jueves, 9 de mayo de 2019

6 natas vegetales caseras

Cómo preparar nata vegana casera:
Puedes preparar distintos tipos de nata vegana en casa con semillas o frutos secos crudos y activados. La activación es un proceso muy sencillo: se lavan bien con agua filtrada y se dejan en remojo en agua tibia entre 8 y 12 horas; tras el remojo, se vuelven a lavar bien. Esta técnica aumenta la disponibilidad de sus nutrientes y los vuelve más fáciles de asimilar.

Las natas vegetales son una alternativa sana y vegana a las natas hechas con productos lácteos. Conocemos de sobras la crueldad de la industria láctea y los efectos nocivos de sus productos. Por eso no nos sorprende que vez hay más oferta de este tipo de productos alternativos, elaborados con buenos ingredientes ecológicos. Pero no es oro todo lo que reluce.
También es fácil tropezarse con sustitutos emocionales de las natas tradicionales que no tienen nada de saludable. Productos que contienen grasas procesadas e incluso trans. A veces también incluyen estabilizantes, saborizantes o texturizantes nada naturales y con nulo interés nutricional.
Si no quieres toparte con la gemela malvada de una nata vegetal sana, lo más sencillo es que la prepares tú mismo. Prepararla en casa te garantizará un producto puro y de calidad, ya que tendrás pleno control sobre los ingredientes.

Nata de coco:
Es la nata montada vegana por excelencia. Se prepara con leche de coco cruda, aunque también se puede utilizar la pulpa del coco fresco. Debes utilizar una leche con al menos un 60% de extracto de coco.
¿Cómo prepararla? Refrigérala durante 24 horas y después, en un bol, bátela a mano con un batidor de varilla hasta que esté montada. Es ideal para acompañar de frutos rojos, con azúcar o sirope al gusto.

Nata de sésamo:
Las semillas de sésamo son ricas en grasas mono y poliinsaturadas y contienen minerales útiles para proteger la salud ósea y nerviosa. La nata vegetal de sésamo es un topping ideal para un capuccino sano, especialmente si lo preparas con café de cereales o achicoria.
¿Cómo prepararla? En la batidora mezcla dos cucharadas soperas de tahini crudo (crema de sésamo) con cuatro de agua filtrada hasta obtener una crema suave. La puedes endulzar con un buen azúcar integral o sirope.

Nata de chirimoya:
La chirimoya tiene un sabor entre frutal y lácteo que es ideal para elaborar una crema fresca y ligera. Aporta minerales como potasio y magnesio y es rica en las vitaminas C y del grupo B.
Para preparar la nata de chirimoya se parte la fruta por la mitad, se descartan las semillas y con una cuchara se separa la pulpa. Bates esta pulpa en una batidora de vaso con unas gotitas de limón y listo.
Trocea unas frutas dulces y sírvelas con la nata. Tendrás un postre vegano fácil, rápido y súper original.

Nata de pipas de calabaza:
Esta nata ofrece una sabrosa manera de enriquecer las recetas con grasas saludables y abundantes minerales, en especial de cinc. La nata de pipas de calabaza es recurso genial para darle un toque gourmet a tus platos. Puedes servir una cucharada generosa en ensaladas y cremas de verduras.
Para prepararla, tritura en la batidora una taza de pipas de calabaza activadas junto a dos cucharadas de aceite de oliva de calidad, sal y una taza de agua hasta obtener una crema suave.

Nata de anacardos:
Es una nata rica en grasas cardioprotectoras, ante todo ácido oleico, y en proteínas. También aporta cinc. Resulta idónea como relleno y cobertura de tartas, para acompañar frutas ácidas o, sin la vainilla, como sustituto de la nata agria.
En la batidora se tritura una taza de anacardos activados, una cucharada de zumo de limón, un cuarto de taza de agua y media cucharadita de semillas de vainilla hasta obtener una crema sedosa.

Nata de pipas de girasol:
Se necesita una taza de pipas activadas con tres cuartos de taza de agua filtrada y una cucharada de levadura nutricional o de cerveza. Tritura todo en la batidora hasta obtener una textura cremosa y suave.
Las pipas de girasol no solo aportan omega-6, cinc, selenio y vitamina E sino también polifenoles que refuerzan la salud intestinal. Es ideal para usar como topping o en ensaladas y burguers vegetales.
(cuerpomente)

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