá que se define por sí mismo. La palabra no existía hasta que se quiso bautizar el ingrediente en 2015, y para ello se recurrió a San Google. Tras intentar decidir en comunidad un término adecuado, fue el estadounidense Goose Wohlt quien buscó las palabras latinas para “agua” y “alubia”, uniéndolas finalmente en aquafaba. Y así nació oficialmente un ingrediente destinado a revolucionar la cocina sin huevo.

Es revolucionario no solo por las posibilidades culinarias que nos abre, sino también porque es un producto que cualquiera puede tener en casa, fácil de obtener y muy barato. Es simplemente el líquido resultante de cocer las legumbres, especialmente garbanzos y alubias o judías blancas. Se puede emplear casero, pero es más sencillo utilizar el de una conserva de calidad, ya que lleva la proporción ideal de agua y es más fácil calcular la cantidad que lleva cada tarro.
Yo he estado usando aquafaba de conservas de garbanzos porque las demás legumbres prefiero cocerlas siempre por mí misma, y porque creo que estos aguantan mejor el envasado y son más prácticos para salteados, ensaladas o platos rápidos. Tan solo hay que poner un colador fino sobre un cuenco y vaciar encima el bote de legumbres, removiendo con suavidad para que caiga todo el líquido posible. Así se obtiene la aquafaba, un líquido viscoso, amarillento y ligeramente espeso, que realmente recuerda a la consistencia de la clara de huevo.

Su origen: un descubrimiento colectivo nacido de la necesidad :

Por mucho que haya gente empeñada en negarse a admitirlo, la cocina vegana no es aburrida, ni sosa, ni repetitiva. Cuando se sigue una dieta con restricciones, sea del tipo que sea, te ves un poco obligado a ser creativo, a experimentar y a ampliar tu despensa y tu recetario todo lo posible. Por eso conozco a veganos y personas con alergias e intolerancias que siguen una dieta mucho más variada y apetecible que alguien que puede comer de todo. La solución a no poder tomar algo no es simplemente eliminarlo, puedes buscar alternativas.
Y la dieta vegana en general no tiene problemas para encontrar sustitutos o equivalentes adecuados de casi cualquier receta, pero el huevo es un ingrediente algo peculiar. Es casi un básico imprescindible especialmente a la hora de preparar dulces, postres y productos de panadería, o para muchas masas y elaboraciones como tortillas, crêpes o tortitas. Ciertamente hay alternativas veganas para todas estas recetas, pero hay una elaboración dulce en la que el huevo parece imposible de eliminar: el merengue.

Ningún producto elaborado ha sido capaz de imitar el poder mágico del huevo en su combinación de agua y proteínas que se convierten en una nube esponjosa al batir las claras. Pero muchos veganos se negaban renunciar al merengue y gracias al auge de los blogs y las redes sociales surgió una comunidad perseverante en busca de un sustituto que funcionara de verdad.
El movimiento comenzó de verdad a dirigirse hacia una posible esperanza en 2010, cuando se fueron dando pequeños pasos en la dirección correcta gracias a los experimentos compartidos por blogueros y usuarios de foros. El agua de cocción de los garbanzos entró en escena, hasta que el ya mencionado Goose Wohlt descubrió que por sí solo podía emplearse como si fuera huevo, sin tener que añadir nada más.
Wohlt es un ingeniero informático de Estados Unidos amante de la cocina que recientemente se convirtió en un vegano aficionado a experimentar. El vídeo de dos cocineros franceses preparando mousse de chocolate con líquido de garbanzos le encendió la bombilla y se animó a probarlo para hacer merengues. Y se dio cuenta de que no hacía falta añadir almidones, gomas vegetales, proteínas ni ningún ingrediente extraño más, como se creía hasta el momento.

Por fin había conseguido hornear merengues 100% veganos usando solo el líquido de cocer legumbres, todo un éxito que compartió en Facebook donde pronto el descubrimiento se extendió por toda la comunidad. Así se creó un grupo específico para compartir conocimientos, recetas y resultados de las experimentaciones personales para aprender colectivamente a usarlo bien. A principios de 2015 se bautizó con su nombre oficial de aquafaba y se registró una página web oficial para continuar recopilando y difundiendo las bondades de este mágico ingrediente.

¿Cómo usar aquafaba en la cocina?

La respuesta es simple: como si fuera huevo, en principio en cualquier receta. Es interesante sobre todo en aquellas elaboraciones en las que el huevo, ya sean las claras, la yema o entero, sea un componente esencial. Merengues, pavlovas, tortitas, macarons, tortillas, nubes, nougat, gofres, mayonesa, mousses, helados... hay muchísimas recetas que son difíciles de dominar sin el huevo.
Se pueden encontrar muchas sugerencias de recetas en la red e incluso empiezan a aparecer libros en inglés dedicados a este producto, pero tampoco es mala idea ir experimentando en casa. Si se usa líquido casero, es conveniente dejarlo reducir hasta que tenga la textura espesa adecuada, y también se puede congelar. La comunidad de Aquafaba ha determinado una medida estándar que suele funcionar bien, aunque puede variar según la consistencia particular del líquido que se use.
• Para sustituir 1 huevo: 3 cucharadas (45 ml).
• Para sustituir 1 clara: 2 cucharadas (30 ml).
• Para sustituir 1 yema: 1 cucharada (15 ml).
Yo he probado aquafaba de garbanzos cocidos en bote para hacer la mousse de chocolate, y también he estado experimentando cambiando el huevo en mis recetas habituales de tortitas y bizcochos. La primera vez que empiezas a batir con la batidora el líquido de los garbanzos, y ves cómo cambia su consistencia hasta convertirse en un merengue blanco, esponjoso, espeso y firme, sorprende mucho el resultado. ¿Y qué pasa con el sabor? Obviamente se nota el aroma a legumbre cuando lo manipulas en crudo, pero al mezclarlo con otros ingredientes el sabor se disimula sin problemas. Por eso funciona tan bien con chocolate, y se pueden añadir otros toques aromáticos como vainilla o especias para ocultarlo aún más.

Si te animas a probar la aquafaba en casa, seas o no vegano o alérgico al huevo, puedes colaborar con la comunidad compartiendo tus resultados en las redes o simplemente rellenando el cuestionario disponible en la web. Cuantos más conocimientos y experiencias se tengan sobre el uso de este mágico ingrediente, mayor será el dominio que tendremos para usarlo como el sustituto vegano perfecto del huevo. ¿Quién nos iba a decir que estábamos desperdiciando una joya culinaria al desechar el líquido de cocción de las legumbres?
directoalpaladar

viernes, 19 de junio de 2020

Rosca de Frutos Secos sin Gluten

Ingredientes:

* 2 tazas de Clara De Huevo , 180 gramos
• 1 1/2 tazas de azúcar
• 1 cucharada de jugo de limón
• 1 cucharada de ralladura de limón
• 1 cucharada de ralladura de naranja
• 1 3/4 tazas de harina de arroz, 300 gramos
• 1 taza de mantequilla
• 1 taza de mantequilla, derretida
• 1/4 tazas de nuez, tostada
• 1/4 tazas de pistache, tostado
• 1/4 tazas de almendra, tostada
• 14 tazas de arándano
• 1 taza de yogur griego, 0%, para el glaseado
• 1 cucharada de miel de abeja, para el glaseado
• suficiente de fresa, para decorar
• suficiente de mora azul, para decorar

Preparación:

Precalienta el horno a 170°C.

Bate las Claras de Huevo hasta que suban ligeramente, agrega poco a poco el azúcar, el jugo de limón, bate hasta que duplique su volumen y estén estables.

Agrega de manera envolvente las ralladuras y la harina de arroz, alternado con la mantequilla. Una vez incorporado, añade las nueces, los pistaches, las almendras y los arándanos.

Vierte en un molde de rosca previamente engrasado y enharinado con harina de arroz. Hornea por 25 minutos, deja enfriar y desmolda.

Para el glaseado, mezcla el yoghurt con la miel y refrigera hasta su uso.

Decora la rosca con el glaseado, fresas y moras azules.

Kiwilimon

Peligro en la cocina: ¿Sabías que el sartén antiadherente produce cáncer?

Descubierto por accidente en el siglo XX, ha sido considerado como un producto ‘no peligroso’ para el hombre, pero realmente hay muchas cosas inciertas sobre este artefacto de cocina.
Tan famoso y efectivo que muchas amas de casa lo prefieren por su capacidad para que los alimentos no se peguen al fondo del sartén. Con su poder antiadherente desde 1940, es ideal por su impermeabilidad.
En el ojo de la tormenta se ha colocado un elemento que compone uno de los impensados instrumentos para la cocina y que es de tanta utilidad para el hogar, el sartén, un aliado que durante años ha sido cuestionado por el material que sirve para evitar que los alimentos se adhieran, "el teflón" (politetrafluoroetileno), a la sartén. 

Se trata de un compuesto tóxico que se debate desde hace años a raíz de un escándalo en la multinacional Dupont (EE.UU) que ha sido demandada en varias ocasiones, esto es debido al ácido perfluorooctanoico (PFOA) una sustancia química empleada para la elaboración de estos sartenes y que se acumula llegando a ser casi indestructible.

La Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC) clasifica al ácido con que se fabrica el teflón en el grupo 2 de las sustancias cancerígenas, junto a los celulares, el talco y la gasolina.
El tema con este elemento conocido también como C8 es que puede tener permanencia en el cuerpo durante un largo período, y se ha conocido que a temperaturas superiores a los 300 grados, puede producir algo conocido como fiebre por vapores de polímeros.
Los que contrarían el uso de sartenes hechos de teflón, incluyendo diversos estudios, afirman que puede conllevar a la esterilidad del hombre, problemas de tiroides o cáncer de hígado y riñón a través del sistema sanguíneo. Por esta razón las sartenes desde el 2020 señalan en su empaque si no incluyen PFOA en su elaboración.
(mui)

martes, 16 de junio de 2020

Croquetas Veganas de Espinaca


Ingredientes: (4 porciones)




• 1 papa, cocida
• 1/2 tazas de quinoa, cocida
• 2 tazas de espinaca, en tiritas
• 1/4 tazas de avena
• 1/4 tazas de leche de almendra
• 3 cucharadas de pan molido
• 1 cucharadita de cebolla en polvo
• 1 cucharadita de ajo, en polvo
• 1 cucharadita de hojuelas de chile
• 1 cucharadita de nuez moscada
• suficiente de sal
• suficiente de pimienta
• suficiente de panko
• suficiente de aceite de coco, en aerosol


Preparación:

Precalienta el horno a 180°C.

Coloca en un bowl la papa y tritura hasta que se deshaga por completo, agrega la quinoa, la espinaca, la avena, la leche de almendra, el pan molido, la cebolla en polvo, el ajo en polvo, las hojuelas de chile, la nuez moscada, la sal, la pimienta y mezcla hasta tener una mezcla homogénea.

Forma las croquetas con ayuda de tus manos y empanízalas con panko.

Coloca en una charola, rocía con aceite de coco en aerosol y hornea alrededor de 10 minutos, hasta que estén doraditas y crujientes, dando vuelta de vez en cuando.

Sirve y acompaña con ensalada.

(kiwilimon)

domingo, 14 de junio de 2020

Clorpirifós, el pesticida del que nadie habla y es peor que el glifosato


Es un insecticida altamente tóxico que la Unión Europea prohibirá desde enero. Sólo en la campaña sojera bonaerense se aplican seis millones de litros al año. Está presente en el agua. Y se detectaron residuos de clorpirifós en 33 alimentos, entre ellos tomate y lechuga.
No se conoce porque de eso no se habla. Pero está en el ambiente, en los alimentos que ingerimos y, por lo tanto, en nuestros cuerpos. Las consecuencias de la exposición son brutales: ataca el sistema nervioso provocando desde incoordinación motora hasta la muerte por asfixia. También puede causar retraso en la maduración embrionaria; deterioro del crecimiento y de la reproducción; cambios comportamentales y neurológicos; deformidades y mortalidad a largo plazo. Es considerado, además, un poderoso cancerígeno, porque genera daños a nivel del ADN. Se trata del clorpirifós, un insecticida que se aplica en dosis industriales en el campo argentino y que a través de distintos mecanismos de transporte y diseminación, llega a los sistemas de agua. "Es peor que el glifosato", advierten los especialistas.

El clorpirifós es un plaguicida organofosforado de amplio espectro, que se aplica para el control de numerosas plagas –insectos y ácaros–, principalmente en cultivos de soja, maíz, trigo y girasol. Según datos oficiales, fue el insecticida más usado en 2017: sólo ese año se importaron más de 278 millones de kilos de plaguicidas por los que se pagaron algo más de 1611 millones de dólares. Pese a la disponibilidad de otros insecticidas más amigables con el ambiente, y de las prohibiciones que tiene en el mundo, el clorpirifós se impone sobre los demás desde su aprobación en 1962.
Según el Senasa, el clorpirifós es "altamente tóxico" para las abejas y "muy tóxico" para aves, peces y organismos acuáticos. Lo considera de clase II, es decir, un producto "moderadamente peligroso y nocivo", aunque existen otras clasificaciones que lo señalan como altamente dañino. En 2009, el por entonces Ministerio de Salud dispuso su prohibición para uso doméstico, aunque lo habilitó en el ámbito rural. Es de venta libre.

"Para tener una estimación de la problemática a la que nos enfrentamos, y sólo considerando el total de hectáreas sembradas en la campaña 2017-2018 para la soja en la provincia de Buenos Aires, se habrían liberado al ambiente unos seis millones de litros. Se estima que una persona está expuesta a once litros de pesticidas por año. Falten estudios epidemiológicos, es cierto, pero todos nos damos cuenta de que hay demasiado cáncer en el país", sostiene Melina Álvarez, doctora en Biología, exbecaria del Conicet y hoy investigadora en el área de Química Ambiental de la Universidad Nacional de Hurlingham.
Álvarez, junto a otros investigadores, realizó un análisis de riesgo para establecer un valor máximo permitido para las aplicaciones de clorpirifós, que proteja
las especies acuáticas que viven expuestas a este contaminante.
El estudio, recientemente publicado en una revista extranjera especializada en Toxicología y Contaminación Ambiental, incluyó 193 muestras, tomadas de 24 lugares distintos de la Pampa Húmeda, y la comparación de los valores de concentración con 12 niveles guía (uno nacional y once internacionales). La conclusión fue que las frecuencias de aparición del clorpirifós nunca bajaron del 40% de las muestras y en algunos casos llegaron al 100 por ciento.
"Para tener una idea de su toxicidad –explica Álvarez–, consideremos que la Secretaría de Infraestructura y Política Hídrica (la ex Subsecretaría de Recursos Hídricos de la Nación) recomienda un valor máximo que ha sido superado en más del 60% de las veces en que se han monitoreado los niveles de este tóxico. Nosotros encontramos que inclusive este valor guía resulta insuficiente para proteger la fauna acuática que habita la región, ya que se afectaría un porcentaje inaceptable de especies. De estos resultados se deduce que existe un riesgo real para los ecosistemas acuáticos, y por eso sugerimos que el límite máximo admisible de clorpirifós debería establecerse en un valor diez veces más bajo que el actual, para asegurar la protección del 95% de las especies acuáticas".
“Efectivamente, el clorpirifós esta categorizado como altamente peligroso por la OMS y la FAO. Aquí se usa muchísimo porque es un plaguicida barato. De hecho, a nivel doméstico está en hormiguicidas y en correas para perros. Desde 2015 se intenta incluirlo en el Convenio de Estocolmo, porque reviste las carácterísticas de contaminante persistente, pues tarda mucho tiempo en degradarse, se traslada grandes distancias y puede bioacumularse, pero todavía no se ha podido lograr”, explica Javier Souza Casadinho, ingeniero agrónomo y presidente de la Red de Acción en Plaguicidas de América Latina.
Aberraciones
En nuestro país, la Ley de Residuos Peligrosos N° 24.051 no presenta ningún valor de referencia para el clorpirifós, como así tampoco lo hace la normativa que creó la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (ACUMAR) en lo que se refiere a la calidad de agua apta para la protección de la biota acuática (en aguas dulces, salobres o saladas) ni para aquella "destinada a uso recreativo pasivo, con y sin contacto directo".
"El clorpirifós genera distintas formas de deterioro de los cuerpos del agua y un caos total en el ecosistema. Sin embargo, en la Argentina el vacío respecto a normas que lo regulen es total", resalta Álvarez.
De acuerdo al informe "El plato fumigado", realizado  por el colectivo Naturaleza de Derechos con datos del Senasa, entre 2011 y 2016 se detectaron residuos de clorpirifós (en total, en la Argentina son 118 los formulados de clorpirifós autorizados) en 33 alimentos, entre ellos, la acelga, el tomate, la lechuga, el apio y la rúcula.
Con respecto a su toxicología, el trabajo detalla que el clorpirifós provoca aberraciones cromosómicas, neuropatía retardada y otros efectos crónicos como desorientación, pérdida de memoria, irritabilidad, insomnio y depresión severa, entre otros.
"No puede ser que estemos comiendo constantemente residuos de agrotóxicos –concluye Álvarez–. Hay que cambiar la matriz productiva. Gastamos millones en tratamientos oncológicos porque los pools de siembra aplican lo que quieren sin control". «
Europa ya decidió prohibirlo
El uso de clorpirifós en la Unión Europea tiene los días contados. Según trascendió hace algunos días, la Comisión Europea ha informado que se va a prohibir su uso a partir de enero de 2020 por “los riesgos que implica para la salud humana, la fauna y el medioambiente”.
España se encuentra a la cabeza de los países que más utilizan este producto, mientras que otros ocho estados –Alemania, Irlanda, Finlandia, Suecia, Dinamarca, Eslovenia, Letonia y Lituania– ya lo tienen prohibido.
El clorpirifós, autorizado por primera vez en la Unión Europea en el año 2006, está entre los 15 pesticidas más presentes en los alimentos, y sus residuos se han detectado sobre todo en los cítricos, según un análisis publicado por la organización Pesticide Action Network, que los encontró en uno de cada cuatro pomelos y limones, así como en un tercio de las naranjas y mandarinas analizadas.
En España, por ejemplo, se detectó en una de cada cinco frutas, entre ellas, en el 40% de las naranjas y el 35% de las mandarinas analizadas.
La decisión de prohibirlo llegó después de que la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) confirmase a principios de agosto que “existía preocupación sobre el riesgo que entrañan estas sustancias”, por sus posibles efectos genotóxicos y neurológicos en el desarrollo de los niños.
Trump y Dow Chemical
Estados Unidos y el clorpirifós tienen una larga historia de idas y vueltas. Desde que Dow Chemical lo lanzó al mercado en 1965, el insecticida se extendió en campos de cultivos, canchas de golf y hasta en los hogares. Cuando al poco tiempo las investigaciones científicas señalaron los peligros ante su exposición, comenzó una serie de reclamos para restringir su uso. Finalmente, en el año 2000 se prohibió su uso dentro de viviendas por ser demasiado tóxico para los niños, pero se mantuvo su uso agrícola. De hecho, se calcula que es el insecticida favorito en más de 50 tipos de cultivos diferentes.
El último 9 de agosto, un tribunal de apelación federal dictaminó que la Agencia de Protección Medioambiental estadounidense (EPA, por sus siglas en inglés) debería prohibir el uso de clorpirifós en un lapso no mayor a los 60 días. Sin embargo, todavía no se pudo aplicar.
En California, en tanto, suspendieron sus suministros luego de que se lo vinculara a lesiones cerebrales en niños.
En 2016, con Barack Obama en la Casa Blanca, la EPA había decidido prohibir el clorpirifós en todo el país. Sin embargo, el primer director del organismo bajo la gestión de Donald Trump, Scott Pruitt, revocó la decisión.
Luego se supo que Dow Chemical, fabricante de clorpirifós, había donado un millón de dólares para la campaña de Trump.
tiempoar.com.ar

sábado, 13 de junio de 2020

Hamburguesa De Calabacín

Ingredientes:

2 calabacines grandes
100g de queso parmesano rallado
160g de pan rallado
1 cebolla
2 huevos L
2 cucharadas de perejil fresco
1 diente de ajo
2 cucharadas de aceite de oliva
Sal y pimienta negra molida c/n
Páprika o pimentón dulce c/n
Orégano c/n
Comino c/n

Elaboración:

Lava los calabacines y sécalos muy bien.
Rállalos en un bol y toma lo que has rallado con tus manos apretando bien para exprimir toda el agua.
Pela las cebollas y pícalas. Agrégalas al bol anterior.
Añade el perejil fresco picado y los dientes de ajo pelados y finamente picados.
Agrega los huevos, la sal, la pimienta negra molida, el comino, el orégano y el pimentón dulce o páprika al gusto.
Mezcla muy bien todos los ingredientes de la hamburguesa de calabacín e incorpora el pan rallado y el queso parmesano rallado.
Echa un poco de aceite en una sartén y lleva al fuego.
Ve tomando porciones de masa con ayuda de una cuchara y aplástalas con las palmas de tus manos para formar las hamburguesas.
Cocínelas en la sartén de un lado y del otro hasta que estén bien doradas.(hamburguesa.info)

viernes, 12 de junio de 2020

barritas veganas de coco y chocolate

Ingredientes:
coco ( rallado 100 gr )
chocolate negro ( 50 gr )
dátiles ( 20 gr )
aceite de girasol ( 1 cucharadita )

Paso 1:
Saca el hueso a los dátiles y tritúralos hasta convertirlos en una pasta. Añade al triturador, robot de cocina o batidora el coco rallado y el aceite de girasol y sigue triturando hasta convertir los ingredientes en una masa perfectamente integrada. 
Paso 2:
Prepara unos moldes rectangulares amplios y de paredes bajas cubriéndolos con papel sulfurado o vegetal. Aprieta en las esquinas para que el molde siga ofreciendo una forma rectangular. Vierte dentro la masa de coco rallado, dátiles y aceite y compáctala con ayuda del dorso de una cuchara, procurando que cubra totalmente el fondo con un grosor homogéneo. Mete la mezcla en el congelador durante un mínimo de dos horas para asegurar su consistencia.
Paso 3:
Mientras el relleno de coco adquiere firmeza, prepara el chocolate para atemperarlo. Este paso no es realmente necesario, puedes fundir el chocolate sin más; pero la calidad de los resultados es muy diferente. Si quieres asegurarte una cobertura de chocolate firme, crujiente y brillante y no pastosa y opaca, no te saltes el atemperado. Para llevarlo a cabo, comienza fundiendo el chocolate en el microondas o al baño maría, pero nunca a fuego directo. Si lo haces al microondas, pon el chocolate troceado en un recipiente adecuado a ese electrodoméstico y caliéntalo en intervalos de 20 segundos, removiendo en cada pausa. Para el baño maría, coloca una olla de mayor tamaño que el recipiente para el chocolate con agua al fuego y espera a que se caliente. Debes vigilar que el chocolate no tenga contacto ninguno con el agua puesto que se estropearía. En ambos casos, comprueba muy a menudo la temperatura del chocolate hasta que alcance los 50°C.
Paso 4:
Ahora toca enfriar el chocolate. El método tradicional consiste en verter dos tercios del chocolate caliente sobre una superficie de mármol o refrigerada y moverlo continuamente con dos espátulas para chocolate hasta que baje a los 28-29°C antes de devolverlo al recipiente donde aguarda el tercio restante y mezclarlo hasta que suba a los 30-31°C. El otro método es un poco más sencillo: retirar el recipiente de chocolate de la fuente de calor cuando alcance los 50°C, ponerlo sobre el recipiente de agua helada y remover hasta que descienda a los 28.29°C antes mencionados y volver a calentar muy suavemente para que alcance ese grado o par de grados extras. En ninguno de los dos métodos esa última temperatura debe sobrepasarse o habría que empezar de nuevo. Tampoco debe bajar significativamente, de modo que, mientras estés trabajando con él, deberás recalentarlo de vez en cuando unos segundos en el microondas teniendo mucho cuidado.
Paso 5:
¡Ya tienes tu chocolate atemperado! Saca el relleno de coco del congelador, colócalo sobre una rejilla y cúbrelo de chocolate. Se endurecerá enseguida y formará una capa brillante y crujiente.

Presentación:
Conserva tus barritas en el frigorífico si no vas a consumirlas. Cuando quieras servirlas en una reunión o algo parecido, colócalas en una bandeja, ralla un poco de chocolate negro por encima y acompáñalas de hojitas de menta, que resultarán muy coloridas y cuyo sabor combina estupendamente con el del chocolate negro. 

(Demos la vuelta al día)

martes, 9 de junio de 2020

espinacas a la catalana

Ingredientes:
espinacas ( 300 gr. )
uvas pasas ( 10 gr. )
piñones ( 10 gr. )
sal
pimienta negra en grano
aceite de oliva vírgen extra

Preparación:
Paso 1:
Si adquieres las espinacas al natural, separa las hojas de los tallos y reserva éstos para otra elaboración. Lava las hojas con agua abundante, enjuagándolas con mucho cuidado para que pierdan toda la tierra o suciedad que puedan tener. A continuación, sécalas con un paño de cocina limpio.
Paso 2:
Echa un poco de aceite de oliva en una sartén y ponla a fuego medio alto. Cuando el aceite se caliente, añade las espinacas (¡cuidado! Si las hojas no están completamente secas, el aceite puede saltar un poco) y saltéalas hasta que se pongan tiernas y pierdan toda el agua. Esto llevará unos tres minutos aproximadamente y el volumen de las hojas se reducirá a más de la mitad. A continuación, echa las espinacas y los jugos que han soltado en un recipiente y resérvalas.
Paso 3:
Vuelve a poner la misma sartén al fuego (pásale previamente un papel de cocina por el fondo si ha quedado demasiado jugo de las espinacas) y, cuando se caliente de nuevo, añade los piñones. Tuéstalos hasta que el exterior empiece a verse dorado y uniforme. Ten cuidado de que no se tuesten demasiado porque pueden amargar. En ese momento, añade las pasas y el diente de ajo muy picado. Saltea durante un minuto..
Paso 4:
Incorpora de nuevo a la sartén las espinacas reservadas y mezcla bien todos los ingredientes. Saltea un minuto más para que todo esté bien caliente, pon a punto de sal y pimienta y retira del fuego.

Presentación:
¡Ya están listas tus espinacas a la catalana!  ¿A que es una receta muy sencilla? Llévalas a la mesa recién hechas y disfruta de su deliciosa combinación de sabores.

Sugerencia:
Si no tienes espinacas frescas a mano, una opción excelente es tener siempre de reserva en tu congelador un paquete de espinacas cortadas DIA. Así podrás hacer estas espinacas a la catalana en cualquier momento que te apetezca.
(Demos la vuelta al día)

Alimentos para tener Huesos y músculos fuertes

. Brécol. Esta crucífera es muy conocida por su poder anticancerígeno, pero también es una fuente abundante de calcio y fósforo, dos minerales esenciales para el buen estado de los huesos y los músculos. Por otra parte, su consumo habitual es útil para combatir la hipertensión, la obesidad, el colesterol alto y el estreñimiento. Debiera consumirse dos veces por la semana una ración de unos 200 g.  
. Champiñón. Su contenido en fósforo, hierro y vitamina D lo hacen especialmente interesante para reforzar la estructura corporal. El fósforo es junto con el calcio uno de los minerales integrantes de los huesos; la vitamina D estimula la absorción del calcio y regula su equilibrio con el fósforo; y el hierro sirve para oxigenar los músculos. 100 g de champiñones, una o dos veces a la semana, bastan para obtener beneficios considerables.
. Puerro. Esta humilde hortaliza aumenta la consistencia de los huesos gracias a su contenido en calcio. También aporta una buena cantidad de vitamina E, carotenos, hierro, ácido fólico, vitamina C y vitamina B1. Los compuestos azufrados que están detrás de las virtudes del ajo y de la cebolla se encuentran también, aunque en menos cantidad, en el puerro. Se recomienda comer 300 g dos veces por semana. 
. Repollo. Su riqueza en calcio, magnesio, fósforo, hierro y cobre ayuda a mejorar el tono y la capacidad de relajación de los músculos, a remineralizar los huesos y todo el organismo. Además sus compuestos azufrados protegen el hígado y la piel, combaten las infecciones y poseen propiedades antirreumáticas. Se toman 200 g dos veces por semana. 
. Almendra. Es uno de los frutos secos más apreciados por su sabor. Desde el punto de vista de la nutrición, destaca su contenido en calcio (30 g aportan el 10 por ciento de las necesidades diarias de este mineral), potasio, hierro, fósforo y magnesio. Por tanto resulta de gran ayuda para los huesos y los músculos. Además sus ácidos grasos y su vitamina E ayudan a controlar el colesterol. Una ración de 30 g de almendras asegura un buen aporte mineral. 

Correo del sol

domingo, 7 de junio de 2020

Glifosato: Un herbicida peligroso para la salud y los ecosistemas

Probablemente a mucha gente les resulte ya familiar esta palabra: glifosato. Pero otras personas no saben que el glifosato es el herbicida más usado en el planeta y, con mucha probabilidad, una sustancia que contamina su organismo.
Se utilizan anualmente cientos de miles de toneladas de este herbicida, que se esparce generosamente por doquier en los más diversos cultivos, vías de tren, cunetas de carreteras, e incluso en zonas pobladas, parques, etc.
Ese es uno de los motivos de preocupación. No se trata de una sustancia que se use en pequeñas cantidades, sino a gran escala. A consecuencia de ello, puede producirse una considerable exposición a este tóxico por parte de los seres humanos. En 2015, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) la clasificó como “probablemente carcinogénico para los seres humanos”. Lo cual, teniendo en cuenta lo reacia que suele ser esta agencia a la hora de clasificar sustancias en esos listados, es decir mucho acerca de la acumulación de evidencias científicas que existe acerca de los riesgos de este herbicida.

Basándose en los criterios de la IARC, la normativa de la Unión Europea prohíbe el uso de plaguicidas cuando hay pruebas suficientes en animales de laboratorio de que estas sustancias pueden causar cáncer. Tampoco se debieran aprobar pesticidas que puedan alterar el equilibrio hormonal (disruptores endocrinos). Y el glifosato ha sido asociado también a este tipo de efectos. Sin embargo, el glifosato aún no ha sido prohibido.
En estos momentos hay una gran lucha de la comunidad científica y de muchos ciudadanos europeos para exigir la prohibición del glifosato, por sus efectos sobre la salud, el medio ambiente y la biodiversidad. Se ha puesto en marcha una importante Iniciativa Ciudadana Europea, por parte de Movemos Europa, con el apoyo de numerosas organizaciones como, entre otras, Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, la Fundación Vivo Sano, FODESAM o la Fundación Alborada. Con esta iniciativa se pretende recoger más de un millón de apoyos en toda la Unión Europea (más de 100.000 en España) para pedir a la Comisión Europea que proponga a los Estados miembros la prohibición del glifosato, la reforma del procedimiento de aprobación de plaguicidas y el establecimiento de objetivos de reducción del
empleo de pesticidas con carácter vinculante en toda la Unión Europea.

Además de la prohibición del glifosato, se solicita que se modifiquen los procedimientos de aprobación y evaluación de los pesticidas en la Unión Europea. Lo que obedece a que esos procedimientos son escandalosos, ya que dependen, ante todo, de estudios realizados por las propias industrias que comercializan los pesticidas. Estudios que, además, son secretos y por lo tanto no son sometidos a la crítica general de la comunidad científica. Es por la existencia de unos procedimientos de evaluación manifiestamente mejorables que puede haber en el mercado pesticidas que, como sucede con el glifosato, pueden ser peligrosos.
También se pide que los gobiernos pongan en marcha planes para reducir el uso de pesticidas con carácter general, porque no se debe seguir haciendo como hasta ahora, poniendo el acento en la simple sustitución de unos pesticidas por otros supuestamente menos dañinos, sino en la evitación del uso de pesticidas. ¿De qué servirá prohibir el glifosato, por ejemplo, si llega a darse el caso, si luego se sustituye por otro herbicida que puede llegar a ser peor?
La única forma de evitar los riesgos y peligros que plantean los plaguicidas es eliminar gradualmente su uso. Existen alternativas no químicas para el manejo de plagas y malezas. De hecho, la normativa de la Unión Europea establece que el uso de alternativas no químicas debe ser priorizado. Pero no se cumple, a causa de la gran influencia de la industria de los pesticidas en el medio agrario.

En España y otros países no se ha analizado adecuadamente la presencia de residuos de glifosato en diversos productos en los que existe una alta probabilidad de que se encuentren. Pero diferentes análisis realizados han mostrado una alta tasa de detección de esta sustancia en el organismo humano. Una investigación realizada en Alemania reveló que estaba presente en todas las cervezas analizadas. Otra, en el Reino Unido, mostró que estaba presente en dos de cada tres muestras de pan integral analizadas. Y diferentes estudios han evidenciado su presencia, de forma muy extensa, en el agua, el aire, las gotas de lluvia, etc.
Es escandaloso que, como señalan muchos investigadores, en países como Estados Unidos no se monitorice la exposición humana a la sustancia a pesar de que su uso ha crecido 100 veces en las últimas décadas.
El glifosato se usa en cantidades desmesuradas, por ejemplo, en cultivos como los de soja transgénica. De hecho, conviene saber que buena parte de la investigación en plantas manipuladas genéticamente ha sido realizada por fabricantes de pesticidas. A veces, como es el caso, para beneficiar a esos fabricantes creando mayores negocios para ellos.

Un problema generalizado de los pesticidas sintéticos es que con el tiempo van perdiendo eficacia a consecuencia de que se generan resistencias en los organismos que tratan de combatir, como sucede en el caso del glifosato con las mal llamadas “malas hierbas”. Ello trae consigo que se necesiten cada vez dosis mayores de veneno para conseguir efectos, llegando al extremo de que pueden dañarse las propias plantas del cultivo.
¿La solución? Modificar genéticamente la soja, como hizo la multinacional Monsanto, para que no se muriese aunque fuese fumigada directamente con este veneno. Así se podía incrementar enormemente el uso del glifosato pudiendo emplearlo en cantidades mayores y más veces. Pese a ello, obviamente, las “malas hierbas” continuaron generando resistencias cada vez a dosis mayores de glifosato, tanto en los cultivos de soja como en otros cultivos transgénicos resistentes al herbicida, como los de maíz o algodón transgénicos.

Pero no es solo en cultivos transgénicos que pueden darse usos desmesurados. Así, por ejemplo, se ha generalizado la práctica de “desecar” diferentes cultivos, como los de cereal, por ejemplo, inmediatamente antes de la cosecha, rociando sobre ellos generosas cantidades de glifosato.
Esto se hace para no tener que esperar a que las propias plantas se mueran de manera natural y tener así, en menos tiempo, un cultivo muerto, seco, de forma más uniforme. Pero, eso sí, con más glifosato encima.

Prácticas como ésas pueden generar que esas plantas retengan una notable cantidad de residuos del pesticida. Pero las autoridades, viendo que aumentaban las concentraciones de estos residuos de glifosato, lo que hicieron, a petición de los fabricantes, es aumentar los límites permitidos de presencia de tales residuos. Si uno compara los límites tolerados de estos residuos de glifosato en diferentes cultivos (soja, trigo, alfalfa…) podrá descubrir, con horror, que en algunos casos son ahora cientos de veces más altos que en los años 90. Este es un ejemplo insuperable de cómo se pueden fijar los límites legales no pensando en la protección de la salud sino en los intereses de fabricantes de venenos agrarios, legalizando niveles de contaminación que deberían haber sido catalogados de intolerables, y que de hecho eran considerados así, oficialmente, con anterioridad.

La verdad es que la historia de las malas prácticas ligadas al glifosato es larga. Cabe citar, por ejemplo, lo que sucedió allá por los años 80 y 90 de la pasada centuria con algunos laboratorios de Estados Unidos, como Craven o Biotest, que trabajaban haciendo informes para las industrias químicas acerca de la “seguridad” de determinados pesticidas, entre ellos el glifosato. Las falsificaciones en las evaluaciones de riesgo llegaron a extremos tan descarados que algunos responsables fueron a dar con sus huesos a la cárcel. Pese a todo, algunos de aquellos estudios siguieron siendo tenidos en cuenta.
Diferentes investigaciones asocian el glifosato o las mezclas comerciales en que se integra, con mayor o menor peso de la evidencia, a efectos dispares: desde el crecimiento de células de cáncer de mama a efectos reproductivos y cambios de conducta en animales de laboratorio, pasando por alteraciones hepáticas y renales, efectos en las mitocondrias, defectos de nacimiento, resistencia a antibióticos, posible reducción de micronutrientes esenciales, alteración en la microbiota intestinal, que puede favorecer microorganismos patógenos, entre otros posibles efectos.

En algunas zonas del mundo, como Sri Lanka, los científicos lo han asociado, en combinación con otros factores, a una rara enfermedad renal que ha acabado con la vida de decenas de miles de personas. En otras, como los Estados Unidos, algún científico lo vincula con la epidemia de autismo y otros desórdenes.
Los herbicidas basados en el glifosato, que además podrían tener una persistencia mayor de la que se esperaba inicialmente, también podrían estar teniendo efectos sobre los ecosistemas. Diferentes investigaciones aluden a efectos sobre el equilibrio del suelo fértil —algunos de los cuales podrían hacer que los cultivos fuesen más susceptibles de padecer algunas enfermedades— y sobre organismos clave que viven en él, como las lombrices de tierra. Estudios científicos lo asocian a la caída de las poblaciones de las mariposas monarca en Norteamérica. El uso de herbicidas con glifosato estaría acabando con las plantas silvestres básicas para la supervivencia de esta especie en su fantástica ruta migratoria de miles de kilómetros. Algunas investigaciones lo han asociado también a efectos sobre polinizadores, como las abejas, sobre los organismos acuáticos (fitoplancton, anélidos, peces…) y a incrementos de mortalidad de los renacuajos de anfibios.

Algunos estudios realizados sobre la fauna salvaje podrían tener implicaciones para los seres humanos. De ahí el tremendo eco que tuvieron las investigaciones realizadas en Argentina sobre los efectos de este herbicida sobre los embriones de los anfibios, los cuales sufrían una serie de malformaciones cráneo-faciales que se consideraba que podían ser compatibles con las observadas en niños en algunas zonas fuertemente fumigadas de ese país sudamericano en las que se habían producido incrementos notables de incidencia de este tipo de problemas.
Es, en fin, mucha tinta científica y mediática la que ha corrido sobre este plaguicida. Y mucha más la que seguirá corriendo, por ejemplo, a medida que se vayan conociendo más aspectos acerca de su condición de disruptor endocrino, especialmente preocupante por los posibles efectos que este tipo de sustancias puede tener especialmente en etapas tempranas del desarrollo. Tanta tinta que acaso debiera aplicarse el principio de precaución, que teóricamente debiera imperar en zonas del mundo como la Unión Europea, prohibiendo el uso de esta sustancia. Eso es lo que reclama la campaña que se ha lanzado ahora en Europa para recoger un millón de firmas para conseguirlo: act.wemove.eu/campaigns/324
 
CARLOS DE PRADA Responsable de Hogar sin Tóxicos 
Artículo publicado en la Revista Vivo Sano nº14

martes, 2 de junio de 2020

lasaña vegetariana

Ingredientes:

láminas de lasaña ( 250 gr )
acelgas ( 100 gr )
puerro ( 1 )
cebolla ( 2 )
zanahoria
tomate frito ( 200 gr )
ajo ( 1 diente )
queso parmesano ( 50 gr )
orégano
nuez moscada
aceite de oliva vírgen extra ( 100 ml )
pimienta negra
sal
Para la salsa:
avena ( 300 ml de bebida de avena )
aceite de oliva vírgen ( 2 cucharadas )
harina ( 20 gr )

Elaboración
 
Paso 1. Pon a cocer las láminas de lasaña DIA durante 2 minutos en agua hirviendo con sal y un chorro de aceite. Cuando esté al dente,  retiralas ,  cuela y  extiende sobre un trapo de algodón limpio para que escurran. Las placas de lasaña DIA no necesitan cocción previa pero, si no quieres que se queden muy duras, te damos la opción de cocerlas un par de minutos
 
Paso 2. Calienta un chorro grande aceite en una cazuela y se añaden la mitad de las cebollas y un diente de ajo cortado en láminas.
 
Paso 3. Remueve bien el sofrito,  añade las zanahorias ralladas y  condimenta con orégano, sal y pimienta. Deja cocer 10 minutos y  escurre.
 
Paso 4. En otra olla repite el proceso con el resto de la cebolla y el ajo, añadiendo las acelgas cortadas en juliana. Salpimenta y cuando esté,  escurre y  chafa. En cocina el verbo chafar se usa cuando queremos aplastar una mezcla.
 
Paso 5. Limpia los puerros, corta en finas rodajas, rehoga en aceite caliente con orégano y sal. Se vierte la salsa de tomate. Escurre.
 
Paso 6. Para elaborar la salsa de avena: tuesta ligeramente la harina en aceite aliente.  Agrega la leche de avena con la sal y la nuez tostada recién rallada. Ahora hay que cocer a fuego muy lento, removiendo, para que espese. Se trata de hacer una salsa parecida a una bechamel pero sin mantequilla ni leche, totalmente apta para veganos
 
Paso 7. En la bandeja del horno engrasada  pon una capa de pasta, otra de la mezcla de zanahoria con salsa, una de pasta, otra de tomate y puerro. Otra vez pones la pasta. Otra la mezcla de acelgas con su salsa. Y otra de pasta.
 
Paso 8. Cubre todo con la salsa y  espolvorea con queso rallado.
 
Paso 9. Hornea 40 min. A 180 C.
Deja enfriar un poco y sirve tu lasaña vegetariana como plato único. 
(Demos la vuelta al día)

lunes, 1 de junio de 2020

Pastel vegetariano


INGREDIENTES

Papa 500 grs
Alubia fresca 500 grs
Choclo 5
Cebolla 2
Zanahoria 2
Ajo 4 dientes
Zucchini 2
Cebolla de verdeo 4
Agua 500 cc
Pimentón ahumado 2 cdtas
Comino 2 cdtas
Provenzal 2 cdas
Fécula de maíz 2 cdas
Levadura de cerveza nutricional 4 cdas
Aceite de oliva
Pimienta
Sal marina

PREPARACION:


Lavar bien los vegetales.

Hervir los choclos durante 3 minutos en agua y sal marina. Retirar. Desgranar.

En la misma olla, hervir las papas.

Colocarlas en una procesadora junto los granos de choclo, el aceite, la pimienta, sal, pimentón, provenzal y comino. Procesar haciendo un puré.

Aparte, cortar los zucchinis en rodajas, picar el ajo y verdeo y cortar la cebolla y zanahoria en juliana.

Rehogar la cebolla y zanahoria. Agregar la cebolla de verdeo, ajo y condimentar. Sumar la fécula disuelta en agua e integrar batiendo. En ese momento incorporar el puré, la levadura y un poquito de aceite y mezclar.

En una fuente para horno intercalar las rodajas de zucchini, las alubias y el puré hasta llegar al tope. Dorar en horno.

(cocinerosargentinos)

Alimentos para desintoxicarse

. Alcachofa. Es el alimento depurador por excelencia. Posee una sustancia activa denominada cinarina que favorece el trabajo de desintoxicación del hígado. Además sus sutancias amargas activan la secreción biliar que facilita la digestión de las grasas. Conviene comer 100 g dos veces por semana.

. Perejil. Gracias a su aceite etéreo apiol, favorece la diuresis y con ello que los riñones filtren las sustancias tóxicas presentes en la sangre. La cura de zumo de perejil durante un periodo de 4 a 6 semanas resulta muy eficaz. 

. Melocotón. Contiene mucho potasio, lo que estimula la función eliminadora de los riñones a la vez que favorece su limpieza, reduciendo las posibilidades de que se contraigan infecciones en el sistema urinario. Para realizar una cura se pueden comer diariamente tres o cuatro melocotones. Para el mantenimiento es suficiente con uno o dos. 

. Apio. Desintoxica gracias a sus terpenos. Estas sustancias aromáticas protegen al riñón y la vejiga de la aparición de cálculos. Además limpia las vías urinarias porque favorece la eliminación de líquidos. Se pueden añadir 200 g de apio crudo a las ensaladas dos veces por semana. 

. Espárrago. Mientras la fibra ayuda a limpiar el intestino, el potasio favorece la eliminación a través de la orina de los tóxicos acumulados. Los expertos en dietoterapia los recomiendan como si fueran una medicina cuando existen problemas de hígado o de riñón. Cuando sea la temporada, tomar tres veces por semana 500 g. 

. Dátiles. Aportan mucha energía gracias a sus azúcares fácilmente asimilables (glucosa y fructosa), sin producir residuos que se acumulen en el organismo. Uno de sus aminoácidos, la leucina, favorece la buena digestión, y la abundancia de potasio estimula la diuresis. Se recomienda tomar diariamente cuatro o cinco dátiles. 

. Hinojo. Hace que el intestino trabaje de forma correcta gracia a sus aceites esenciales, entre los que se encuentra la fencona, y gracias a sus fibras. En caso de estreñimiento, serán de gran ayuda 200 g dos veces por semana. 

. Saúco. El zumo de la baya fresca es un laxante eficaz. Sin  embargo, si se consumen secas actúan como antidiarreicas. En caso de necesidad se pueden tomar de 30 a 50 bayas diarias. Primero se dejan secar en el horno (no se deben tomar nunca crudas, pues existe peligro de intoxicación). 

. Yogur. Las bacterias lácticas no sólo hacen que la leche resulte más digestiva, sino que equilibran la flora intestinal, favoreciendo así tanto la correcta asimilación de nutrientes como la eliminación de residuos. Para obtener buenos resultado es necesario tomar dos yogures diarios (unos 250 g). 

. Mango. Sus complejos azúcares favorecen el desarrollo de la flora bacteriana benefactora, impidiendo la colonización por parte de los gérmenes que pueden dan lugar a enfermedades. Una flora bacteriana sana es uno de los puntales de las defensas orgánicas. La diarrea infecciosa puede combatirse con un mango diario. 

. Chucrut. Se trata de un alimento fermentado, muy común en la cocina centroeuropea. La fibra junto con el ácido láctico previenen y combaten el estreñimiento. En casos de necesidad se puede tomar diariamente hasta 200 g. 

. Pan integral. Es imprescindible en la mesa. Su abundante vitamina B1 resulta absolutamente vital para obtener energía a partir de los nutrientes y para la salud del sistema nervioso. La fibra por su parte favorece una velocidad adecuada en el paso de los alimentos por los intestinos, no permitiendo que los residuos tóxicos se filtren y perjudiquen al organismo. Se recomienda acompañar las comidas con cuatro rebanadas grandes.