jueves, 10 de septiembre de 2009

La Avena: El cereal más completo



Por sus cualidades energéticas y nutritivas ha sido la base de la alimentación de numerosos pueblos y civilizaciones. Conozca sus propiedades y llévalas a su mesa.
La avena es rica en proteínas de alto valor biológico, hidrato de carbono, grasas y un gran número de vitaminas, minerales y oligoelementos. Analicemos su contenido con detenimiento:
Proteínas. Cuanto más elevado es el numero de aminoácidos esenciales presentes en un alimento, mayor es su valor biológico y la avena contiene seis de ocho aminoácidos imprescindibles para la síntesis correcta de proteínas.
La combinación de la avena con diferentes alimentos vegetales, mejora aún más su proporción de aminoácidos, aproximándola a la ideal para el organismo.
Lípidos. La avena es el cereal con mayor porcentaje de grasa vegetal. El 65 por ciento es de ácidos grasos insaturados y el 35 por ciento de ácido linoleico, importantes para la salud. Cien gramos de copos de avena cubren un tercio de nuestras necesidades diarias de ácidos grasos esenciales.
Hidratos de carbono. La avena contiene hidratos de carbono de absorción lenta y de fácil asimilación. Éstos proporcionan energía durante mucho tiempo después de haber sido absorbidos por el aparato digestivo, evitando la sensación de fatiga y desmayo que se experimenta cuando el cuerpo reclama glucosa de nuevo (hipoglucemia).
Vitaminas. En el germen se encuentra el corazón del grano, con toda su fuente de tiamina (vitamina B1), vitamina E y B3 o niacina. Contiene también otras vitaminas del complejo B. Todas ellas fundamentales para el buen funcionamiento del sistema nervioso y para prevenir afecciones respiratorias.
Minerales. El más importante es el hierro y el cobre; éstos últimos son antianémicos, porque son nutrientes que intervienen en la formación de la hemoglobina. El fósforo, en tanto, es el mineral que más funciones realiza en el organismo humano: forma y fortalece huesos y dientes. Vital, además, para las células corporales y los músculos, los cuales necesitan fósforo para su función contráctil. Es esencial también para el funcionamiento del cerebro.
Fibras. Además de estos componentes esenciales, la avena contiene otros elementos no tan importantes desde el punto de vista nutritivo, pero necesarios para el buen funcionamiento intestinal.
Se trata de sustancias insolubles que, ingeridas con la alimentación, no se absorben en el intestino. Estas sustancias resultan de una extraordinaria importancia para la digestión. Es lo que se conoce como “fibra”. Ésta aumenta el contenido del intestino, con lo cual ayuda a prevenir como a eliminar el estreñimiento.
Fuente de energía. Otra de las características de la avena es su valor como fuente de energía y vitalidad. Eso hace que sea el alimento ideal para quienes desean aumentar su capacidad energética: los estudiantes, las personas que se encuentran abatidas, sin fuerzas, con permanente sensación de sueño, sin ilusión o con estrés permanente.
Si usted es una de esas personas, consuma platos elaborados con avena a partir de ahora, y verá como su capacidad energética aumenta.
Extracto de Revista “Salud Alternativa”.

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