martes, 28 de febrero de 2012
¡Hay que plantar! Agricultura Ecológica
Los términos agricultura ecológica, biológica, orgánica, definen un sistema agrario cuyo objetivo fundamental es la obtención de alimentos de máxima calidad nutritiva, respetando el medio ambiente, la diversidad genética y conservando e incrementando la fertilidad de la tierra, mediante la utilización óptica de recursos renovables y sin el empleo de productos químicos de síntesis, procurando así un desarrollo agrario perdurable.
El medio ambiente se ha convertido en el gran problema y es necesario crear y definir una nueva relación con la Tierra.
Desde hace más de veinte años, los ecologistas han abordado el tema, han denunciado una y otra vez elementos contaminantes creados o producidos por la acción del hombre, que nos están destruyendo.
Es el momento de actuar, dicen. Y es en el respeto, la responsabilidad y el amor a la tierra donde se resuelve el problema del medio ambiente. Debemos cuidar la Tierra.
La Agricultura Ecológica aporta soluciones razonables a muchas consecuencias desafortunadas que derivan del tipo de agricultura hoy dominante.
La Agricultura Ecológica surge como reacción a los excesos de la química agrícola. Y está desencadenado una transición hacia una agronomía más adaptada a los ecosistemas en los que se desenvuelve y más cuidadosa de la calidad de los productos que genera.
Pero no es milagrosa, se requiere tiempo, paciencia y por sobre todo el convencimiento de lo que se está haciendo.
La experiencia europea nos pone de pronto frente al gran desafío y nos muestra el camino a transitar de futuro.
Uruguay es aún un país incontaminado. Aprovechémoslo y hagamos del producto natural nuestra gran palanca de progreso, desarrollo y vida.
Como podemos definir sumariamente a la agricultura ecológica
La Agricultura Ecológica no es algo nuevo. Antes de que los fertilizantes inorgánicos se introdujeran en la agricultura a principios del siglo XIX, todos los agricultores la practicaban, en el sentido de que el estiércol y los residuos vegetales eran las únicas fuentes de nutrientes disponibles para las plantas. Para controlar insectos se utilizaban plantas que tenían propiedad de repelerlos, las malas hierbas se evitaban utilizando prácticas agrícolas adecuadas que por supuesto llevaban consigo la necesidad de gran mando de obra. Esto exigía adaptar el marco y el calendario de plantación a las características de clima y suelo del territorio, y a las disponibilidades de materia orgánica, con el consiguiente uso extensivo del suelo.
El conocimiento de los fertilizantes y más tarde de los plaguicidas y herbicidas, unido al proceso de mecanización, permitieron que la agricultura intensificara el uso de los suelos con independencia de las limitaciones del medio natural y las necesidades de materia orgánica y de mano de obra. Sin embrago, la contaminación del medio ambiente, el deterioro de los ecosistemas locales, e incluso la pérdida de calidad de los productos, hicieron que tanto los agricultores como los científicos que trabajan en relación con la agricultura se replanteen el problema y busquen las prácticas alternativas que se agrupan en torno a la agricultura ecológica.
Los instrumentos más importantes de este tipo de agricultura se pueden resumir en los puntos siguientes:
Rotación de cultivos de leguminosas con otros tipos de cultivos.
Uso de estiércol o compost. Esto no sólo mejora la estructura del suelo, su aireación y su capacidad de retención de agua, sino que recicla nutrientes necesarios para el crecimiento de las plantas. No se permite el uso de fertilizantes químicos.
*Control de malezas mediante sistemas de cultivo y de forma mecánica, según técnicas de laboreo mínimo conservacionista. En ningún caso se utilizan herbicidas.
*Control de plagas a través de una selección cuidadosa de variedades de cultivo que se adapten mejor a las condiciones locales, y a través de sistemas de cultivo y laboreo. Se permiten extractos de plantas que previenen contra algunos insectos determinados, pero no se usan plaguicidas sintéticos.
A este conjunto de prácticas agrícolas se le ha llamado Agricultura Ecológica, ya que utiliza métodos biológicos (en vez de químico), que están más adaptados al entorno de aplicación. Como podemos ver, este tipo de agricultura considera la cadena de producción de alimentos como un sistema cíclico en el que el suelo, los animales, las plantas y el hombre están relacionados, y en el que los principios reguladores naturales tienen un papel primordial: el suelo no se considera aquí como un soporte inerte de la planta, sino como un medio vivo capaz de proveer los nutrientes en forma equilibrada.
Por otro lado, la agricultura ecológica trata de asegurar tanto la ausencia de residuos tóxicos y de microbios patógenos en los productos, como el valor nutritivo de los mismos, preocupándose sólo en un segundo plano de su apariencia externa.
Por la Ing. Agr. Marta Claudio.
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