viernes, 11 de diciembre de 2009

Alimentos funcionales: Un método para prevenir enfermedades



Los alimentos enteros no modificados como las frutas y vegetales representan el ejemplo más simple de un “alimento funcional”. Por ejemplo, el Brócoli, la Zanahoria o el Tomate, se consideran alimentos funcionales porque son ricos en componentes fisiológicamente activos como el sulforafano, betacaroteno y licopeno, respectivamente.
Los alimentos modificados, que incluyen aquellos que han sido fortificados con nutrientes o mejorados con fitoquímicos, también caen dentro de la esfera de alimentos funcionales. El alimento es visto como una medicina milagrosa, de allí que la demanda de los consumidores por este tipo de alimentos es muy alta. Los avances científicos han evidenciado el papel vital de la dieta en la salud integral y el bienestar humanos.
Seis de las diez principales enfermedades de muerte en los EEUU se cree que están relacionadas con la dieta: cáncer, enfermedades cardíacas y coronarías, apoplejía o trombosis, diabetes, arteroesclerosis y hepatopatías.
Para prevenir estás enfermedades se recomienda incluir frutas, vegetales y productos de cereales integrales en la dieta diaria, especialmente frutas cítricas y ricas en carotenos, y vegetales de la familia de los coles.

Ejemplos para tener siempre a mano:

Productos de tomate ricos en licopeno, un carotenoide, cuyo consumo se asocia con reducción de las tasas de cáncer en estudios epidemiológicos.
Huevos que contienen ácidos grasos.
Productos con omega 3, los cuales pueden reducir potencialmente los niveles de colesterol.
Té negro y té verde, los cuales son ricos en polifenoles, han sido asociados experimentalmente y en estudios en humanos con la prevención y control de cáncer.
Oligosacáridos no digeribles (pre-bióticos), especialmente fructanos, los cuales pueden potencialmente proporcionar beneficios de salud para la enfermedad cardiovascular, la diabetes tipo 2, y las enfermedades infecciosas intestinales.
Productos lácteos fermentados (probióticos), los cuales se ha demostrado que mejoran la salud gastrointestinal.

Extractado de “Salud Alternativa”.

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