martes, 14 de marzo de 2017

Los Germinados

Los germinados nos aportan muchísimos nutrientes y tienen otra gran ventaja que es que los podemos hacer nosotros mismos de un modo fácil y barato.

Cualidades de los germinados:
Podemos utilizar los germinados para tratar dolencias de diversa índole. Se ha demostrado que pueden ser útiles para tratar múltiples carencias, son antianémicos, útiles como reguladores intestinales, potencian la producción de leche materna en mujeres, depuran el organismo, regulan el sistema endocrino, incrementan el tono muscular y tienen un efecto positivo en el metabolismo en general.
Son muy útiles para personas que tengan problemas digestivos, o se encuentren convalecientes, y no puedan alimentarse con los demás alimentos crudos, ya que los germinados no les causarán ningún problema. La riqueza enzimática de éstos facilita su absorción por el organismo sin ocasionar leucocitosis postpandrial.
Tienen un altísimo valor nutritivo. Su valor nutritivo es unas diez veces alto que el de los granos y semillas y unas 100 veces más alto que si los granos y/o semillas están molidos.
Se encuentran llenos de nutrientes y de energía concentrada. Por tanto son muy útiles para evitar las carencias de los alimentos procesados industrialmente que perjudican al organismo.
Los germinados son los alimentos menos contaminados que podemos encontrar.
Aquellas personas que padezcan gota no deben preocuparse a la hora de consumirlos ya que no producen ácido úrico.
Proporcionan mucha vitalidad gracias a su alto contenido en vitamina C.
Son un alimento ideal para cualquier persona de cualquier edad, desde los más pequeños hasta los más mayores.

Los germinados: sus usos en la cocina:
Aunque los más conocidos popularmente sean los de soja verde se pueden germinar grandes variedades de semillas que nos ayudarán a enriquecer los platos.
Pueden formar parte de platos tan variados como ensaladas, bocadillos, tortillas… Pueden combinarse con casi cualquier cosa.
Podemos utilizar germinados especias como fenogreco, rábano, berro, mostaza… Le darán a los platos un agradable sabor.
La mejor forma de aprovechar todo el potencial nutritivo de las legumbres es comerlas germinadas y crudas. Debemos evitar las cocciones por largo tiempo de para evitar la pérdida de cualidades, añadiendo los germinados instantes antes de ser servidos.
Aunque la mayoría de semillas se pueden germinar y son muy nutritivas, hay que tener en cuenta que las semillas de solanácea (tomate, berenjena, pimiento…) no son válidas para germinar ya que son tóxicas.

El proceso de la germinación:
Durante la germinación se produce una intensa actividad metabólica. En ella se generan varias reacciones químicas, entre las que cabe destacar la síntesis enzimática.
Durante la germinación, ocurren cambios químicos en la semilla que activan una "fábrica de enzimas" muy poderosa, que nunca más vuelve a es superada en etapas posteriores del crecimiento de la planta.
Por tanto al consumir esta alta concentración de enzimas, éstas actúan sobre nuestro metabolismo, regenerando nuestro torrente sanguíneo y los procesos digestivos.

Los germinados más populares:
Existen gran variedad de germinados, aunque no siempre son fáciles de encontrar en el mercado. Los más conocidos y fáciles de encontrar son los de judía mundo (mal llamada soja verde) y los de alfalfa. En cambio si queremos obtener germinados de garbanzos, de trigo, de lentejas, etc. debemos comprar las semillas y germinarlos nosotros mismos.
Trigo: la mejor forma de comer el grano entero. Ricos en vitaminas y sales minerales.
Lenteja: además de proteínas, aportan hierro, cinc, manganeso y vitaminas.
Cebolla: el picante de la cebolla, más sutil. Una forma subliminal de aliñar ensaladas.
Alfalfa: probablemente los más nutritivos y populares entre todos.
Garbanzo: muy energéticos, aportan proteínas, fósforo, calcio y hierro.
Judía mungo: los más ricos en proteínas después de la soja y muy fáciles de digerir.
(e Enbuenasmanos.com)

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