miércoles, 7 de septiembre de 2011

Transgénicos: la gran mentira (2ª parte)



Bacterias patógenas podrían asimilar el gen transgénico de resistencia, en el aparato digestivo, a través de un alimento transgénico que lo contenga. También por las bacterias de los campos, una vez la planta transgénica se descompone. Courvalin cita genes de resistencia, utilizados ya por las multinacionales. El gen blaTEM-1, se inserta en un maíz transgénico de la empresa Novartis y es capaz de generar la penicilinasa, que puede degradar las penicilinas (penicilina G, ampicilina, amoxicilina, etc…).
En el año 2002, en la Universidad de Newcastle se realizaron las primeras pruebas en humanos, demostrando que después de una sola comida, material transgénico había sido adquirido por las bacterias del intestino, en tres de las siete personas con colostomía que participaron del ensayo. Contrariamente a lo que dice la ciencia corporativa y privada, el material transgénico no pudo ser eliminado en el aparato digestivo humano. Dicha persistencia, también permitiría que los genes transgénicos se pudieran transferir a la sangre y al genoma de células de mamíferos, con el riesgo de cáncer.
En Filipinas, personas que viven cerca de campos de maíz transgénico, tuvieron diversos problemas, coincidiendo con la época de mayor presencia de polen en el ambiente. Terje Traavik, director del Norwegian Institute for Gene Ecology, detectó que las muestras de sangre contenían los anticuerpos que el organismo genera, ante la presencia de la toxina Bt, que es la que contiene el maíz transgénico Bt 11.
En Reino Unido, el York Nutritional Laboratory denunció años atrás, un aumento del 50% de alergias relacionadas a la soja. En Irlanda, el Irish Doctors’ Environmental Association, detectó un incremento de alergias en niños, también relacionadas con la soja.
En los tres casos expuestos, no hay pruebas exactas de que el maíz y la soja transgénica, sean la causa de afectaciones y alergias; pero existen sospechas, que deberían inducir medidas preventivas e investigaciones profundas. Sobretodo, porque investigaciones realizadas por Tayabali y Seligy, detectaron que la toxina Bt11 y sus subespecies, producían toxicidad en células humanas expuestas.
Algunos tecnócratas, alegarán que el aerosol Bt utilizado en agricultura biológica, también produce dicha toxicidad. Pero omiten que sólo puede afectar a quién lo aplica, si éste no toma las precauciones adecuadas. Y si se limpia bien la cosecha que se roció con Bt, se eliminarán las bacterias y sus esporas. Sin embargo, las cosechas transgénicas, llevan las toxinas Bt en cada una de sus células, por lo que la ingestión de éstas es inevitable. Además, se pueden propagar con el polen, contaminar otras cosechas y plantas silvestres y acabar filtradas en nuestra dieta, sin enterarnos (claro ejemplo, el del maíz Starlink).
Y esto por no hablar de otros temas como la pérdida de biodiversidad, la erosión de los suelos producida por este tipo de monocultivo, la desforestación ocasionado por este modelo económico que demanda cada vez mas tierras para cultivo, la muerte indiscriminada de insectos como las abejas y bacterias beneficiosas para el suelo, la aberración más grande de todas que es permitir que empresas estén patentado la vida, ¿cómo se puede permitir patentar una semilla que esta ahí desde antes que el hombre?, está bien que se patente una técnica o un gen, si es desarrollado por la industria, pero ¿una semilla?, creo que caemos en un dilema ético, pero claro en este mundo manda el dinero.
Otra cuestión que la prensa calla es por ejemplo que la reciente crisis en Alemania de la ya famosa E. Coli probablemente fuese causada por alimentos transgénicos, ya que precisamente esta bacteria es la encargada de introducir el gen “extraño” en la semilla. Lo que se hace es bombardear las semillas con las bacterias que contienen pegado por así decirlo el gen, durante este bombardeo estas rompen la estructura celular de la semilla transfiriendo así el material genético deseado, bien pudo tratarse de semillas modificadas, las que generasen la contaminación ya que estas se manejan sin ningún tipo de precaución y no están sometidas a los mismos controles por ejemplo que un medicamento, por tratarse de simple alimento, según las leyes actuales.
La solución esta bastante clara al menos para mi no pasa por la biotecnología en la producción sino por una producción ordenada, local utilizando de forma estrategica y responsable los recursos naturales, exigiendo a la gente un consumo responsable, hoy tenemos la información para conseguir cultivar hasta en climas extremos y sabemos como volver suelos estériles en fértiles sin necesidad alguna de tóxicos y demás.
Basta ver ejemplos de permacultura y comercio justo basado en producción ecológica, y desarrollo de la comunidad que se están llevando a cabo en África actualmente.
Y por otro lado los transgénicos actualmente generan pobreza, cada vez menos gente trabaja en el campo, por culpa de toda esta tecnología continúan creciendo los cinturones de pobreza de las grandes ciudades sobre todo en Latinoamérica, África y Asia, obligan a una producción dependiente de combustibles fósiles en cantidad lo que no sólo encarece, sino que representa un problema ambiental por emisiones, y uso de un recurso no renovable, y como si eso fuera poco nos obligan a consumirlos queramos o no, ya que los etiquetados son de risa, y muchos productos como el pan envasados, yogures etc, por no hablar de los productos cárnicos, o la leche o los huevos procedentes de animales alimentado con transgénicos.
Como conclusión final los Transgénicos son una gran mentira para hacer mucho dinero unos pocos a costas de la humanidad y del planeta, contra lo que tenemos que rebelarnos y luchar.

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