lunes, 19 de agosto de 2019

Zumos verdes: todo lo que hay que saber

La falta de tiempo, el estrés, los compromisos. A veces, la alimentación saludable y “slow” lo tiene todo en contra. Quizás se debe a esto el éxito de los zumos y los batidos verdes, la manera más fácil, digerible y divertida de tomar todas las verduras y las frutas que necesitamos a diario. ¡Y en tiempo récord!

Zumos, batidos, licuados: ¿qué diferencia hay?
Son rigurosamente verdes, pero cada uno tiene su peculiaridad. En el caso de los zumos, se trata de extraer el líquido de las frutas y las verduras, ya sea exprimiendo o centrifugando los ingredientes. Los zumos verdes son algo así como una “transfusión” de nutrientes, que son absorbidos al 100% en poco tiempo por nuestro cuerpo. Eso sí, tal y como explica la nutricionista Carla Zaplana los zumos no contienen suficientes proteínas, grasas o fibras como para convertirse en un desayuno completo.
Por otro lado, los batidos se elaboran triturando los ingredientes y luego añadiendo leche o yogur. Aquí la fibra se queda, la textura es más espesa y el abanico de sabores se puede extender a frutas más dulces o calóricas que no se pueden licuar como plátano, aguacate, mango o dátiles.
Finalmente, en los licuados, se trituran los ingredientes y luego se añade agua o zumo alcanzando siempre una textura un poco más espesa.

¿Qué ingredientes elegir?
Comer verduras crudas y sin aliñar es quizás la primera resistencia que generan los zumos verdes. Lo bueno es que, una vez superado este obstáculo, se abre un mundo de posibilidades a la hora de crear tu propio zumo perfecto.
Espinacas, berzas, coles, brócoli, lechugas, rúcula, berros, apio, perejil, albahaca, pepino, hinojo, kale, bimi. Todas esas verduras tienen mucho que aportar en sabor y textura, pero sobre todo son una auténtica mina de nutrientes. Por otro lado, las frutas como manzana, uva, fresa, melocotón, sandía, limón, pomelo, naranja, pera son las encargadas de dar un toque dulce a los zumos verdes. También son un concentrado de vitaminas y demás nutrientes indispensables para nuestro organismo.

Una cucharada de superalimentos:
Un zumo verde digno de este nombre no puede prescindir de algún que otro superalimento. La espirulina es un alga verdeazulada que contiene cerca de un 60% de proteínas, además de betacaroteno, vitaminas del grupo B, minerales esenciales, omega-3 y antioxidantes.
La clorela es otro tipo de alga y uno de los alimentos más ricos en clorofila del planeta. También es una buena fuente de proteína vegetal. La hierba de trigo es uno de los alimentos más alcalinizantes y antioxidantes de los que tenemos noticia. Contiene enzimas activos, minerales, vitaminas y aminoácidos. Y la lista podría seguir con el jengibre, la chía, las pipas de calabaza, las baya de Goji o la maca.
Muchos de estos superalimentos se suelen encontrar en formato de polvo deshidratado, listos para añadir a zumos y batidos verdes. Eso sí, hay que introducir estos ingredientes poco a poco para ir acostumbrándonos a ellos.

¿Por qué deberíamos tomar zumos y batidos verdes?
La enorme ventaja de las bebidas verdes es que son una manera rápida y fácil de alcanzar por lo menos una parte de las raciones de vegetales y frutas que necesitamos tomar a diario. Además, no hay que olvidar que los vegetales verdes son los alimentos que presumen de un mayor índice ANDI, que mide la densidad de nutrientes de un alimento en una escala del 1 al 1.000. Concretamente el índice se refiere a cuántos nutrientes (vitaminas, minerales, fitoquímicos y antioxidantes) un determinado alimento contiene por gramo.
Y en esto, vegetales como la acelga, el berro o el kale, uno de los ingredientes más de moda, no tienen rivales. En otras palabras, los zumos verdes tienen de bueno todo lo que tienen de bueno los ingredientes con los que se elaboran. La ulterior ventaja es que, en su versión líquida, estos ingredientes son más digeribles. Y, por qué no, sabrosos.
ABC.es

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