martes, 8 de octubre de 2013

El café y los efectos de la cafeína

Durante miles de años la gente ha disfrutado de alimentos y bebidas que contienen cafeína. La cafeína es uno de los ingredientes alimenticios más estudiados. Pese a ello, persisten las controversias y las equivocaciones acerca de este componente.  La cafeína es una sustancia natural que se halla en las hojas y semillas o frutos de más de 60 plantas. Los granos de café y de cocoa, las nueces de cola y las hojas de té, se utilizan para elaborar bebidas tales como el café, el té, bebidas cola y chocolate.  La cafeína se usa como saborizante en una variedad de bebidas. La Cafeína y la Salud Durante las dos décadas pasadas, se han realizado muchos estudios sobre la influencia que tiene el consumo de cafeína en la salud.  La Administración de Alimentos y Drogas de los Estados Unidos (FDA) incluyó en 1958 a la cafeína en la categoría GRAS, o sea, alimentos generalmente reconocidos como seguros. Un estudio más reciente “no halló evidencia que demostrara que el uso de la cafeína en las bebidas carbonatadas pudiera transformar tales productos en perjudiciales para la salud.” La AMA (Asociación Médica de los Estados Unidos) tiene una posición similar respecto a la seguridad de la cafeína, y expresó que quienes beban té o café con moderación no tienen por qué preocuparse por el consumo de cafeína, mientras sus otros hábitos de vida (dieta, consumo de alcohol) también sean moderados. La mayoría de los expertos está de acuerdo en afirmar que la moderación y el sentido común son las claves para consumir alimentos y bebidas que contengan cafeína. Se considera que un consumo moderado de cafeína es de aproximadamente 300 mg, lo que equivale a 3 tazas de café, pero esto dependerá de cada uno y puede distribuirse entre varias bebidas. Los consumidores con ciertos problemas de salud quizás deban consultar a sus médicos antes de consumir cafeína. “Quienes beban te o café con moderación no tienen por qué preocuparse por el consumo de cafeína, mientras sus otros hábitos de vida (dieta, consumo de alcohol) también sean moderados.” The American Medical Association. Sensibilidad: La sensibilidad de cada persona ante a los efectos de la cafeína no es siempre igual: algunas personas pueden beber varias tazas de café, té o gaseosas en el lapso de una hora y no sentir ningún efecto, mientras que otras pueden presentar efectos estimulantes después de una sola taza. La cafeína no se acumula en el torrente sanguíneo o en el cuerpo, y por lo general, se excreta a las pocas horas de haber sido ingerida. Es posible que la cafeína aumente la atención en personas cansadas, y mejore el rendimiento de ciertas tareas. Muchas personas sienten que las bebidas con cafeína pueden ayudarlas a permanecer despiertos para estudiar o trabajar. La sensibilidad individual y la frecuencia del consumo determinan el efecto que tiene la cafeína en el sueño. Las investigaciones de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) indican que no hay diferencias en la tolerancia a la cafeína entre niños y adultos. Los estudios han demostrado que los alimentos y bebidas que contienen cafeína no tienen efecto sobre la hiperactividad ni tampoco, sobre el periodo de tiempo en que los niños ponen atención. Los padres deben aplicar el sentido común para decidir qué cantidad de alimentos o bebidas con cafeína le dan a sus hijos, tal como sucede con cualquier otro alimento. Embarazo: La FDA ha establecido que la cafeína no afecta de manera adversa la reproducción humana, a pesar de que la agencia continúa aconsejando a las embarazadas consumir cafeína con moderación.  En tres estudios importantes que incluyeron a más de 15.000 mujeres no se hallaron defectos de nacimiento asociados con el consumo de cafeína, ni siquiera entre las mujeres que tomaban mucho café. De igual manera, otros estudios sobre humanos continúan respaldando la conclusión de que el consumo moderado de cafeína no predispone a las madres embarazadas a abortos espontáneos o partos prematuros, ni tampoco a dar a luz a bebés con bajo peso. Algunos estudios parecen indicar que niveles altos en el consumo de cafeína podrían retardar la concepción, aunque tales hallazgos no son concluyentes y, a menudo son inconsistentes cuando se toman en cuenta otras variables en los estilos de vida. Las investigaciones del Centers for Disease Control and Prevention (Centro para el control y la prevención de las enfermedades), de la Facultad de Medicina de Harvard y de la Universidad de California en Berkeley, establecen que el consumo moderado de cafeína no reduce las posibilidades de las mujeres de quedar embarazadas. Cáncer: En 1986, la revista del National Cancer Institute publicó un estudio realizado en 16.600 individuos cuyas conclusiones establecían que no existía relación alguna entre el consumo de café y el riesgo de contraer cáncer. Recientemente, la International Agency for Research on Cáncer también llegó a la conclusión de que los datos no relacionan el consumo de cafeína con el cáncer en los seres humanos.  De acuerdo con la American Cancer Society, "La información disponible no requiere emitir una recomendación en contra del uso moderado del café. No existe indicación alguna de que la cafeína, que es un componente natural del café y del té, represente un factor de riesgo de contraer cáncer."  Tanto el Consejo de Asuntos Científicos de la American Medical Association y el National Cancer Institute publicaron informes en los que afirman que no existe relación entre el consumo de cafeína y la incidencia de FBD (enfermedad fibroquística de la mama). Osteoporosis: Las investigaciones han demostrado que el consumo de cafeína no representa un factor de riesgo significativo en la osteoporosis, especialmente en aquellas mujeres que consumen dosis apropiadas de calcio. En 1994, un panel asesor de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) llegó a la conclusión de que el consumo de cafeína no afecta la absorción/excreción de calcio de manera significativa. Muchos de los estudios que se han desarrollado hasta la fecha no establecen ningún vínculo entre el consumo moderado de la cafeína con la densidad ósea y el contenido de minerales en las mujeres que incorporan calcio en sus dietas. Enfermedades Cardiovasculares: Un informe del National Research Council sobre la Dieta y la Salud, indica que “la evidencia que vincula el consumo de café con el riesgo de desarrollar la enfermedad de las arterias coronarias… es débil e inconsistente.”  En 1989, un informe publicado por el prestigioso Framingham Heart Study examinó todas las relaciones potenciales entre el consumo de cafeína y las enfermedades cardiovasculares, y no detectó efectos dañinos en el consumo de café. Un estudio posterior de la Universidad de Harvard confirmó este informe, y llegó a la conclusión de que el consumo de cafeína no 'aumenta significativamente el riesgo de desarrollar enfermedades coronarias o apoplejía."  La cafeína no causa hipertensión crónica ni tampoco un aumento persistente en la presión sanguínea. Aquellas personas que son más sensibles a los efectos de la cafeína pueden experimentar un aumento breve en la presión sanguínea, que no dura más de unas horas. Los estudios demuestran que cualquier aumento en la presión sanguínea es moderado y mucho menor que el que se experimenta cuando se suben escaleras.  Sin embargo, es aconsejable que las personas hipertensas consulten a sus médicos sobre este tema.

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