martes, 14 de enero de 2020

La industria alimentaria pone su atención en los veganos

Es innegable que la preocupación por el medioambiente ha crecido en los últimos años. Eso ha llevado a que cada vez más personas se vuelvan vegetarianas o veganas, conscientes de cómo la industria ganadera tiene una cuota de responsabilidad en el calentamiento global.
Además de la salud, otro factor que influye en la decisión de no consumir carne es el maltrato que sufren muchos de los animales destinados al consumo humano.
Por eso no es de extrañar que estudiantes soliciten menú sin carne a los establecimientos y que sea noticia el hecho de que en la reciente COP25 realizada en Madrid -tras cancelarse en Chile- no existieran muchas alternativas de alimentación para quienes no consumen productos de origen animal.

Ya en 2018, la Encuesta Nacional de Medio Ambiente establecía que un millón y medio de chilenos no consumía carne. De hecho, un 78% de los encuestados aseguró estar de acuerdo o muy de acuerdo con que incorporar más vegetales y menos carne en la alimentación ayuda a cuidar el medioambiente.
A su vez, un 75% aseguró estar dispuesto a disminuir su consumo para evitar las consecuencias medioambientales de su producción. Sin embargo, volverse vegetariano puede ser difícil en una sociedad donde la carne es parte fundamental de la alimentación. Y ser vegano mucho mas, pues implica revisar etiquetas y mantenerse muy informado de que productos puedan contener algo de origen animal aunque simplemente no se vea.

La alimentación puede ser incluso no saludable:
Una dieta vegetariana o vegana puede no ser saludable si está llena de frituras y azúcar. toda alimentación debe ser balanceada exista o no carne de por medio. Otro aspecto a considerar es la ingesta de suplementos alimenticios -como vitamina b12- para balancear la nutrición.
Pero la industria alimentaria está cada vez más centrada en ofrecer productos que buscan imitar productos comunes pero sin que tengan ingredientes de origen vegetal. El problema: el fantasma de los alimentos ultraprocesados.

Se estima que para 2026, el mercado de productos veganos genere 24,3 mil millones de ganancias. En 2017, el 6% de los norteamericanos se declaraba vegano, lo que llevó a un crecimiento del 500% de la industria respecto a 2014. La demanda de menús veganos en ese país también creció en un 987% de 2012 a 2017.
La dieta vegana está impulsando entonces una mayor producción de sucedáneos vegetales. Algo que puede ser rentable si en su fabricación se utilizan ingredientes de bajo valor nutricional o materias primas muy baratas.
Muchos de esos alimentos ultraprocesados son elaborados a partir de extracto de proteínas, almidones o aceites vegetales poco saludables, lejos de la propuesta de una dieta basada en plantas y legumbres.

Queda pendiente además saber que ocurrirá tanto en los consumidores como en la industria en los próximos años. Los avances científicos llevan a que alimentos como la leche o la carne puedan ser producidos en laboratorios sin la necesidad de sacrificar animales, lo que para el 2030 llevaría a una importante reducción de costos y podría ser una alternativa real de consumo masivo.
¿Es esa la solución o solo una alternativa?
(ConcienciaM)

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