Las proteínas complementarias se obtienen al combinar alimentos de origen vegetal que carecen de ciertos aminoácidos con otros que los contienen. Por ejemplo, los porotos por lo general tienen mucha lisina pero poca metionina (excepto el poroto de soja, que es el más parecido a las proteínas de origen animal).
La mayoría de los cereales, al contrario, tienen mucha metionina y poca lisina. Mezcle porotos y arroz, y tendrá proteínas complementarias, equivalentes a proteínas completas. La regla para obtener las proteínas complementarias es combinar una legumbre (planta que da las semillas en vaina) con cereales, semillas o nueces.
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Extracto de la “Guía práctica para vivir más sano”.
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