martes, 13 de septiembre de 2016

Tarta de queso y hierbas


Ingredientes:

2 tazas harina
1 cdita de royal
1 cdita de sal
1/2 taza de agua tibia
1/2 taza de aceite,
---- Para el relleno
250 gr de queso crema
queso muzzarella a gusto
1 cucharada de provolone
2 cucharada de queso rallado
una cebolla

Elaboración:

Masa: colocar ingredientes secos, agregar el agua con el aceite hasta formar la masa, colocar en heladera mientras se realiza el relleno.

Colocar en bols los tres huevos y mezclarle los quesos y la cebolla previamente saltada. Colocar sobre la masa y espolvorear con queso rallado y perejil o cibullete y al horno 20 min temperatura media.

Ensalada de aguacate, tomate y albahaca


Ingredientes: 2 ó 3 aguacates, 3 ó 4 tomates maduros, 2 dientes de ajo, aceite de oliva virgen extra, el zumo de medio limón, sal

Elaboración: Comenzamos pelando los tomates, para después cortarlos en pedazos o gajos que pondremos en un bol. En cuanto a los aguacates, los dejamos para el último momento para que no se oxiden y guarden su bonito color verde. En ese momento, los abriremos por la mitad y cortamos en rodajas o gajos de tamaño similar a los del tomate incorporándolos al bol con los tomates. Sólo nos faltará añadir a la ensalada los dos dientes de ajo cortados lo más pequeños que podamos y unas hojas frescas de albahaca, partidas en pequeños trozos, para que así aporten su perfume a nuestra refrescante ensalada veraniega. Para aliñar, incorporamos un pellizco de sal, tres o cuatro cucharadas de aceite de oliva virgen extra y el zumo de limón.

jueves, 8 de septiembre de 2016

Galletas de maracuyá


Ingredientes:

250 grs. de mantequilla sin sal
220 grs. de azúcar glass
300 grs. de harina
75 grs. de harina de maíz
50 grs. de harina de arroz
4 cdtas. de pulpa de maracuyá.

Preparación:

Mezclar mantequilla, azúcar y los tres tipos de harina, por al menos 7 minutos o hasta que todo se haya incorporado a la mezcla.
Añadir pulpa a la mezcla, incorporar.
Depositar mezcla en una superficie enharinada.
Amasar hasta suavizar.
Porcionar en una bandeja previamente engrasada o con algún antiadherente.
Guardar en refrigeración por 1 hora con alguna película plástica que proteja la masa.
Precalentar el horno en moderado lento.
Cocinar alrededor de 20 min o hasta que adquieran las galletas una tonalidad ligeramente dorada.(de Biomanantial.com)

El Maracuyá


El maracuyá es un fruto de origen Sudamericano, su nombre común puede tener muchas variantes, inclusive en mi país de origen he escuchado darle más de uno dentro de la misma región geográfica (maracuyá, fruto de la pasión, granada china, etc.), sin embargo su nombre latino podrá identificarla en cualquier lugar que te encuentres, Passiflora edulis, ésta interesante planta fue bautizada así por los primeros jesuitas que la encontraron, ya que la flor les recordó diversos elementos que componen la pasión de Cristo, espero tengas la oportunidad de ver su interesante estructura floral aunque sea en alguna fotografía. Por el momento es del fruto que brota de ésta flor del que nos ocuparemos, pues puede ser un divertido y nutritivo accesorio para tu cocina.

El maracuyá, externamente, recuerda un poco a una pequeña mandarina, sin embargo su interior es muy diferente pues son racimos de semillas cubiertos por una pulpa algo viscosa de color obscuro, semejante a una granada, tal vez de ahí que en algunos lados lo llamen granadilla. Es el interior el que se consume normalmente, y en sí ésta fruta es reconocida por su contenido de vitamina C que llega a ser hasta de 30 mg por cada 100 gr de fruta consumida, hay que recordar que la vitamina C es un buen antioxidante y una de las vitaminas más importantes para combatir los resfriados estacionales, también aporta vitamina A que ayuda a mantener nuestra piel. El maracuyá además provee algunos micronutrientes de importancia como lo son el hierro, cobre, magnesio y fósforo. Fresca es deliciosa, procura consumirla madura, ya que cuando el fruto es joven posee una ligera toxina que causa somnolencia, como muchos otros frutos en la naturaleza.
(de Biomanantial.com)

Sanarse con el Corazón: la Cura milagrosa

La enfermedad es algo con lo que la humanidad ha batallado durante mucho tiempo. Actualmente, se puede encontrar allá afuera una gran variedad de alternativas, medicinas,  remedios, terapias, etc. para lograr una sanación. Sin embargo, a pesar de las muchas propuestas, no siempre la persona puede lograr una sanación entera, no siempre funciona lo que se elige o funciona por períodos. Muchas veces, por más que se busca, no se encuentra la forma de sanar por completo una afección, y se tiene que padecer de por vida, haciéndose uno esclavo o preso de medicamentos, consultas, dolores, etc.

¿A qué se debe la Sanación del Corazón?
La sanación es un proceso de recuperación del equilibrio y las funciones naturales y espontáneas del cuerpo. En realidad, la salud es el estado natural del ser humano. Lo único que hacemos nosotros es interferir o dejar fluir la capacidad que tiene el cuerpo para estar sano.
Una sanación completa no solamente considera un cuerpo, pues el cuerpo sólo es el reflejo de una serie de hábitos y actitudes tanto físicas como emocionales y mentales. Si uno se enfoca en el cuerpo para sanar, lo que se considerara es eliminar el síntoma y entonces la curación estará enfocada en “quitarse el dolor” o el desagradable síntoma  cuanto antes, lo que puede provocar  que no se lleve a cabo una cura completa, sino un efecto pasajero de alivio. Entonces, tenemos que el dolor se va de momento, pero luego la enfermedad regresa o incluso se agrava.
No es lo mismo aliviarse que curarse
El alivio es una salud pasajera. La curación consiste en volver al cuerpo fuerte, resistente y energético. Cuando uno busca alivio, busca deshacerse del dolor, ya sea disfrazándolo o adormeciéndolo con pastillas sin querer saber más de él. Cuando uno busca sanarse, busca entender el dolor para poder transformarlo.

¿Cómo ocurre una Curación completa?
Una cura completa ocurre cuando, ya sea de forma consciente o inconsciente, se libera de nosotros aquello que está obstruyendo nuestra propia capacidad curativa. Muchas veces no importa tanto el remedio que escojamos para sanarnos, sino que lo que más importa es la intención que tengamos de sanarnos y de considerar y “ver” algo en nosotros mismos que desconocíamos o no comprendíamos.
La salud de nuestro cuerpo no es cosa de suerte. Como hemos dicho, es el resultado de una serie de hábitos y actitudes. Y así como el alimento forma parte esencial de una curación y los hábitos de vida como el descanso, el buen respirar, etc. son parte fundamental de la curación, también lo que sentimos influye poderosamente en nuestro cuerpo. El cuerpo refleja, entre otras cosas, lo que nos conmueve y emociona, y la forma en la que reaccionamos ante lo que nos sucede diariamente. Así que si queremos un cuerpo realmente fuerte y curado, necesitaríamos considerar la forma y la perspectiva con la que estamos viviendo, pues ese puede ser el punto clave para lograr una curación efectiva, profunda e incluso rápida o hasta milagrosa. Considerar esto es considerar la parte más sublime del ser humano: su ser espiritual.
Además de elegir un tratamiento para tu curación, una dieta adecuada y ciertos hábitos de vida, te recomendamos seguir esta guía curativa-emocional que te ayudará a sanarte profundamente.

¿Cómo sanar desde el Corazón?
En realidad es muy sencillo. Se trata de hacer un poco de consciencia en la forma en la que se está viviendo. Muchas veces no se nota, pero se está viviendo con mucha tensión, presión, prisas, descontento, etc. Muchas personas se han acostumbrado a vivir bajo presión, miedo, ira, o ansiedad e incertidumbre, todo esto influye de forma poderosa en la salud, pues bloquea el buen funcionamiento de los sistemas y órganos.
Si te encuentras enfermo o enferma y deseas curarte en verdad, aprovecha este momento y conviértelo en un momento de introspección profunda el cual te ayudara a curarte y a que tu cuerpo en verdad se vuelva más resistente y fuerte.
Algunas preguntas y recomendaciones clave para hacer consciencia y sanar desde el corazón:
Mira lo que haces con más profundidad y pregúntate si estás enfermo:
¿Realmente disfruto lo que hago diariamente? ¿Estoy trabajando con miedo o tensión? ¿Invierto mi tiempo en lo que realmente quiero?  Y si no, ¿en qué me gustaría realmente invertir mi tiempo? ¿Por qué no lo hago? ¿Estoy trabajando con un sentimiento de competencia? ¿Me exijo demasiado?
Complacer o rescatar a los demás:
También debes considerar estas preguntas: ¿Estoy  tratando de quedar bien con algo o con alguien? ¿Me siento forzado a decir lo que no siento o a ser lo que no soy? ¿Quiero rescatar a alguien o ser “el bueno” de la película, olvidándome de mi mismo?

Estas son otras preguntas claves:
a) ¿Qué es lo más importante en mi vida? ¿realmente estoy dedicando mi vida a lo que quiero?
b) ¿Estoy encaprichado en que alguien me de lo que necesito y quiero?
c) ¿Le exijo constantemente a las personas como deben ser, según mi punto de vista?
d) ¿Qué es lo que me falta para hacerme feliz?
e) ¿Realmente quiero ser feliz o quiero que los otros me hagan sentir feliz?
f) ¿Me critico demasiado?
g) ¿Cómo me hablo a mí mismo?
h) ¿Permito que los demás me traten de formas indignas o poco respetuosas?
Usa tu tiempo con sabiduría
Todas estas preguntas te pueden ayudar a reorganizar y orientar tu tiempo y dedicación hacia lo que realmente quieres. Quizá te des cuenta de que quizá sería conveniente llenar tu vida con nuevas ideas y nuevas formas de reaccionar; quizás darte más tiempo libre para ti y para realizar lo que realmente deseas.
Puede ser que hayas visto la forma severa en que te hablas o tratas o estás permitiendo que alguien te trate como no te gusta sólo porque tienes miedo a cambiar o seguir otro rumbo. También puede que consideres el ritmo con el que has vivido y qué tanto has nutrido tu parte espiritual, lo cual consiste principalmente en aprender a ser feliz y a sentirte libre y creativo. Vivir con prisas, acelerado, tenso, con resistencia, etc. te exenta del disfrute y gozo de lo que realmente haces. Y esto no te llevará sino a enfermarte tarde o temprano.
Estar dispuesto al cambio
Considerar lo anterior es comenzar a tener disposición para un cambio mucho más placentero en tu vida. El primer paso es darse cuenta de qué es lo que te está provocando resistencia, disgusto o ganas de no querer “estar en el día”. Luego, debes empezar a reorientar poco a poco tus actividades hacia lo que realmente quieres o sientes que quieres ser o hacer. El simple hecho de querer reorientar tu vida hacia lo que quieres comienza a despertar una energía en ti que activa la fuerza curativa en tu cuerpo. Es como decirle al cuerpo con total convicción: ¡ahora sí quiero estar aquí!

¿Perdonar sana?
En realidad sí y es un paso importante para sanar. Pero sólo si comprendes que es realmente perdonar. Perdonar no es una acción forzada. Perdonar es un estado de comprensión. Significa, a grandes rasgos, que te has dado cuenta de que nadie en esta vida sabrá hacerte feliz, porque unos no saben ni cómo serlo y otros están muy ocupados en sus propios dolores o carencias, o simplemente porque nadie tiene la obligación de hacerte feliz. Así que ser feliz es tu responsabilidad.
Cuando entiendes en verdad esto, entonces podrás notar que nadie te debe nada porque todos han hecho, dentro de sus posibilidades, lo mejor que han podido. Estar enfocado en que alguien debió ser de determinada forma o culpar a tus padres porque no te criaron de la forma adecuada no tiene ningún sentido cuando en verdad quieres sanarte. Ningún padre sabe cómo criar exactamente a un hijo, ni las personas que te rodean saben cómo querer o relacionarse de forma armónica porque no lo han entendido en ellas mismas. Así que empieza por ti; enfoca tu energía en encontrar lo que amas y te complace, y verás como poco a poco el rencor sale de tu corazón.
No te desesperes mientras te curas
Si en verdad has puesto empeño a tu tratamiento y has considerado y hasta empezado una nueva forma de ver y vivir la vida, y no ves cambios en tu salud, no te desesperes. Piensa que tu cuerpo tomará el tiempo que sea necesario para restaurarse, pero no pierdas de vista que te estás curando, pues si sanas tu corazón y tu vida, tu cuerpo sin duda sanará.
Sé persistente y no dejes de enfocarte en lo que quieres lograr y en lo que amas, no pierdas de vista la imagen del hombre o mujer en que quieres convertirte. Si eres paciente contigo mismo y te empeñas en sanarte considerando todo lo que eres, tanto en tu aspecto físico como en el mental y el espiritual, la curación sin duda se dará.

martes, 30 de agosto de 2016

EJERCICIOS PARA EL CEREBRO:


Los pequeños olvidos que comenzamos a padecer después de determinada edad y que no llegan a afectar nuestra vida pero si nos producen ansiedad.
Con terror, pensamos que el cerebro empieza a convertirse en gelatina y nos preocupa quedar como la Tía Anastasia , que recuerda con lujo de detalles todo acerca de su niñez en Morelia, pero no puede acordarse de lo qué hizo ayer o esta misma mañana.
Si esto te suena familiar , no te preocupes, hay esperanza.....Existen muchos mitos en los que las personas equivocadamente relacionamos la edad con la falta de memoria. Los neurocientíficos han comprobado que no necesariamente tiene que ser así, que las células se regeneran en el cerebro de los adultos y que, al contrario de lo que se pensaba, la pérdida de memoria no se debe a la edad o a que las neuronas se mueran, sino a la reducción en número y complejidad de las dendritas (ramas de las neuronas) que, a través de la sinapsis, reciben y procesan la información de otras células nerviosas.
Esto sucede por una sencilla razón: falta de uso. Es muy sencillo así como se atrofia un músculo sin uso, las dendritas también se atrofian si no se conectan con frecuencia, y la habilidad del cerebro para procesar nueva información se reduce.

Es cierto, el ejercicio ayuda mucho a alertar la mente; también hay vitaminas y medicinas que aumentan la transmisión sináptica y fortalecen la memoria, sin embargo, nada como hacer que nuestro cerebro fabrique su propio alimento: las neurotrofinas.
Las neurotrofinas son moléculas que producen y secretan las células nerviosas, y actúan como alimento para mantenerse saludables tanto a ellas como a las sinapsis. Cuanto más activas estén las células del cerebro, mayor cantidad de neurotrofinas producen; esto genera más conexiones entre las distintas áreas del cerebro.

¿Entonces qué debemos hacer?
Lo que necesitamos es hacer pilates con las neuronas: estirarlas, sorprenderlas, sacarlas de su rutina y presentarles novedades inesperadas y divertidas a través de las emociones, del olfato, la vista, el tacto, el gusto y el oído.

Además, retarlas con crucigramas, juegos como rompecabezas o ajedrez, etc. ¿El resultado? El cerebro se vuelve más flexible, más ágil, y su capacidad de memoria aumenta. Al leer esto, casi seguro probablemente pienses:
Yo leo, trabajo, hago ejercicio y mil cosas más durante el día, así que mi mente debe estar muy estimulada!!! Pero la verdad es que la vida de la mayoría de nosotros se lleva a cabo dentro de una serie de rutinas.
Piensa en tu día o semana promedio....
¿Qué tan diferente es tu rutina de la mañana, tu ruta hacia el trabajo, la hora en la que comes o regresas a la casa? ¿El tiempo que pasas en el auto? ¿El tiempo y los programas que ves en televisión? las actividades rutinarias son inconscientes, hacen que el cerebro funcione en piloto automático; requieren un mínimo de energía y las experiencias pasan por las mismas carreteras neuronales ya formadas tiempo atrás. No hay producción de neurotrofinas.

Algunos ejemplos de ejercicios que expanden substancialmente las dentritas son:

1. Bañarse con los ojos cerrados. Sólo con el tacto, localiza las llaves de agua, ajusta la temperatura del agua, busca el jabón, o el shampoo... Verás cómo tus manos notarán texturas que nunca antes habías percibido.

2. Usar la mano no dominante. Come, escribe, abre la pasta dentífrica, abre el cajón con la mano que más trabajo te cueste usar. Péinate, báñate píntate, aféitate lava los dientes con tu mano no dominante.

3. Lee en voz alta. Se activan distintos circuitos que los que usas para leer en silencio.

4. Cambia tus rutas. Toma diferentes rutas para ir al trabajo, a tu casa.

5. Cambia tus rutinas. Haz cosas diferentes. Fuérzate a salir, conocer y charlar con personas de diferentes edades, trabajos e ideologías. Experimenta lo inesperado. Usa las escaleras en lugar del ascensor. Sal al campo, camínalo, huélelo.

6. Cambia las cosas de lugar. Al saber dónde está todo, el cerebro ya construyó un mapa. Por ejemplo, cambia el lugar del pote de la basura; verás la cantidad de veces que tirarás el papel al viejo lugar.

7. Aprende algo nuevo. Cualquier cosa puede servir, aprende fotografía, cocina, yoga, estudia un nuevo idioma. Si te gusta, arma rompecabezas, tápate un ojo para que pierdas la percepción de la profundidad, por lo que el cerebro tendrá que confiar en otras vías.

8. Identifica las monedas. Pon en tu coche una taza con varias monedas diferentes y tenlas a la mano para que, mientras estás esperando en el semáforo, con los dedos trates de identificar la denominación de cada una.

9.- Cambia el mouse de la computadora al lado contrario de donde lo usas comúnmente.
¿Por qué no abrir la mente y probar estos ejercicios tan sencillos que, de acuerdo a los estudios de Neurobiología del Duke University Medical Center, amplían nuestra memoria?

Y si tenemos suerte y funcionan, nunca más volveremos a preguntarnos: ¿Dónde dejé las llaves? ó
¿Dónde dejé los lentes? Interesante?


sábado, 27 de agosto de 2016

Calzones vegetarianos

Fermento:

20 gr. de levadura
40 gr de azúcar integral
80 gr. de harina integral
200 ml. agua

Masa:

500 ml. de agua
100 gr de sésamo
240 ml. de aceite
40 gr. de sal marina
1400 gr. harina integral

Preparación:

Una los ingredientes del fermento y deje reposar por 15 minutos. Luego agregue todos los otros ingredientes, dejando la harina integral por ultimo. Vaya agregando de apoco hasta que esté bien mezclado, amase bien, forme unos 4 bollos y deje descansar por 30 minutos tapados con plástico, vuelva a amasar un poco más y deje reposar otros 30 minutos.

Divida la masa en pequeños bollitos, estire con el palo hasta formar una masa como para empanadas. Elija el relleno que quieras. Cierre la masa en forma de triángulos. Coloque los calzones en placa una untada y deje descansar unos 30 minutos. El horneado dura más o menos 30 minutos.

Utilizar rellenos de verduras y condimentar a gusto (puede utilizar el relleno de canelones vegetarianos).8de (de Reconquistandoeleden.com.ar)

jueves, 11 de agosto de 2016

Croquetas de champiñones y puerros


Ingredientes:

1/2 litro de leche vegetal
4 cucharadas de harina de trigo
4 champiñones grandes
1 puerro
un chorro de aceite de oliva
pimienta negra
nuez moscada
harina de trigo
pan rallado

Preparación:

Poner el aceite de oliva en una sartén grande a un fuego medio, rehogar ahí el puerro cortado en trozos pequeños.

Una vez hecho se añade los champiñones cortados en láminas y rehogar hasta que estén blanditos.

Entonces, añadir la harina y sin dejar de remover dejar que se tueste un poco durante unos minutos. Si la harina no se puede unir con el puerro y el champiñón por estar muy seco, echar un poco más de aceite de oliva.

Una vez tostada un poquito la harina, ir echando el licuado de soja poco a poco sin dejar de remover.

Cocer unos 10 min, removiendo constantemente. Retirar del fuego, salpimentar y echar la nuez moscada al gusto (si no estás acostumbrado a esta especia echa poco a poco y vete probando hasta que te parezca bien).

Remover un poco para que se mezclen bien las especias y dejar reposar toda la noche tapado con un paño.

Al día siguiente preparar en un recipiente unas 5 cucharadas colmadas de harina y mezclar con un poco de agua y sal hasta que la mezcla tenga la consistencia de huevo batido.

En otro plato poner pan rallado. Entonces coger una cucharada de la pasta fría que preparamos el número anterior y hacer una bola alargada.

Untar la bola primero con la pasta de harina y luego rebozarla con pan rallado. Hacer así con toda la masa y freír las croquetas en aceite muy caliente.

Poner papel absorbente en una fuente para que quitar el exceso de aceite de las croquetas.