lunes, 16 de febrero de 2015

Desintoxicar el hígado (1ª parte)


De ahí la enorme importancia de su estado para la salud. Con un hígado en mal estado es imposible encontrarse bien. Por eso es necesario ayudarle de vez en cuando con un ayuno moderado o una cura de desintoxicación. Le explicamos cómo hacerla.
Antes de explicar la eficacia de una desintoxicación hepática conviene recordar las características y actividades del hígado porque su función es absolutamente crucial para la vida. Hablamos de una glándula de gran tamaño -pesa alrededor de kilo y medio- que realiza multitud de actividades ligadas esencialmente al metabolismo intermediario. Podría decirse que es como una gran plataforma desde la que se liberan sustancias básicas para muy diversas funciones. Situada debajo del diafragma, ocupa la parte más alta de la cavidad abdominal, en el hipocondrio derecho. Su posición es además estratégica en la circulación ya que tiene una vascularización muy abundante.
Sus funciones básicas
1) Actividad circulatoria. Se encarga de filtrar la sangre procedente del intestino depurándola.
2) Actividad secretora y excretora. Se encarga de producir bilis, sustancia encargada de:
• Facilitar la digestión de las grasas en el intestino.
• Permitir la absorción de vitaminas liposolubles.
• Metabolizar el colesterol y la bilirrubina.
• Equilibrar la acidez del quimo presente en el duodeno.
• Transportar la inmunoglobulina A a la mucosa intestinal.
3) Actividad metabólica. Participa en la metabolización de los carbohidratos, proteínas, lípidos, minerales y vitaminas. De hecho, el hígado es el encargado de convertir los carbohidratos y proteínas en grasas.
a) Las actividades específicas que desempeña en el metabolismo de los carbohidratos es la de:
• Almacenar glucógeno.
• Convertir galactosa y fructosa en glucosa.
• Elaborar distintos compuestos químicos.
b) En cuanto al metabolismo de los lípidos, sus funciones específicas son:
• La formación de la mayor parte de las lipoproteínas.
• La formación de colesterol y fosfolípidos.
• La gluconeogénesis.
c) En cuanto a las proteínas se refiere , lo que el hígado hace es:
• Desaminar los aminoácidos.
• Fabricar urea para suprimir el amoniaco de los líquidos corporales.
• Formar la práctica totalidad de las proteínas plasmáticas.
Cabe añadir que aunque la mayor parte del metabolismo de los hidratos de carbono y de las grasas se produce en el hígado probablemente podríamos sobrevivir si esa función se interrumpiera; sin embargo, si el hígado no metabolizara las proteínas la persona moriría en pocos días.
d) Las otras funciones metabólicas del hígado son las de:
• Almacenar vitaminas.
• Almacenar hierro.
• Formar las sustancias que intervienen en el proceso de coagulación (fibrinógeno, protombina, factores VII, IX y X).
• Eliminar o excretar los fármacos, hormonas y otras sustancias.
4) Actividad protectora y detoxificadora. En el hígado existen unas células conocidas como "células de Kupffer" -o macrófagos- que tienen la función de fagocitar (ingerir y digerir) parásitos, virus, bacterias y macromoléculas por lo que constituyen una barrera para las toxinas y microorganismos procedentes del intestino. Además juegan un papel fundamental en la formación de antígenos durante los procesos de inflamación e infección porque son las iniciadoras de la inmunidad mediada por las células B y T. Cabe añadir que hay otras células -las llamadas "células de PIT"-, equivalentes a grandes linfocitos granulares y células asesinas, que tienen también funciones similares por lo que brindan protección contra las infecciones virales.
5) Actividad hematológica. Durante parte de la vida embrionaria -y en algunos estados patológicos en el adulto- se forma sangre en el hígado. Además, éste produce fibrinógeno, protombina y heparina; y destruye eritrocitos.
La importancia del hígado
Como el lector puede constatar, lo apuntado hasta aquí -de forma muy resumida- demuestra la enorme importancia del hígado. Hasta el punto de que desde la óptica de la Medicina Ortomolecular es impensable tratar cualquier alteración o disfunción sin antes pasar por una desintoxicación hepática. Es la piedra angular de cualquier tratamiento del que se pretenda salir exitoso.
Además -y sin entrar en patologías específicas-, teniendo en cuenta las actividades en las que está involucrado el hígado muchas actuaciones a nivel digestivo, pancreático, intestinal, renal, etc, pasan inexorablemente por una terapia normalizadora de la función hepática.

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