Producido por las abejas melíferas a partir del néctar de las flores y otras materias azucaradas que recogen de las plantas, las transforman, enriquecen y las depositan en las celdillas de los panales de cera.
Es un producto complejo, rico en azúcares, vitaminas, sales minerales y enzimas (sustancias de naturaleza proteica que actúan en procesos vitales). La composición, el aspecto, el sabor, el color, etc. varían mucho dependiendo de las flores de las que proviene.
Las propiedades de la miel la hacen un excelente alimento que debería estar más presente en nuestra dieta. La miel constituye uno de los alimentos más antiguos de la humanidad y se le atribuyen propiedades beneficiosas para el organismo humano.
Los principales componentes de la miel son:
Agua, la cantidad depende del tipo de flores utilizadas por las abejas, las metodología para su obtención, etc., oscilando entre el 11 y 18%.
Azúcares, que son entre el 75 y el 85%, sobre todo glucosa y fructosa.
Proteínas, en cantidades muy pequeñas pero en forma de enzimas, sustancias que juegan un papel importante en casi todas las actividades vitales.
Sales minerales (fósforo, calcio, azufre, magnesio, etc.), que si bien no están en cantidades muy importantes, sí lo están de forma que el ser humano puede asimilarlos con mucha facilidad.
Vitaminas, del grupo B y C.
HMF, o hidroximetilfurfural, una sustancia inocua que se va formando en la miel, por descomposición de algunos azúcares y que es fundamental para determinar la frescura de la miel: a mayor cantidad de HMF, menor frescura.
Compuestos volátiles, que son los responsables del aroma y algunas de las propiedades de la miel.
Una cucharada de 25gr contiene: Valor energético 74cal - H. de Carbono 19,5g - Proteínas 0,125g - Grasas 0g - Colesterol 0g.
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